31 de julio del 2020
Psicologia online
La mezcla de alcohol y antidepresivos puede deberse a varios motivos:
En los tres posibles casos, lo más recomendable sería que un médico/a nos informase adecuadamente sobre la conveniencia o no de la combinación de ambas sustancias. No obstante, es posible que dicha decisión se tome de manera inconsciente (sobretodo en los casos 2 y 3), normalmente empujado por un malestar interno que no permite tomar decisiones responsables para con la propia salud.
En los casos de tratamiento con antidepresivos, las características personales y el tipo de antidepresivo tomado y su dosis van a determinar la eficacia del tratamiento, la manifestación de efectos secundarios y la interacción concreta que el fármaco tenga con la ingesta del alcohol. En el caso de personas con el síndrome de dependencia del alcohol se recomienda, antes de consumir esporádica e inconscientemente antidepresivos, solicitar ayuda profesional para solucionar su problema.
Tanto el alcohol como los antidepresivos tienen, entre otros efectos, una acción directa sobre la segregación de serotonina en nuestro cerebro. La serotonina es un neurotransmisor que funciona como regulador de ciertas conductas y necesidades corporales favoreciendo la auto-regulación efectiva del organismo. La depresión genera un déficit en la disponibilidad de serotonina que provoca desajustes en dicha auto-regulación (tristeza, pérdida de interés, trastornos del apetito y del sueño, fatiga, ideas de suicidio, etc).
Los antidepresivos, como indica su nombre, funcionan para contrarrestar los efectos de la depresión sintetizando serotonina en el cerebro para restablecer las funciones des-balanceadas. Existen diferentes tipos:
Actualmente, los más utilizados son los ISRSs y los IRSNs porque producen menos efectos secundarios.
El alcohol, por su lado, cuando supone un consumo moderado presenta un efecto antidepresivo en tanto que aumenta la disponibilidad de serotonina en el cerebro. Por este motivo, la interacción entre antidepresivos y alcohol provoca un aumento desmedido de serotonina en el cerebro que se manifiesta con varios efectos que comentaremos en el siguiente apartado. Por otro lado, cuando el consumo de alcohol se torna continuado y prolongado, su efecto cambia generando una mayor demanda de serotonina en el cerebro y, por tanto, contribuyendo a aumentar (o reincidiendo en) los síntomas depresivos.
En el siguiente artículo puedes leer los efectos del alcohol en el cerebro y sistema nervioso.
Como acabamos de comentar, la mezcla de alcohol y antidepresivos contribuye a aumentar de manera innecesaria los niveles de serotonina en el cerebro provocando, principalmente:
Los síntomas más graves provocados por la intoxicación de este síndrome serotoninérgico pueden ser:
Teniendo en cuenta todo lo comentado, las consecuencias del consumo de alcohol y antidepresivos serán unas u otras en función de la persona y del tratamiento y dosis que esté tomando. No obstante, en general, podemos hablar de efectos adversos y nocivos para la salud por la interacción química que provoca la mezcla en el organismo: mayor riesgo de accidentes y caídas, mareos, alteraciones del comportamiento, incluso sobredosis.
Consultando en diversas fuentes no nos ha quedado claro si el consumo de cerveza sin alcohol es apropiado o no si se está realizando un tratamiento de antidepresivos. En principio, lo adecuado de su consumo dependerá de varios factores: