21 de enero del 2019
A los pocos días recibí otro email, en el que se volvía a repetir el mismo asunto, pero esta vez en femenino y en minúsculas: “Soy adicta a la comida”. En el email me comentaba que ella no creía que fuera un problema emocional, sino que sentía que era adicta y punto.
Esta semana, inicié un nuevo caso de obesidad en mi consulta de psicóloga en Barcelona, en el cual sus primeras palabras fueron: “estoy aquí porque tengo una adicción y en esto la nutricionista no puede ayudarme”.
Así pues, aquí estoy, dispuesta a que reflexionemos sobre la creencia de la adicción a la comida.
Si bien es cierto que este tema crea cierta controversia, antes de dar respuesta sobre si se puede o no ser adicto a la comida, me gustaría hacer hincapié en otros aspectos.
En primer lugar, debemos prestar mucha atención cuando alguien nos indica que siente o cree que es adicto a la comida, pues nos está ofreciendo muchísima información sobre cómo experimenta su relación con ciertos alimentos.
En segundo lugar, es importante que entendamos que la persona se está enfrentando a una sensación de pérdida de control real ante la comida.
En tercer y último lugar, también es relevante que nos hagamos una idea del sufrimiento con el cual esta persona está experimentado dicha dificultad y de por qué puede creer que es adicta a la comida.
Así pues, debemos darle la importancia que se merece a este tipo de creencias e indagar más sobre ella. Porque cierta o no, nos ofrece una puerta hacia un camino que debemos explorar y trabajar.
Fuente: https://www.centrojuliafarre.es/blog/adiccion-a-la-comida/