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Te hablamos de las adicciones
  • El Tabaquismo

08 de abril del 2020

Ciencias Medicas

El tabaquismo es la adicción al tabaco provocada principalmente por uno de sus componentes activos, la nicotina, también llamada "Asesina con cara de ángel", la acción de dicha sustancia condiciona el abuso de su consumo debido a que actúa sobre el sistema nervioso central haciendo que la persona sufra una dependencia física y psicológica al humo del tabaco.

Fumar constituye un mal estilo de vida en las personas que lo consumen y en las que conviven o trabajan en lugares donde se inhale su nocivo humo, dado a que su daño en la salud no se limita solamente al fumador sino que también perjudica a todo el que le rodea.Es una práctica tóxica socialmente adquirida que interviene en un grupo numeroso de entidades patológicas como la cardiopatía coronaria, el cáncer del pulmón, la enfermedad arterial periférica, la úlcera gastroduodenal y las enfermedades crónicas pulmonares obstructivas, entre otras.Constituye un problema social de gran magnitud en todo el mundo,por cada cigarrillo fumado representa una  reducción de 9 minutos de vida, además es responsable de más de  5 millones de fallecimientos anuales a causa de sus múltiples daños ocasionados a la salud y esta cifra se comporta con un acenso en la sociedad.
El tabaquismo es uno de los más importantes factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad cardiovascular y la principal causa de enfermedad y muerte evitable a nivel mundial. Se clasifica teniendo en cuenta su origen como un FR relacionado con estilos de vida no saludables y debido a que su consumo es factible a cambio a través de medidas de salud también se clasifica en modificable;de esta forma al abandonar el tabaquismo disminuye el riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovascular, sin embargo, se necesita un período de varios años para que el riesgo desaparezca por completo.El impacto del tabaquismo sobre la salud cardiovascular y su asociación con otros FR como Hipertensión Arterial (HTA), Diabetes Mellitus, estrés, alcoholismo, obesidad, dislipidemia, sedentarismo, edad, sexo y antecedentes familiares tienen un efecto sinérgico, de modo que aumenta significativamente aún más el riesgo cardiovascular total.

La probabilidad de desarrollar afectaciones cardiovasculares en fumadores se relaciona directamente con el número de cigarrillos consumido diariamente, estudios epidemiológicos afirman que los fumadores presentan 70% más de probabilidad de padecer enfermedad coronaria, las personas que fuman una cajetilla de cigarro al día tienen un riesgo de 3 a 5 veces mayor de desarrollar cardiopatía isquémica.

Otro factor para la ocurrencia de estas enfermedades es el tiempo de evolución del hábito de fumar desde que inició la adicción a su consumo. Después de 10 años de fumar se incrementa el riesgo de eventos cardiovasculares desde 15 hasta 30%. En los hombres fumadores el infarto agudo de miocardio puede aparecer en promedio una década antes en relación con los no fumadores y si el consumo es mayor de 20 cigarrillos por día, puede anticiparse aproximadamente 20 años, las mujeres no fumadoras desarrollan un primer evento coronario casi 10 años después que los hombres; en cambio, las fumadoras pueden desarrollar un Infarto Agudo del Miocardio (IAM) a edades similares que los varones. Incrementa también el riesgo de recurrencia de ataques cardiacos entre los supervivientes de un infarto del miocardio.

 Los diversos componentes tóxicos del humo del cigarro son la causa  directa e indirectamente de los daños en las paredes de los vasos, efecto importante en el desarrollo de la aterosclerosis, y en la producción de eventos tromboembólicos, de esta manera el consumo de cigarrillos duplica el riesgo de enfermedades del corazón.

Componentes del humo del cigarro

El humo del tabaco es un aerosol heterogéneo que se produce por la combustión completa de la hoja del tabaco junto con varios aditivos y papel, a una temperatura elevada, que alcanza casi 1 000 ºC en el carbón que se quema del cigarro. Tanto los fumadores activos como los pasivos absorben componentes del humo del tabaco a través de las vías respiratorias y los alvéolos, y sus componentes  entran después en la circulación y se distribuyen en general.

 El humo que se origina es una mezcla que contiene aproximadamente 5 000 substancias químicas activas, antigénicas, citotóxicas, mutágenas y carcinogénicasque constituyen la fuente más importante de exposición tóxica y enfermedad mediada por agentes químicos en humanos.

 Entre los sustancias nocivas que contiene el cigarro se encuentran: la nicotina, el dióxido de carbono (CO2), el monóxido de carbono (CO)gases irritantes como el formaldehido, NO2, acroleína, ácido cianhídrico, cetaldehido; sustancias cancerígenas en la que se destacan hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), las nitrosaminas ,derivados fenólicos como, 2-etil-6-metil-1,4-ncenodiol, 2-metoxi-1,4-bencenodiol, y 4-etilmetoxi-6-metilfenol; y radicales libres y oxidantes radicales libres superóxido (O2·-), hidroxilo (OH·-), peroxilo (ROO·) y el óxido nítrico (NO·), entre otros componentes.

