17 de julio del 2020
Psicopedia
Las amistades tóxicas pueden llegar a hacernos mucho daño emocional, pues es con los amigos con quiénes pasamos una buena parte de nuestro tiempo y, como consecuencia, tienen una gran influencia en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida.
1. Señala tus inseguridades en cuanto puede
Los amigos tóxicos no dejarán pasar la oportunidad de mencionar tus inseguridades. Todos tenemos temas que nos ponen sensibles y preferiríamos que se trataran con cuidado.
Un amigo tóxico no respeta estos límites. Aunque hay ocasiones en las que un amigo te tiene que confrontar y tal vez decir un “comentario incómodo”, cuando la relación es tóxica, esto ocurre de manera constante y sin que la ocasión lo amerite.
En la misma línea del punto anterior, un amigo tóxico sacará a relucir tus errores y demás momentos vergonzosos. Una vez más, todo depende del contexto: un par de bromas son muy normales; recordarte cosas que genuinamente te hacen sentir mal, no. Los buenos amigos tratan de ver lo bueno de ti y celebrarlo.
Esta es una clara señal de alarma. Las amistades, como las relaciones de calidad, se enriquecen en tanto que las personas que la conforman se apoyan mutuamente. Si tu no puedes contar con esa amistad, pero por otro lado, siempre estás disponible cuando quiere algo de ti (tu tiempo, múltiples favores, etc.) terminarás emocionalmente exhausto.
Jugar a ser la víctima es una característica de las personas tóxicas en general. Toman las cosas demasiado personal y tratan de hacer que te sientas culpable cuando las cosas no suceden como ellos esperaban en lugar de hacerse responsables de sus propias acciones. En otras palabras, es una forma de manipulación emocional.
Los buenos amigos añaden valor a nuestras vidas. A través de sus gestos, palabras o actos, nos hacen sentir acompañados, escuchados y entendidos. A su vez, nosotros intentamos hacer lo mismo por ellos. Si por el contrario, nos sentimos peor después de pasar tiempo con una amistad determinada, está relación podría ser tóxica.
Cada relación necesita de un punto mínimo de equilibrio. Necesitamos sentirnos bien con la otra persona, no estar temiendo sus burlas o desplantes de manera constante.
Si tienes un amigo que te necesita de manera continua, que siempre te lleva a situaciones comprometidas, que sólo quiere hablar de sus problemas, entonces no hay ninguna reciprocidad, y por lo tanto tampoco hay ningún espacio para la amistad.
No es necesario que se de una relación 50 a 50 en cada minuto, pero es imprescindible sentir el equilibrio de estar recibiendo en la medida en que planteas tus necesidades y expectativas.
Si una amistad tuya presenta alguna de estas caracteristicas, puedes tratar de fomentar el dialogo. Tal vez no se haya percatado de su manera de actuar.
Un poco de reflexión personal también nos puede ayudar. Si nosotros procuramos ser buenos amigos y nos comportamos a la altura, es muy probable que atraigamos a personas que también quieren establecer relaciones afectivas y sanas. Ya lo decía el pensador Ralph Waldo Emerson: “La única manera de hacer un amigo es serlo.”
Pero si ya has hecho estos dos pasos y la relación todavía te causa estrés, entonces podría ser el momento de eliminar a esta persona de tu círculo de amistades.
Recuerda que las personas con las que elegimos rodearnos influyen en gran medida en nuestro bienestar emocional. Identificar estas cinco características nos puede ayudar a evaluar si nos corresponde decirle adiós a las amistades que son tóxicas y, por otro lado, agradecer y valorar las que no lo son.