09 de agosto del 2016
Se llama tiletamina, se utiliza en veterinaria como anestésico y se está vendiendo como si fuese ketamina. La asociación Ai Laket! ha lanzado una alerta para advertir sobre la presencia de esta sustancia en el País Vasco. «La primera muestra apareció en enero y después lo hemos detectado en siete ocasiones más en diferentes municipios», explica Unai Pérez de San Román, miembro de esta entidad que desde 2002 realiza el análisis de muestras a través de programas de testado en fiestas patronales, discotecas, lugares de ocio, locales de jóvenes y el punto fijo de Vitoria, el único que funciona de forma permanente en el País Vasco.
Ai Laket!, cuya carpa ha estado y estará instalada en fiestas de Errenteria, Astigarraga, Ordizia, Azpeitia, San Sebastián, Elgoibar, Urretxu, Zarautz y Oñati, entre otros, está haciendo especial hincapié en alertar a aquellas personas que consumen ketamina. «El mayor riesgo es el desconocimiento, ya que las personas usuarias piensan que están consumiendo ketamina. Además, no se tiene información sobre los riesgos específicos de la tiletamina a medio-largo plazo», señala Pérez de San Román. La tiletamina es un fármaco, un anestésico que a día de hoy se utiliza en veterinaria combinado con otro principio activo. «Es un análogo de la ketamina del que no tenemos información sobre los efectos que produce en humanos, ni a corto ni alargo plazo. Esto, desde luego, es su mayor riesgo», reitera.
La asociación informa en su web de que el consumo de tiletamina puede provocar efectos no deseados y «comprometer seriamente la salud» de las personas usuarias. Según el testimonio que han recabado de varias personas que tras adquirir y tomar «supuestamente ketamina», sufrieron paranoia, insomnio, efectos visuales agudos, ansiedad... Sus efectos en animales se describen como disociativos y anestésicos. «Y en la mayoría de los casos se utiliza además en conjunto con otros principios activos, no hay información sobre sus efectos en humanos», insisten desde esta asociación que busca reducir los riesgos del consumo de drogas y que analiza la composición de las sustancias.
Esta alerta sucede a la que Ai Laket! lanzó el año pasado cuando se detectó en Euskadi PMMA, que provocó varias muertes en Estados Unidos y Europa. Las primeras muestras de esta sustancia que circuló en forma de pastillas, habitualmente con el logotipo 'S' de Superman estampado en sus dos caras, fueron aprendidas por la Policía Municipal de Santurtzi. En mayo de 2015 se informó de la localización de una segunda dosis en Gipuzkoa. Se trataba de una pastilla vendida como éxtasis (MDMA), con un porcentaje del 35,4% de PMMA, 1,5% de anfetamina y 63,1% de sulfato cálcico. «Esta ha sido la alerta mas importante que hemos tenido ya que se trataba de un caso muy especial. La PMMA es una sustancia más tóxica que la MDMA, se necesita menos cantidad para alcanzar sus efectos y, además, llegan más tarde. Estas dos circunstancias hacía que hubiera un riesgo importante de sobredosificación», recuerda Pérez de San Román. La asociación no ha detectado PMMA en los últimos meses. «Hace unos meses que la alerta ya ha bajado», confirma.
Lo que sí siguen viendo son drogas adulteradas. La adulteración es «muy habitual» en las sustancias ilegales. «Hay que tener en cuenta que el mercado negro es muy variable, y, entonces, dependiendo de cada sustancia y cada momento la adulteración varía. Lo importante en este aspecto es estar bien informado, utilizar los recursos de análisis disponibles para conocer la adulteración de primera mano, y estar al día de alertas como la actual sobre la ketamina», señalan desde Ai Laket!.
Según el último informe correspondiente a los meses de mayo y junio, la asociación analizó 19 muestras vendidas como anfetamina. Todas excepto una contenían anfetamina con un porcentaje de pureza que oscilaba entre el 8,8% y el 98%. Entre los adulterantes encontraron cafeína, paracetamol, bencilmetilcetona (BMK), metanol y excipientes como lactosa, manitol, ácido glutamático y etilenglicol. Tres de las muestras contenían metanol, «un tipo de alcohol que tiene alta toxicidad», en porcentajes bajos (entre el 3,3% y el 7,5%).
Catorce de las muestras tenían cafeína. De hecho, una de ellas estaba compuesta únicamente por cafeína. Otra de las muestras contenía BMK, «un reactivo químico empleado para la síntesis de anfetamínicos, de la cual desconocemos la toxicidad», explican desde la asociación.
De las quince muestras vendidas como cocaína y que Ai Laket! analizó entre mayo y junio, uno no contenía ese principio activo, sino cafeína, manitol y fenacetina. La pureza de las otras 14 muestras variaba entre el 33,6% y 98%. De hecho, seis de las quince muestras tenían purezas superiores al 98%. «En los últimos tiempos apreciamos un aumento en la pureza de la cocaína, dato importante a tener en cuenta a la hora de dosificar, por lo que vemos muy importante hacer uso de los servicios de análisis para conocer la composición», señalan desde Ai Laket!.
Pese a todo, han detectado adulterantes como lidocaína, levamisol, cafeína, fenacetina, tetracaína, paracetamol y excipientes como sulfato cálcico y manitol. En el balance bimensual subrayan que, pese al descenso en la adulteración, una de cada tres muestras están adulteradas con levamisol, antiparasitario de uso veterinario en porcentajes que oscilan entre el 6,2% y el 14%. «El levamisol puede acarrear efectos no deseados y alteraciones en la salud de la persona que lo consume», advierten desde Aia Laket!.
El alcohol sigue siendo la sustancia que más se consume «sin ninguna duda» en fiestas y en lugares de ocio, según observan los miembros de la asociación. En cuanto a las ilegales, la que más analizan, y también la que más se consume, es el cannabis.
«En estos últimos años si que hemos visto un cambio en el sentido de que antes, ya hace 5 años, analizábamos más hachís que marihuana, y en los últimos años es al revés, analizamos más marihuana que hachís», explica Pérez de San Román. Otra de las tendencias es la del policonsumo, que es «muy habitual, más de lo que quizás pensemos», empezando por sustancias legales como el alcohol. «En muchas ocasiones se consumen estimulantes, como cafeína u otras, con depresoras, como alcohol u otras, intentando compensar unos efectos con otros», cuenta el miembro de Ai Laket! También es habitual la mezcla de sustancias ilegales: «las mezclas pueden ser el tomar simultáneamente una o varias sustancias a lo largo de una noche ir tomando diferentes sustancias para conseguir diferentes efectos».
Fuente - diariovasco.com
Ane Urdangarin
09/08/2016