Te hablamos de las adicciones
  • EL TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCION CON HIPERACTIVIDAD (TDAH).

08 de February del 2010

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es una condición psico-neurológica compleja “un síndrome generalizado de falta de atención, propensión a la distracción, impulsividad e hiperactividad”.  Hay tres subtipos de TDHA:  fundamentalmente inatento, y mixto.  El TDAH es hoy en día uno de los trastornos psiconeurológicos más frecuentes en la práctica clínica.  En México existen alrededor de un millón de niños que lo padecen.

Antes se consideraba que el TDAH era un trastorno de la infancia y que persistía durante la adolescencia.  Hoy sabemos que más del 50% de niños con TDAH lo padecen en la edad adulta.  El 80% de pacientes de una consulta psiquiátrica general, tienen antecedentes de TDAH.

Para elaborar el diagnóstico los niños, adolescentes y adultos deberán tener 6 o más de los siguientes síntomas de falta de atención,  persistentes durante por lo menos 6 meses hasta el grado que se vuelva desadaptativo e inconsistente con el nivel de desarrollo.

1. A menudo no logra prestar atención cercana al detalle.  Comete  errores por   descuido.

2. A menudo tiene dificultades para sostener la atención en tareas o   juegos.

3. A menudo no parece escuchar cuando se le habla directamente.

4. A menudo no continua hasta el final y no logra terminar las tareas.

5. Tiene dificultades para organizar tareas y actividades.

6. Evita o le desagradan las tareas que requieren esfuerzo mental  sostenido.

7. A menudo pierde las cosas necesarias para las tareas o actividades

8. A menudo se distrae fácilmente con estímulos externos.

9. A menudo se le olvidan las actividades diarias.

 
En el caso de Hiperactividad-Impulsividad:

10.A menudo se encuentra jugando con las manos o se retuerce al estar sentado.

11.Tiene dificultades para permanecer sentado cuando se le requiere  hacerlo.

12.A menudo corre o salta excesivamente en situaciones inapropiadas.

13.Tiene dificultades para jugar en silencio.

14.A menudo está en movimiento como si estuviera “impulsado por un motor”

15.A menudo habla excesivamente.

16. A veces responde sin tino antes de que se le haya terminado de preguntar.

17. Tiene dificultades para esperar su turno.

18. A menudo interrumpe o es intrusivo con otros. 

Los síntomas clásicos como falta de atención, la distracción, la impulsividad, la hiperactividad, no describen adecuadamente lo que realmente está sucediendo en la mente del niño, pues suelen confundirse con actitudes que presentan los niños sin el síndrome. En ese sentido una característica esencial del TDAH, es la falta de interés en el trabajo o en la memoria a corto plazo.  Son incapaces de recordar una explicación completa o de concluir los procesos que requieren de secuencias.  Es por eso que a estos niños les atraen actividades que no requieren de memoria de trabajo, como ver televisión.  Su relación con los otros niños se vuelve volátil e inestable.

Los trastornos emocionales como ansiedad y depresión acompañan a más de la mitad de los niños con TDAH, el 20% tiene dificultades de lectura y el 60% serios problemas de la escritura.  Los niños con este trastorno presentan dificultad en el aprendizaje, falta de habilidad para soportar la sobre-estimulación y otros problemas psiconeurológicos que se relacionan con los trastornos asociados (comorbilidades). Cuado los niños crecen y se desarrollan les cuesta trabajo adaptarse a los cambios en las rutinas diarias. Además, el 63% de los niños con este padecimiento tienen problemas con el sueño.

El trastorno por Déficit de Atención se da en niños con un coeficiente intelectual normal o superior, aunque el 90% de los niños tienen un aprovechamiento inferior y la mitad son reprobados por lo menos una vez.

El diagnóstico de TDAH en el adulto se baja especialmente en el antecedente de TDAH en la infancia.  Niños con TDAH tienen mayor riesgo de sufrir algunas comorbilidades junto con su trastorno durante la adolescencia y la vida adulta, en especial trastornos de ansiedad, afectivos (depresión) y obsesivo compulsivos, abuso de drogas, y personalidad antisocial, por lo tanto los adultos presentan una variedad más complicada de trastornos psiquiátricos que los niños, lo que hace el diagnóstico aún más difícil.  Además, se debe tomar en cuenta que el adulto desde la niñez ha creado mecanismos de defensa para así compensar su déficit de atención y poder ser funcional en su vida académica y laboral, por eso el aumento de los trastornos asociados (comorbilidades) entre los adultos. El consumo de drogas como la nicotina, cafeína, marihuana, las anfetaminas y la cocaína, controlan los síntomas del TDAH; lo cual hace a los niños y jóvenes con TDAH vulnerables a este problema.  Por otra parte, si vemos a jóvenes adictos, encontramos entre el 60 y 70% de los casos un TDAH no diagnosticado y no tratado.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico.  Una historia clínica acuciosa con información detallada de los padres, otros familiares y la escuela, son esenciales.  La exploración neurológica, auditiva y oftalmológica son necesarias para descartar otros padecimientos que producen inatención o hiperactividad.  Los estudios de Rayos X e Imagen (Resonancia Magnética de cráneo y Tomografía axial computarizada) así como, el Electroencefalograma aportan poco al diagnóstico de TDAH y más bien son útiles para descartar otros diagnósticos.  Un diagnóstico exacto y temprano del TDAH puede evitar una conducta negativa de largo plazo.

Es cierto que algunos padres pueden manejar el TDAH de sus hijos con técnicas conductuales, sin embargo, para otros y en casos muy particulares,  la medicación parece un milagro,  pues da a las familias desesperadas una mejor calidad de vida.  Así, el uso de medicamentos asociados a métodos conductuales han probado ser la mejor opción en esos casos.

Gracias a los avances en el conocimiento del funcionamiento del cerebro que hoy se tiene, se han desarrollados nuevas estrategias farmacológicas y psicoeducativas que le permiten a estos pacientes rehabilitar  sus interacciones académicas, familiares, sociales y laborales, logrando llevar una vida normal.

 

Dr. Guido Belssaso