06 de agosto del 2018
Según sus datos, se considera que existe una adicción a los videojuegos cuando se da "un comportamiento persistente o recurrente de juego" -ya sea 'online' u 'offline'- que se manifiesta a través de tres signos. La "falta de control sobre la frecuencia, duración, intensidad, inicio, finalización y contexto de la actividad" es la primera de las condiciones, entre las que también figura el hecho de dar una"prioridad creciente" al juego frente a otras actividades e intereses vitales diarios. Se considera asimismo un marcador del trastorno "la continuidad o aumento de la conducta pese a la aparición de consecuencias negativas".
El documento señala expresamente que, para que el comportamiento se considere patológico debe darse un patrón severo, que produzca un "deterioro significativo en el ámbito personal, familiar, social, educacional, ocupacional u otras áreas de funcionamiento".
Además, añade el texto, para efectuar el diagnóstico, generalmente el comportamiento y estos rasgos señalados deben darse por un periodo de al menos 12 meses, si bien la patología puede considerarse antes si se dan todas las consideraciones establecidas y los síntomas son graves.
"Hay que dejar muy claro que una cosa es la adicción y otra muy distinta el uso excesivo", apunta Celso Arango, jefe del servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.