20 de junio del 2017
Investigadores de los Hospitales Universitarios del Sur de París (Francia) han confirmado la vinculación de la artritis reumatoide y el consumo de tabaco y apuntan a que el tabaquismo pasivo durante la infancia hace que ese riesgo sea aún mayor, según los resultados presentados en el Congreso Europeo Anual de Reumatología (EULAR, en sus siglas en inglés) que se celebra en Madrid.
Para analizar el impacto del tabaquismo activo y pasivo en el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, los investigadores siguieron prospectivamente desde 1990 a una gran población de mujeres voluntarias nacidas entre 1925 y 1950.
En los fumadores que tuvieron una exposición pasiva infantil al humo del tabaco, el cociente de riesgo fue de 1,73 en comparación con los no fumadores no expuestos durante la infancia. En contraste, el cociente de riesgo fue de 1,37 en fumadores activos no expuestos al humo pasivo durante la infancia.
"Nuestro estudio destaca la importancia de evitar que los niños estén expuestos a cualquier ambiente con tabaco, especialmente en aquellos con antecedentes familiares de artritis reumatoide", según Raphaele Seror, autor principal del estudio.
Y en un análisis separado que buscaba una posible asociación entre el desarrollo de la enfermedad y un historial de función intestinal alterada, la diarrea crónica previa se asoció con más del doble de riesgo de adquirir artritis reumatoide (cociente de riesgo de 2,32), mientras que el estreñimiento crónico o el alternar entre diarrea y estreñimiento no afectó al riesgo (cocientes de riesgo de 1,16 y 1,07, respectivamente).
"Una asociación entre un historial de diarrea crónica y el riesgo de desarrollar artritis sostiene la hipótesis de disbiosis (un desequilibrio bacteriano en el intestino) como factor de riesgo para la aparición de una enfermedad inflamatoria mediada por el sistema inmunológico", según Seror.
Estos datos encajan perfectamente con el esquema preclínico de esta enfermedad reumática, en el que se produce un evento externo en una etapa temprana que provoca la aparición de la llamada autoinmunidad, para ser seguido años después por artritis reumatoide clínica.
Además, otro trabajo presentado en EULAR ha demostrado que el tabaco también acelera la progresión de la enfermedad en la espondilitis anquilosante. La investigación, liderada por científicos de la Universidad de Izmir (Turquía), se basó en una revisión detallada y un meta-análisis de todos los estudios pertinentes actualmente disponibles.
En total incluyeron ocho trabajos que sugirieron que había una asociación significativa entre el tabaquismo y el daño estructural espinal acumulado, aunque aún se están evaluando los datos de los estudios que investigaban la asociación entre el tabaquismo y la progresión de la enfermedad en los rayos X espinales que reflejaron la formación de nuevos crecimientos óseos (conocidos como sindesmofitos) y/o un aumento en el tamaño de dichos sindesmofitos.
"Los reumatólogos deben trabajar duro para animar a sus pacientes con artritis a que dejen de fumar, ya que esto podría tener un gran impacto en su calidad de vida futura", ha destacado Servet Akar, autor de la investigación.
Nota: artículo original publicado en http://www.infosalus.com