23 de junio del 2020
Anónimo
Las setas alucinógenas tienen el poder de liberar la mente. Varios estudios, entre los que se incluyen dos ensayos clínicos muy recientes, sugieren que la psilocibina, uno de los ingredientes de este tipo de setas, pueden ayudar a aliviar la ansiedad y la depresión severa. Aún así, todavía no tienen un uso médico y son ilegales.
Al igual que otras drogas alucinógenas como el LSD o el peyote, estas setas producirían la mayoría de sus efectos actuando en los transmisores neuronales del cerebro por medio de la serotonina. Esta última es una sustancia que está presente en las neuronas y que realiza funciones de neurotransmisor.
El Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas especifica más concretamente que las setas alucinógenas afectan la corteza prefrontal del cerebro. Esta es, precisamente, la parte del cerebro que regula el pensamiento abstracto. Además, es el lugar que desempeña un papel fundamental en el estado de ánimo y la percepción de la persona. Muchas de las personas que han consumido setas alucinógenas aseguran ver sonidos y oír colores.
Un estudio llevado a cabo en el año 2014 fue el primero en atribuir este efecto a la psilocibina, que afecta especialmente al cerebro y a sus comunicaciones neuronales. Sin ir más lejos, en este estudio se le inyectaron a una serie de personas 2 miligramos de esta sustancia. El efecto que provocó fue una mayor intensidad en varias regiones del cerebro.
Estas alucinaciones podrían ser la clave para entender cómo las setas alucinógenas podrían ayudar a aliviar la depresión. David Nutt, neurocientífico del Imperial College London, fue autor de un estudio en el año 2012 sobre la psilocibina. En dicho estudio, logró encontrar cambios en los patrones de la actividad cerebral de las personas que consumieron esta droga.
En las personas con depresión, Nutt cree que las conexiones entre los circuitos cerebrales son demasiado fuertes. Con el uso de este tipo de hongos, las conexiones disminuirían en intensidad produciéndose un alivio.
Otros dos estudios clínicos sobre los efectos de la psilobicina fueron llevados a cabo para comprobar que este ingrediente podría actuar como una herramienta muy poderosa para el tratamiento de la ansiedad y la depresión. El primero de estos estudios tuvo lugar en la Universidad John Hopkins de Baltimore. El segundo, mientras tanto, se celebró en la Universidad de Nueva York.
Ambos constataron que el 80% de las personas que participaron y tomaron psilobicina vieron reducidos sus síntomas de depresión y ansiedad al cabo de los seis meses de comenzar el tratamiento.
En definitiva, si bien hasta el momento el uso de estos productos está prohibido médicamente y son ilegales, los efectos que pueden tener sobre las personas podrían ser a la larga usados para ayudar a algunos pacientes que sufran trastornos depresivos.