24 de mayo del 2016
Juegos, redes sociales, chats, compras, sexo y más (mucho más). Hoy la cotidianidad de millones de personas se ve permeada por la variada oferta tecnológica que permite la conexión a Internet 7 días x 24 horas, ya sea para trabajar, estudiar o divertirse. Sin embargo, para muchas personas distinguir entre el uso y el abuso de las mismas es una misión imposible.
Según un estudio sobre conductas patológicas en internet durante 2015, realizado por la ONG Protégeles que colabora en programas de la Comisión Europea, el 21,3% de los jóvenes está en riesgo de convertirse en adicto a las nuevas tecnologías. Y el 1,5% ya lo es. No controlan su conducta, lo que afecta al trabajo y a las relaciones personales.
Por definición, la tecnoadicción se refiere al uso patológico o la dependencia de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Es una adicción comportamental que se vuelve problemática por la necesidad una ejecución excesiva y/o compulsiva.
Efectivamente, está representada por deseos que consumen los pensamientos y comportamientos y que actúan para conseguir la sensación o el efecto deseado (la recompensa). El tecnoadicto siente una necesidad creciente de estar conectado todo el tiempo y ante la falta de conexión padece de abstinencia, con síntomas como nerviosismo, irritabilidad, agresividad y desesperación. Por ello, podría clasificarse en el mismo plano de la adicción al sexo, a las compras o al juego ludopatía.
La persona que vive en forma gratificante conectarse de forma permanente a la red para chequear actualizaciones o está permanentemente mirando su teléfono móvil, produce lo que se denomina un refuerzo positivo. Cuando esa conducta se repite, ya no tanto para recibir placer sino para polarizar el displacer de no hacerlo, hablamos de una conducta adictiva. Lo que ocurre con el uso de las tecnologías es que está tan naturalizada que cuesta darle una connotación negativa o grave.
Sin embargo, estar conectados puede ser en sí misma una adicción o puede ser un medio a través del cual pueden desarrollarse simultáneamente otras patologías, pues en definitiva la conexión al alcance de la mano y cada vez con mayor sofisticación permite, entre otras cosas y como habíamos mencionado, jugar, apostar, comprar y consumir pornografía y ver series “a la carta” compulsivamente.
“En las redes soy lo que quiera ser”. ¿A que suena terrible? Tal vez lo más terrible, detrás de la obvia inseguridad y falta de autoestima, es que aplica tanto para la joven que retoca su foto para quitarse unos kilos demás o afinarse un poco la nariz, como para el que quiere hacerse pasar por un atractivo joven de 19 años y en realidad tiene 60 y es pedófilo. Aplica también a un simple “sí” para que un menor diga que no lo es y acceda a contenidos indebidos o a sitios que fomentan conductas inapropiadas.
Ahora bien, ¿qué factores confluyen para desencadenar esta patología? Entre los factores individuales que pueden influir en el desarrollo de esta adicción están: la baja autoestima, la impulsividad, la tendencia al aislamiento, la introversión o las dificultades de comunicación. Por otra parte, experiencias negativas anteriores como el fracaso continuado en los estudios, los conflictos a nivel familiar, laboral y/o los trastornos del estado de ánimo también pueden ser base para desarrollar una conducta adictiva de evitación.
Algunos de los clásicos comportamientos que podrían desvelar un consumo problemático-adictivo de las tecnologías son:
Es importante destacar que la tecnoadicción no es como en la adicción a los químicos, donde el objetivo del tratamiento es la abstinencia de por vida. Con la adicción a las tecnologías el objetivo es reconducir la conducta excesiva y patológica a una conducta adecuada.
Esto significa que, como en todos los tratamientos llevados la persona es el centro del tratamiento y el principal objetivo es su recuperación total. La tecnoadicción se basa en un tratamiento multidisciplinar, ya que actúan diversos profesionales haciendo uso de diferentes técnicas.
El tratamiento incluye:
Fuente - sinconsumir.com
24/05/2016