12 de septiembre del 2016
Las intoxicaciones por consumo de drogas sintéticas se han multiplicado por 20 durante este verano en el Hospital Clínic de Barcelona, según afirmó a Efe su jefe de Toxicología, Santiago Nogué.
Aunque reconoció que «nosotros no podemos saber quién consume sino sólo quién tiene reacciones adversas y es trasladado al hospital», Nogué indicó que el perfil del consumidor es «predominantemente masculino, de entre 18 y 30 años, aunque a veces también ingresamos a menores que se han intoxicado».
Al contrario que el cannabis, los derivados anfetamínicos «no proceden del medio natural», afirmó Nogué, sino que son «siempre producidos en laboratorios», muchas veces «con la intención de crear medicinas que finalmente no fueron viables», y tienen «una composición química muy variable, que altera las percepciones sensoriales y son adictivas».
Al no existir antídoto para los estupefacientes sintéticos, «lo único que podemos hacer es esperar a que el cuerpo metabolice lo que ha tomado», y si hay suerte, el paciente recibe el alta al cabo de unas horas.
Además de dificultar la investigación en busca de un contraveneno, la alta diversificación de drogas sintéticas también incrementa las probabilidades de intoxicación y produce confusión entre los consumidores, que, «en realidad, no pueden estar seguros de lo que están tomando» porque, al tratarse de un mercado ilegal, «nunca se sabe». De hecho, Nogué afirmó que «muchas veces el análisis no corresponde con lo que el consumidor afirma que se le ha vendido».
La molécula anfetamínica tiene «muchísimos derivados» y los traficantes la modifican «mucho y constantemente», para que la droga tenga «más capacidad alucinógena, psicomotriz, empática, y reduzca el cansancio y la fatiga». Para el toxicólogo, la tendencia al alza en las intoxicaciones también está relacionada con un aumento del número de consumidores de drogas en general, «gente que busca nuevas experiencias y nuevas sustancias con efectos positivos importantes y pocos efectos negativos».
Pese a aprobar la labor de las campañas antidrogas en España, que comparten «mucha información», Nogué señaló que el problema es «no somos capaces de transmitirla con eficacia».
Por ello, remarcó que hay que «mejorar» la percepción de riesgo del consumo de estas sustancias, que es «muy baja», sobre todo entre los jóvenes. «La gente las toma alegremente» porque «se trata sólo de una pastilla y no te tienes que pinchar», a lo que el toxicólogo contrapuso que «esto es una lotería» porque cada persona reacciona de manera diferente y «no puedes predecir quién tendrá una reacción adversa o incluso mortal».
Por otro lado, Nogué alertó del creciente consumo de metanfetaminas en España, que sigue la estela del resto de países europeos donde este estupefaciente vuelve a ser el «estimulante preferido por los jóvenes» según datos del el Informe Europeo de Drogas 2016.
En España, señaló el toxicólogo, «todo va con un poco más de retraso, pero hemos detectado esta tendencia y creemos que irá creciendo». En el resto de países de la Unión Europea, las drogas sintéticas están ganando terreno a la heroína, el estupefaciente que más se consume en la actualidad.
Por lo tanto, desde hace unos años el panorama del consumo de drogas en el ocio nocturno de Cataluña no mejora. El 72 por ciento de las muestras de cocaína analizadas en el año 2014 por Energy Control –programa gestionado por la Asociación Bienestar y Desarrollo y con financiación de la Generalitat– estaban adulteradas.
En muchos casos, con sustancias tóxicas que pueden tener graves efectos sobre la salud. Tras analizar más de un millar de muestras de drogas sintéticas, los responsables del programa alertaron ayer del uso de nuevos adulterantes y de que las pastillas de éxtasis presentan dosis cada vez más elevadas. Los especialistas encontraron casos que triplicaban la dosis media. Energy Control recogió 1.249 muestras de drogas sintéticas. La mayoría fueron de cocaína, Mdma (éxtasis) o «speed».
Fuente - larazon.es
12/09/2016