22 de abril del 2019
Más de una historia relata que esta práctica constituía un símbolo de identidad, que daba testimonio del papel que jugaba una persona en la sociedad; incluso, llegaban a connotar ancestros, lugares de origen, batallas contenidas, y cualquier actividad relacionada con las costumbres de ciertas razas.
En el contexto actual, además de considerase un artículo de moda, la aplicación del tatuaje y el piercing tiene ciertas connotaciones psicológicas, sociales, y emocionales, principalmente en adolescentes y jóvenes. Incluso, para algunos usuarios, esta “costumbre”, puede derivar en una adicción equiparable al consumo de drogas.
Las razones
La necesidad y la decisión de someterse a una intervención corporal de esta índole tienen estrecha relación con la psique individual. Sin embargo, dice Fany Loya Reyes, licenciada en Psicología y Psicoterapeuta Familiar, existen ciertas generalidades que describen las causas.
“Especialmente para la población adolescente, es una forma de expresar inconformidad, rebeldía, de dilucidar, e ir en contra de lo establecido”.
Durante la juventud, el acto de tatuar y perforar la piel, puede tener implicaciones más profundas; por lo regular, se fundamenta en la conmemoración de algún evento, suceso, o experiencia difícil, a través de una marca en el cuerpo.
Fuente: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/540675.piercings-y-tatuajes-agresion-adictiva.html