16 de abril del 2020
Medline Plus
El LSD es una droga psicoactiva. Eso significa que actúa sobre el cerebro (sistema nervioso central) y cambia su estado de ánimo, su comportamiento y la manera en la que se relaciona con el mundo a su alrededor. El LSD afecta la manera en la que actúa un químico cerebral llamado serotonina. La serotonina ayuda a controlar el comportamiento, el estado de ánimo, los sentidos y el pensamiento.
El LSD es parte de un tipo de drogas llamado alucinógenos. Estas son sustancias que provocan alucinaciones. Las alucinaciones son cosas que usted ve, escucha o siente estando despierto que parecen reales, pero en lugar de serlo, han sido creadas por la mente. El LSD es un alucinógeno muy poderoso. Basta solo una cantidad muy pequeña para provocar efectos como las alucinaciones.
Las personas que usan LSD llaman a sus experiencias alucinógenas "viajes". Según la cantidad que se tome y la manera en la que responda, un viaje puede ser "Bueno" o "malo".
Un buen viaje puede ser estimulante y placentero, y hacerlo sentir:
Un mal viaje puede ser muy desagradable y atemorizante:
El peligro del LSD es que sus efectos son impredecibles. Eso significa que, al usarlo, no sabe si tendrá un buen viaje o un mal viaje.
La rapidez con la que sentirá los efectos del LSD dependerá de la manera en la que lo use:
El LSD puede dañar el cuerpo de diferentes maneras y puede llevar a padecimientos como:
Algunos usuarios de LSD tienen escenas retrospectivas. Esto sucede cuando partes de una experiencia con drogas, o viajes, regresan, incluso sin usar la droga de nuevo. Las escenas retrospectivas, conocidas en inglés como flashbacks, suceden en momentos en los que aumenta el estrés. Las escenas retrospectivas tienden a suceder con menor frecuencia e intensidad luego de suspender el uso del LSD. Algunos usuarios que tienen estas experiencias frecuentemente tienen dificultades para vivir su vida cotidiana.
No se ha observado que el LSD genere adicción. Sin embargo, el uso frecuente de esta droga puede provocar tolerancia. Esto significa que puede necesitar más y más LSD para conseguir el mismo efecto.
El tratamiento comienza con reconocer que existe un problema. Una vez que decida que quiere hacer algo sobre su uso de LSD, el siguiente paso será buscar ayuda y apoyo.
Los programas de tratamiento utilizan técnicas de cambio de comportamiento a través consejería (terapia conversacional o talk therapy). Estas técnicas le ayudan a entender sus comportamientos y por qué usa LSD. Buscar la participación de familiares y amigos durante la terapia puede ayudar a apoyarlo y evitar que vuelva a utilizar la droga (recaída).
Dado que el LSD puede provocar problemas mentales, es posible recetar medicamentos para ayudar a tratar síntomas de ansiedad, depresión y esquizofrenia.
A medida que se recupera, concéntrese en lo siguiente para ayudar a evitar una recaída:
El LSD es una droga psicoactiva. Eso significa que actúa sobre el cerebro (sistema nervioso central) y cambia su estado de ánimo, su comportamiento y la manera en la que se relaciona con el mundo a su alrededor. El LSD afecta la manera en la que actúa un químico cerebral llamado serotonina. La serotonina ayuda a controlar el comportamiento, el estado de ánimo, los sentidos y el pensamiento.
El LSD es parte de un tipo de drogas llamado alucinógenos. Estas son sustancias que provocan alucinaciones. Las alucinaciones son cosas que usted ve, escucha o siente estando despierto que parecen reales, pero en lugar de serlo, han sido creadas por la mente. El LSD es un alucinógeno muy poderoso. Basta solo una cantidad muy pequeña para provocar efectos como las alucinaciones.
Las personas que usan LSD llaman a sus experiencias alucinógenas "viajes". Según la cantidad que se tome y la manera en la que responda, un viaje puede ser "Bueno" o "malo".
Un buen viaje puede ser estimulante y placentero, y hacerlo sentir:
Un mal viaje puede ser muy desagradable y atemorizante:
El peligro del LSD es que sus efectos son impredecibles. Eso significa que, al usarlo, no sabe si tendrá un buen viaje o un mal viaje.
La rapidez con la que sentirá los efectos del LSD dependerá de la manera en la que lo use:
El LSD puede dañar el cuerpo de diferentes maneras y puede llevar a padecimientos como:
Algunos usuarios de LSD tienen escenas retrospectivas. Esto sucede cuando partes de una experiencia con drogas, o viajes, regresan, incluso sin usar la droga de nuevo. Las escenas retrospectivas, conocidas en inglés como flashbacks, suceden en momentos en los que aumenta el estrés. Las escenas retrospectivas tienden a suceder con menor frecuencia e intensidad luego de suspender el uso del LSD. Algunos usuarios que tienen estas experiencias frecuentemente tienen dificultades para vivir su vida cotidiana.
No se ha observado que el LSD genere adicción. Sin embargo, el uso frecuente de esta droga puede provocar tolerancia. Esto significa que puede necesitar más y más LSD para conseguir el mismo efecto.
El tratamiento comienza con reconocer que existe un problema. Una vez que decida que quiere hacer algo sobre su uso de LSD, el siguiente paso será buscar ayuda y apoyo.
Los programas de tratamiento utilizan técnicas de cambio de comportamiento a través consejería (terapia conversacional o talk therapy). Estas técnicas le ayudan a entender sus comportamientos y por qué usa LSD. Buscar la participación de familiares y amigos durante la terapia puede ayudar a apoyarlo y evitar que vuelva a utilizar la droga (recaída).
Dado que el LSD puede provocar problemas mentales, es posible recetar medicamentos para ayudar a tratar síntomas de ansiedad, depresión y esquizofrenia.
A medida que se recupera, concéntrese en lo siguiente para ayudar a evitar una recaída: