20 de mayo del 2020
Discapnet
Clásicamente se consideran psicosis todos los trastornos mentales en los que la pérdida de contacto con la realidad es muy llamativa (por ejemplo, en casos en los que el paciente no distingue en absoluto entre la realidad y su fantasía, o entre sus miedos internos y las amenazas reales, etc...). En sentido estricto, la pérdida de contacto con la realidad se da en distinto grado en muchos trastornos psiquiátricos, incluidas las neurosis graves, pero en los trastornos psicóticos éste síntoma es más característico o grosero.
Las psicosis cursan con mucha frecuencia con delirios; (pensamientos ilógicos, con frecuencia muy extravagantes y sin base real, que no están basados en una creencia cultural compartida y que no se pueden rebatir mediante argumentación lógica) y con alucinaciones (percepciones sin estímulo real como voces, visiones, etc.). Las alucinaciones y los delirios pueden verse en cuadros de depresión psicótica, o manía delirante en el trastorno bipolar, en intoxicaciones por drogas estimulantes o alucinógenas, como efecto secundario de algunos fármacos, en el seno de algunas enfermedades médicas (neurológicas, reumatológicas, etc.) y, de una manera muy característica, en los trastornos que se exponen en este apartado. El trastorno psicótico más conocido es la esquizofrenia.
La esquizofrenia es una enfermedad del sistema nervioso central que suele comenzar entre los 20 y los 30 años de edad. Su causa no se conoce de manera completa todavía pero se sabe de la importancia de factores concretos genéticos y otros que afectan al desarrollo del tejido nervioso. El curso crónico y deteriorante de esta enfermedad afecta seriamente el curso vital de pacientes desde su juventud y frustra muchas veces las expectativas fundamentales del ser humano que la padece. Cuando, fuera de los episodios agudos, los pacientes perciben este destino capaz de menoscabar su proyecto vital; no es raro que se depriman.
Los síntomas de la esquizofrenia se clasifican en positivos y negativos.
Se denominan síntomas positivos a las alteraciones psicopatológicas que no existían antes de la enfermedad (básicamente las alucinaciones y los delirios).
Otro síntoma psicótico positivo es considerar que todo lo que sucede alrededor se refiere a uno (autorreferencialidad).
Se denominan síntomas negativos o defectuales a ciertas secuelas de la enfermedad: pérdida de habilidades sociales, falta de interés, incapacidad para experimentar placer, incapacidad para expresar emociones, pensamiento y lenguaje empobrecidos (se hacen simples, concretos y circunstanciales –es decir, dan vueltas y vueltas sobre un tema sin llegar a ningún punto-, o repiten las palabras o frases y, en los casos más graves o evolucionados, el pensamientoy el lenguaje se desorganiza hasta la incoherencia). Los síntomas negativos suelen ser los que más deterioran al paciente y los más difíciles de tratar; la investigación de muchos nuevos fármacos para la esquizofrenia tiene hoy como objetivo principal el alivio de estos síntomas negativos que son; todavía un reto para el que no hay una solución farmacológica suficientemente satisfactoria.
En la esquizofrenia también puede haber síntomas motores como la catatonia que puede cursar con síntomas muy diversos como la agitación psicomotriz, negativismo (hacer lo contrario de lo que se le pide), flexibilidad cérea (se deja mover por el examinador sin oponer resistencia y se queda quieto en la postura incomoda que se le dejó), oposicionismo (opone resistencia al movimiento pasivo) y posturas anormales.
Clásicamente se describen varias formas de esquizofrenia:
Teniendo en cuenta esta cronicidad de la esquizofrenia, se habla de Trastorno Esquizofreniforme en pacientes con síntomas de esquizofrenia pero menos de seis meses de evolución. Muchos pacientes esquizofrénicos pueden haber tenido por esto el diagnóstico previo de Trastorno Esquizofreniforme.
El tratamiento de la esquizofrenia se prolonga años; si aparecen recaídas frecuentes puede ser necesario de modo ininterrumpido. Hoy hay evidencia científica de que la combinación de tratamiento farmacológico y psicosocial en la esquizofrenia mejora el pronóstico y el nivel de funcionamiento del paciente. Como muchos pacientes con esquizofrenia no son capaces de darse cuenta de su enfermedad resulta imprescindible que se informen y conciencien al respecto. Las familias necesitan también información específica al respecto (ellos y sus familias). Es preciso que todos sepan que si se deja el tratamiento la recaída es muy frecuente así como la aparición de nuevos déficits que, seguramente, hará necesario aplicar dosis más altas de los fármacos que se estaban tomando. Una razón habitual de abandono del tratamiento son los efectos secundarios molestos (y algunos peligrosos) que tienen algunos de los medicamentos utilizados en el tratamiento de la esquizofrenia; pero es posible tratar muchos de estos efectos secundarios y, además, los medicamentos nuevos presentan muchos menos efectos secundarios.
Hay varios tipos de trastornos delirantes o “paranoias” (como se llamaba antes a estos trastornos) según el tema delirante (celos, persecución, perjuicio, etc...), la duración y el curso de la enfermedad. Todos ellos se caracterizan por el protagonismo del delirio casi en ausencia de otros síntomas psicóticos, ni los “síntomas negativos” que se han descrito en el apartado de la esquizofrenia. El delirio suele referirse a un solo tema concreto y no puede rebatirse mediante argumentación lógica. Por lo general, el paciente se resiste a recibir tratamiento y no es raro que después de varias tentativas de tratamiento, el paciente tienda a ocultar un delirio que persiste (se dice que permanece “encapsulado”) con repercusión específica sobre un área de la vida de paciente (la afectada por el delirio) pero respetando relativamente otras áreas.
Como su nombre indica es un trastorno psicótico que puede parecerse por los síntomas a la esquizofrenia paranoide, pero que dura unos días, desaparece sin secuelas y puede no volver a presentarse nunca más. Suele tener un desencadenante (una época de mayor estrés, cambios en la vida habitual, el nacimiento de un hijo, etc.) y mejor pronóstico que otros trastornos psicóticos.
Se trata de un trastorno que comparte características de la esquizofrenia y del trastorno bipolar y suele tener, también, un pronóstico intermedio entre los dos.
Es un trastorno psicótico raro, en el que dos personas comparten los mismos delirios y alucinaciones. En general una de las dos personas tiene un trastorno psicótico, y la otra es una personalidad dependiente que mantiene una relación muy estrecha con el paciente psicótico.
En el TRATAMIENTO de los trastornos psicóticos se utilizan principalmente unos medicamentos llamados neurolépticos (ver el capítulo 9 de la guía: Tratamiento de los trastornos psiquiátricos). Los neurolépticos suelen dividir en “típicos” o “clásicos”, que son más potentes y producen más efectos secundarios extrapiramidales (rigidez, temblor, síntomas parecidos a los de la enfermedad de Parkinson, etc.) y; “atípicos”, menos potentes (es preciso dar más dosis), con menos efectos extrapiramidales y más beneficio sobre los síntomas negativos. Para evitar el abandono de la medicación existen preparados de liberación retardada que se administran en inyección intramuscular y duran aproximadamente un mes.