https://www.high-endrolex.com/17 Umbral
Te hablamos de las adicciones
  • Demencia: una revisiĆ³n en profundidad

10 de julio del 2020

Intramed

El progresivo deterioro mental que la demencia produce en las personas afectadas afecta sus relaciones familiares y sociales.  La demencia y el deterioro cognitivo leve (DCL)  se caracterizan por la disminución del nivel cognitivo previamente alcanzado, pero en la demencia, la disminución afecta las actividades de la vida diaria o el funcionamiento social.

La demencia de ninguna manera es una consecuencia inevitable cuando se llega la edad jubilatoria, o incluso al entrar en la novena década de la vida.

Hay muchos tipos diferentes de demencia, siendo la más común la enfermedad de Alzheimer (EA). La demencia vascular es la que le sigue en frecuencia seguida de la demencia con cuerpos de Lewy; la demencia mixta también común.

La degeneración frontotemporal y las demencias asociadas con daño cerebral, infecciones y abuso de alcohol son menos comunes. Actualmente el término demencia se ha cambiado por el de "trastorno neurocognitivo mayor", evitando así la estigmatización.

Al evaluar de las necesidades de una persona con demencia se deben considerar otras enfermedades y los medicamentos que afectan e interactúan con la demencia y, el ambiente social y físico del individuo. Los problemas de salud física relacionados con la edad y la demencia, como la diabetes y la hipertensión, aumentan el riesgo de EA y la demencia vascular, haciendo un más probable demencia sea mixta.

Las otras demencias mencionadas son menos comunes. Cuanto más enfermedades físicas tiene una persona, más probable es el desarrollo de demencia. El deterioro de la función mental y física también interfiere con el ejercicio o las actividades sociales: Esto hacen más complejo el diagnóstico, pronóstico, respuesta al tratamiento y necesidad de atención sanitaria y social.

Los autores han i1ncorporado un n novedoso modelo de riesgo a lo largo de la vida, desarrollando el concepto de fracciones atribuibles a la población (FAP) para mostrar que es posible que la eliminación de esta fracción disminuya los costos, teniendo en cuenta que el 85% se origina en problemas familiares y sociales.

Aumentar la educación infantil y el ejercicio, mantener las relaciones sociales, reducir o dejar el tabaquismo y controlar la pérdida de audición, la depresión, la diabetes, la hipertensión y la obesidad podrían contribuir a la prevención o el retraso de la demencia.

Por supuesto, dicen, no todos podrán hacer cambios, algunos cambios no harán la diferencia y algunos riesgos de demencia son genéticos y actualmente no modificables. Sin embargo, el retraso de la aparición de la demencia durante algunos años, incluso en un pequeño porcentaje de personas, sería un enorme logro y permitiría a muchas más personas llegar al final de la vida sin desarrollar demencia.

Las personas que consultan por síntomas de DCL, fallas mnésicas, que generalmente son >65 años, ofrecen una oportunidad para más intervenciones específicas. Hoy en día se sabe que algunos rasgos de la demencia pueden ser modificables.

Las intervenciones propuestas por los autores pueden transformar la vida de las personas con demencia y sus familias; maximizando la cognición, disminuyendo los síntomas de angustia asociados, reduciendo las crisis y mejorando la calidad de vida.

Lo más importante para aplicar estas intervenciones es hacer el diagnóstico oportuno. Aunque todavía no se dispone de un tratamiento modificador de la enfermedad, un retraso en el inicio de la demencia beneficiaría incluso a los adultos mayores.

Prevención de la demencia

Demografía y demencia

Se ha observado que en sucesivas generaciones hay un menor riesgo de demencia, según la exposición durante toda la vida a factores de salud y estilo de vida. Sin embargo, ciertos países como China y Japón,  la creciente prevalencia de obesidad e hipertensión ha aumentado su incidencia.

La complejidad de la neuropatología de la demencia hace compleja la prevención

Algunos factores de riesgo son potencialmente modificables, como las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, metabólicas y psiquiátricas, la dieta, el estilo de vida y la educación. La demencia es heterogénea y los factores de riesgo varían y también coexisten. De todas maneras, el mayor factor de riesgo de demencia es la edad y no es modificable.

Centrarse en la resiliencia: reserva cognitiva

Algunas personas con cambios neuropatológicos por la EA no tienen demencia, lo que indica resiliencia, y hoy se habla de reserva cognitiva. Las personas con reserva cerebral pueden tolerar más la neuropatología sin deterioro cognitivo ni funcional y el desarrollo de la demencia es más lento. Esta reserva está relacionada con el sustrato anatómico del cerebro o la adaptabilidad de la cognición.

Se cree que la menor reserva cognitiva conduce al desarrollo más temprano de la demencia, y que las poblaciones que, por ejemplo, con mayores tasas de hipertensión, porque la neuropatología resultante reduce la reserva cognitiva.

Hay factores que aumentan la reserva son: ejercicio físico, estimulación intelectual o actividades de ocio, a lo largo de la vida.

Algunos estudios muestran que mejorando la reserva cerebral junto con intervenciones conocidas para prevenir daños se podría promover la resiliencia, la cual favorecerá la reserva cognitiva.