16 de octubre del 2020
clara
l pan es un alimento ba?sico en la alimentacio?n de los espan?oles. Es cierto que en e?pocas de hambruna y escasez fue ba?sico para la supervivencia. Segu?n el famoso estudio ANIBES (Antropometri?a, Ingesta y Balance Energe?tico en Espan?a), el pan es el alimento que ma?s calori?as aporta a los espan?oles. Este exceso de consumo de pan tiene dos problemas: la pe?sima calidad de la mayori?a de panes que se venden hoy en di?a, y que cuando comemos demasiado pan estamos dejando de comer alimentos saludables y protectores como las frutas, verduras, frutos secos y legumbres. Pero si sabemos que este alimento no es indispensable y que encima su calidad deja mucho que desear, ¿por que? no dejamos de comer pan? Muchas personas responden igual: “No puedo, lo necesito”.
Es muy frecuente estar en consulta y que sea una misio?n imposible intentar reducir o eliminar el pan de la dieta del paciente. Las personas que comen frecuentemente pan no pueden dejarlo. Se han convertido en “panadictos”.
Nuestro sistema nervioso tiene unos receptores llamados “receptores opioides”, que pueden conectar con sustancias opia?ceas capaces de anestesiarnos y sedarnos o producir euforia en nuestro sistema nervioso, bloqueando y mitigando la sensacio?n de dolor. Esto pasa, por ejemplo, cuando hacemos ejercicio, ya que se liberan endorfinas, que nos dan esa sensacio?n de bienestar. Tambie?n hay otra sustancia opia?cea relacionada con la adiccio?n y no es otra que la dopamina. Y todo ello tiene que ver con el pan.
Pues casi. Hay estudios que sugieren que durante la digestio?n del gluten, sus pe?ptidos (un tipo de mole?culas) podri?an tener capacidad para activar nuestros receptores opioides, y esto provocari?a efectos adictivos. A estos pe?ptidos se les conoce como exorfinas del gluten y se han encontrado en la sangre de personas celi?acas, habiendo tambie?n evidencia en estudios animales
Aunque hay que ser prudentes al no haberse confirmado en humanos, si? sabemos que para que estas exorfinas del gluten actu?en, deben atravesar una de las barreras de proteccio?n del cerebro, cosa que ocurre en los celi?acos. Esto parece tranquilizador, ya que si nuestro intestino esta? saludable y no somos celi?acos, las exorfinas no pueden "hacernos dan?o".
Adema?s del propio gluten y de las exorfinas, hay otras caracteri?sticas del pan que lo hacen “adictivo”, como su esponjosidad y su crujiente corteza. Un estudio en nin?os obesos revelo? que los alimentos que generaban ma?s adiccio?n eran el helado, el chocolate, las patatas fritas, los refrescos y, por supuesto, el pan blanco.
A pesar de que los estudios sean un poco confusos, lo que esta? claro es que hay muchos testimonios de personas que afirman ser adictas al pan. Sin embargo, poca gente se declara adicta a alimentos no procesados como los pimientos o los garbanzos. No puede ser una coincidencia, ¿verdad? Para ma?s inri, el pan que conocemos hoy en di?a no es el que comi?an nuestras abuelas. Este pan esta? cargado de harinas refinadas sin fibra, aceites refinados y tiene mayor contenido en gluten. Adema?s, la industria alimentaria nos intenta vender “panes integrales” que no son ma?s que panes refinados con algo de salvado. Pero ahora, con la nueva normativa, esto parece que va a cambiar.