13 de febrero del 2018
Desde hace ocho años, Miguel tenía problemas con varias sustancias, entre ellas la cocaína, el alcohol, la mariguana y el tramadol, que es un analgésico derivado de opioides, debido al cual ya había sufrido 13 sobredosis. Él buscó distintas terapias para dejar sobre todo el fármaco, pero no tuvo resultado.
“Yo fui a alrededor de 20 tratamientos, recorrí desde el peor, hasta el ‘mejor’ y ninguno me dio resultado, por la adicción a un opioide, que es mucho más fuerte que a la cocaína. Pero en CECAJ me enteré que iban a poner este implante y me apunté para recibirlo y desde que me lo puse, que fue hace como cinco meses, no he recaído”.
Él es una de las 25 personas que entraron a un protocolo de investigación con naltrexona, que es un medicamento que se implanta en los adictos, con el objetivo de ayudarles a superar su problema. Este fármaco está siendo estudiado, por primera vez en México, en la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de Occidente (HGO), que dirige Guillermo Aréchiga Ornelas.
Hasta el momento han visto una buena respuesta por parte de los pacientes implantados, quienes, en su mayoría, van por la segunda dosis, ya que cada una dura unos tres meses. De hecho, según Aréchiga Ornelas, en los tratamientos convencionales 80% abandona su recuperación, pero con la naltrexona 75% continúa.
Sin embargo, señala que el tratamiento no funciona con todas las drogas, ya que hay algunas —como el cristal— en las que no tiene ningún tipo de impacto. Pero para el alcohol, opioides, la mayoría de los fármacos que generan adicción y la heroína, es un tratamiento altamente indicado en otros países.
“Una curación, desde el punto de vista neurológico y psiquiátrico, sugeriría que el paciente durara sin consumir, cuando menos, cinco años. El implante puede durar de 12 meses a dos años, después de eso utilizaremos terapias convencionales”, señaló.
Si la investigación de Aréchiga Ornelas y su equipo da resultado, el Estado podría estar en la posibilidad de tratar a más de la mitad de los adictos, ya que, según los resultados del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (Sisvea) Jalisco 2015, de los ocho mil 485 casos de drogadicción que fueron reportados, cinco mil 322 eran dependientes de alguna sustancia susceptible a la naltrexona.
“El implante me cambió la vida”
Miguel tuvo problemas con el abuso de diversas sustancias durante ocho años, la peor de todas fue el Tramadol, un analgésico de tipo opioide que puede llegar a generar dependencia. Debido a éste tuvo 13 sobredosis, por lo que comenzó a buscar tratamientos de rehabilitación, que al final no resultaron.
Fue hace cinco meses cuando comenzó el tratamiento con Naltrexona, un medicamento que se implanta a los adictos e inhibe las endorfinas que libera el cerebro cuando consumen alguna sustancia de la que son dependientes.
“Yo ya sabía que existía en otros países (…) lo había buscado aquí y no lo encontraba”.
A pesar de que uno de los efectos secundarios, inmediatos, que tuvo Miguel fue un síndrome de abstinencia potenciado por la combinación de naltrexona y tramadol, asegura que no cambiaría este tratamiento por alguno convencional.
“Desde que lo inicié no he consumido nada de sustancias, continúo con terapia psiquiátrica y ya dejé los ansiolíticos fuertes. La verdad es que me he sentido muy bien, porque con los otros tratamientos todo el tiempo estás pensando en consumir y cómo encontrar lo que quieres consumir y pues con éste no, la verdad es que no te dan ni ganas”.
Miguel asegura que retomó los proyectos que tenía antes de las adicciones, los cuales son una cadena de restaurantes y la competencia en artes marciales mixtas, profesiones a las que se piensa dedicar al 100% una vez terminada su recuperación.
Van contra genes del dolor
Con el objetivo de entender cuáles son los genes que causan los distintos tipos de dolor y a cuál fármaco reaccionan mejor, la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de Occidente (HGO), dirigida por Guillermo Aréchiga Ornelas, está llevando a cabo una investigación sobre la genética del dolor.
Dentro de su investigación han detectado que dependiendo de la herencia genética, el medio ambiente, las condiciones de educación y cómo la gente se comporta ante el dolor será como el paciente responda a los fármacos administrados.
“No estamos desarrollando fármacos específicos, sino que estamos entendiendo porqué a algunos pacientes les puedes dar cinco miligramos de Aspirina y a otros mil veces más y no les sirve de nada. Lo que estamos viendo es que los genes que expresan ciertas encimas y ciertos tipos de dolor están ligados a una herencia”.
Además, han detectado que algunas personas tienen inactivos algunos genes, por lo que los medicamentos que actúan sobre ellos no les quitan el dolor . Mientras que hay quienes tienen algún gen maximizado, es ahí donde el especialista debe prestar atención.
La Organización Mundial de la Salud estima que, anualmente, 40 millones de personas requieren cuidados paliativos y 78% de ellas son de bajos y medianos ingresos.
La importancia de llegar a la genética
Jaime Corona (académico de la Licenciatura en Medicina de la Univa)
Con respecto a la investigación que realiza Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de Occidente (HGO), también conocido como Zoquipan, Jaime Corona, académico de la Licenciatura en Medicina de la Univa, destacó la importancia de llegar a los genes para eliminar el dolor.
“Esto es lo más moderno, la medicina basada en los propios genes es lo que ahora se está utilizando, porque toda la información de nosotros está guardada ahí y, a partir de esto, se puede lograr controlar ciertas enfermedades, pero enfocarlo a controlar el dolor nos abre un panorama muy amplio, para poder combatir los síntomas”.
A pesar de que México y el mundo entero, según sus palabras, está atrasado en terminar con el dolor en todas las patologías, el especialista señaló que este tipo de investigaciones son las que ponen a Jalisco a la vanguardia de la medicina a nivel nacional.
Fuente:https://www.informador.mx/jalisco/Tras-ocho-anos-un-implante-lo-ayuda-a-dejar-las-adicciones-20180212-0039.html