14 de septiembre del 2016
Es cierto que la actividad física trae consigo muchos beneficios para la salud pero si se cambian los hábitos de manera rotunda y el gimnasio se convierte en una obsesión, se puede sufrir de trastornos psicológicos, según el sitio bekiasalud.com.
La vigorexia, en este caso, es el trastorno más común que sufren aquellos que se obsesionan con el gimnasio y el deporte y nunca tienen suficiente. Esta enfermedad consiste en lo contrario que la anorexia, es decir, aquella persona que padece vigorexia es aquella que tiene una visión distorsionada de la realidad y nunca ve su cuerpo con el volumen suficiente, por lo que trata de ingerir cantidades desmesuradas de proteínas e hidratos de carbono, y realiza muchas sesiones de musculación en el gimnasio, así como consume suplementos como es el caso de los anabólicos y esteroides, muy perjudiciales para la salud.
- Puede tratarse de personas inseguras, con un autoestima bajo, que nunca van a llegar aceptarse del todo y siempre habrá algo de su físico con lo que no estén a gusto, cuestión que les provoca ansiedad.
- Realizan deporte de forma compulsiva. Pasan muchas horas del día en el gimnasio y no se saltan ni una sesión de ejercicio, aunque esto provoque rechazar planes con amigos o familiares.
- Suelen aislarse de su grupo social. Al dedicar la mayor parte de horas del día a su físico, son personas que no tienen tiempo de relacionarse con los demás.
- Mantienen una dieta muy estricta. Normalmente sus dietas se basan en dosis altas de proteínas e hidratos de carbono y bajas en grasas.
- Presentan una forma física desproporcionada. Las personas que padecen vigorexia buscan la hipertrofia muscular y nunca alcanzan el nivel deseado, siempre quieren más y más ejercicio.
- Algunos consumen productos que pueden perjudicar seriamente la salud como esteroides y anabólicos.
Todo esto puede traer graves consecuencias para la salud de la persona que padece vigorexia, como puede ser por ejemplo, atrofia muscular, desgarros, esguinces, problemas cardiacos, lesiones hepáticas o, incluso disfunción eréctil o cáncer de próstata. Esto no solo es debido a la práctica de ejercicio excesiva, también lo provoca el consumo de productos muy perjudiciales para la salud.
Fuente - rosario3.com
14/09/2016