25 de agosto del 2020
Boris C. Rodríguez Martín PhD
La adicción a las compras hace referencia al impulso incontrolable de comprar. Las personas compran de forma compulsiva, cuestión que les produce malestar y perjuicios en numerosas áreas de su vida. Refieren que, en ocasiones, se han propuesto parar, pero que no pueden hacerlo. Además, tras estos episodios de compras, suelen experimentar culpa y arrepentimiento.
Las consecuencias de la adicción a las compras pueden ser variadas, la más evidente es el perjuicio económico que ocasiona al individuo y a la familia. Estas personas suelen endeudarse, pidiendo créditos con condiciones muy desventajosas. A esto se añade que resulta frecuente que no puedan cumplir con los pagos, cuestión que añade problemas legales.
Por supuesto, el ambiente familiar se ve afectado por esta conducta más allá del aspecto económico. También se han documentado afectaciones en el área laboral y las relaciones con los compañeros de trabajo.
Por último, se ha observado que coexiste con otros trastornos psiquiátricos, donde los rasgos obsesivo-compulsivos puede tener un rol destacado. Un paciente con un patrón compulsivo de compras comentaba que necesita comprar los artículos en números pares. Ejemplo, dos relojes, dos cinturones y así sucesivamente. En octubre de 2018, Comprehensive Psychiatry publicaba un estudio que analizaba similitudes entre el trastorno obsesivo-compulsivo y el patrón compulsivo de compras.
Algunos estudios refieren que estas personas suelen comprar ropa o artículos exclusivos de diseñadores famosos para impresionar a los otros. Muchos de estos artículos son caros y no suelen ser funcionales en la vida cotidiana del comprador. La mayoría de ellos se usan poco o nada.
También, para los objetos que tienen un uso cotidiano, la cantidad acumulada no se corresponde con la necesidad de uso. Un ejemplo puede ser la compra de relojes, es obvio que no se pueden usar 50 relojes al mismo tiempo, por lo que no poder abstenerse de comprar del número 51 podría causar malestar.
Aunque a muchos compradores compulsivos les gusta ir de tiendas, la mayoría reportan que prefieren hacerlo en solitario y online. En este último caso experimentan gran bienestar mientras realizan esta actividad. De hecho, está documentado que disfrutan más del proceso de búsqueda, selección y compra, que de la posesión o uso del artículo.
En las compras compulsivas interactúan diversas causas, dentro de las que se encuentran la presencia de valores materialistas, rasgos disfuncionales de personalidad, problemas de socialización y el rol de la cultura de consumo imperante en la sociedad. Si bien el análisis de la interacción de estos factores es una tarea compleja, resumimos aquí los principales hallazgos con el objetivo de conformar un perfil del comprador compulsivo.
Hace algún tiempo se realizó un estudio en España para analizar la relación entre las compras compulsivas y distintos factores individuales. Los resultados fueron publicados en Addiction Research & Theory en 2006. Los investigadores pudieron establecer un modelo jerárquico donde la presencia de ansiedad, depresión y rasgos obsesivo-compulsivos eran los principales factores relacionados con el problema de estudio. También se establecieron otros factores a tomar en consideración, como el afrontamiento pasivo (por ejemplo. esperar que las cosas se arreglen solas), la baja autoestima, atribuir sus dificultades a causas externas y la búsqueda de sensaciones.
Para finalizar, diré que el desarrollo de un grupo de valores espirituales, puede ser un elemento fundamental para brindar ayuda a quienes sufren con este problema. José Martí, un gran escritor y político cubano escribía en 1895 sobre las dificultades de aquellos, para los que el jarrón vale más que la flor que contiene: “Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera… Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada”.