Las dos moléculas del humo del tabaco más directamente relacionadas con la aparición de las complicaciones circulatorias son la nicotina y el monóxido de carbono (CO):

Nicotina

La nicotina, es una amina terciaria; se trata de una droga psicoactiva estimulante que induce a tolerancia y dependencia química. Es el compuesto químico gaseoso más conocido del cigarrillo y el que provoca mayor número de efectos hemodinámicos y vasculares. Posee un efecto mediado por la liberación de catecolaminas, aumento de la  trombina y fibrinógeno, los que acrecientan el riesgo de fenómenos trombóticos, fenómenos que son reversibles al dejar de fumar.

La mayoría de los cigarrillos del mercado contienen 10 mg o más de nicotina, de la cual se inhala entre 1 y 2 mg/cigarrillo. En la inhalación del humo del cigarro esta sustancia se trasporta del pulmón a la circulación pulmonar, pasa a circulación arterial donde tiene una vida media de 1 a 4 horas y alcanza concentraciones elevadas, que acceden al cerebro y estimulan sus receptores nicotínicos muy rápidamente, en un plazo de  9-10 segundos. Posteriormente se distribuye vía sanguínea por otros tejidos, como pulmón, hígado, riñón.

Monóxido de Carbono (CO)

El CO es un gas incoloro, inodoro, insípido y no irritante que proviene de la combustión incompleta de materias carbonosas. En los cigarrillos representa entre 1,9 y 6,3% del humo, y en el humo de los puros está entre 9,7 y 12,7%. Su efecto es altamente tóxico en la salud: disminuye la capacidad de trasporte de oxígeno, daña los sistemas enzimáticos de respiración celular, produce lesiones en la pared de los vasos, aumenta la viscosidad de la sangre lo cual dificulta la circulación y favorece el desarrollo de placas ateroescleróticas precoces por lesión y disfunción endotelial.

Repercusión del tabaquismo en el sistema cardiovascular

La nicotina ejerce sus efectos directamente sobre el sistema nervioso central. El hipotálamo manda señales a la hipófisis para que libere la hormona adrenocorticotropina (ACTH), la que provoca una estimulación de médula suprarrenal al liberar catecolaminas adrenérgicas que activan le  sistema nerviososimpático y producen en el sistema cardiovascular aumentos en la frecuencia cardíaca, el gasto cardíaco, la contractilidad cardíaca y presión sanguínea, lo que en un período de tiempo prolongado genera un aumento del volumen del corazón y deterioro en la función de bombeo y produce insuficiencia cardíaca. Además provoca espasmos de las arterias coronarias, reduce la capacidad de la sangre para disolver sus propios coágulos,vasoconstricción a nivel de pequeños vasos periféricos, lo que implica un menor aporte sanguíneo a la parte irrigada, y disminución de la temperatura, sobre todo, de manos y pies.

La nicotina del humo del cigarro aumenta la presión arterial, debido a que esta estimula la producción de diversos neurotransmisores, como la epinefrina, la norepinefrina, la dopamina, la acetilcolina y la vasopresina, que actúan simultáneamente en los receptores centrales y periféricos (ganglios periféricos, glándulas suprarrenales y uniones neuromusculares), disminuye sensibilidad de los barorreceptores, aumenta la producción de la angiotensina II, y incrementa la producción de tromboxano A2 (TXA2) que es un potente vasoconstrictor, lo cual aumenta los niveles de presión y las alteraciones en el sistema de conducción ventricular.

El tabaquismo genera un aumento en la actividad plaquetaria con una facilitación del fenómeno trombótico. La nicotina estimula una mayor concentración de trombina y fibrinógenos, seconvierte este en fibrina por acción de la trombina y esta constituye la red que forma el coágulo, lo que favorece la formación de trombos plaquetarios intravasculares y ayuda la incidencia de infarto del miocardio o formas severas de anginas de pecho.

Fumar ocasiona una disminución de la capacidad de transporte de oxígeno en la sangree induce un aumento de la demanda del consumo de oxígeno miocárdico. Esto se debe a la mayor afinidad del CO por la hemoglobinaque es hasta 270 veces superior a la del oxígeno, forma la carboxihemoglobina (COHb), que al desplazarlo de su sitio de unión reduce el oxígeno trasportado por la hemoglobina, lo cual provoca hipoxia.

El tabaquismo se encuentra  asociado a niveles elevados de ácidos grasos libres, triglicéridos, colesterol total, lipoproteína de baja densidad (LDL) y lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL),con reducción de lipoproteínas de alta densidad (HDL),reduce el efecto protector de este y aumenta por ello el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria; constituye un perfil lipídico que favorece  la formación de placas de ateroma.

 

Los componentes tóxicos del humo del cigarro ocasionan disfunción endotelial de las paredes de las arterias, originadas por el estrés hiperoxidativo y, por tanto, el aumento de la permeabilidad endotelial a las lipoproteínas y otros constituyentes plasmáticos, así como adhesión y migración de leucocitos y monocito-macrófagos mediados por LDL-oxidada al espacio subendotelial,lo que forma así una placa aterosclerótica y eleva el riesgo de ataques al corazón.