25 de septiembre del 2019
AnĂ³nimo
Aproximadamente 18 millones de estadounidenses tienen problemas con el consumo de alcohol. El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo desufrir lesiones y accidentes, enfermedades y otros problemas de salud. Beber en exceso es una de las principales causas de fatalidades evitables en los Estados Unidos, y produce aproximadamente 88.000 muertes por año.
¿Cuánto es mucho? Los hombres no deberían consumir más de 14 bebidas por semana y 4 bebidas en un solo día. Las mujeres no deberían consumir más de 7 bebidas por semana y 3 bebidas en un solo día. Sin embargo, le sorprenderá saber qué cuenta como una bebida. Una copa de vino de mesa de 5 onzas, un vaso de cerveza de 12 onzas y 1 ½ onza de licor contienen cada una la misma cantidad de alcohol, y cada una cuenta como 1 bebida. Según cómo le afecte el alcohol, es posible que deba ajustar la cantidad de alcohol que consume. Algunas personas, como las mujeres embarazadas o personas que toman ciertos medicamentos, no deben consumir nada de alcohol.
Los problemas con el alcohol surgen por beberlo en exceso, muy rápido o con mucha frecuencia. Las personas dependientes del alcohol son adictas y no pueden controlar cuántas bebidas toman. Cuando los alcohólicos intentan dejar de beber, pueden experimentar sensaciones de ansiedad e irritabilidad, lo que los puede llevar a beber más, y se torna un círculo vicioso. “La adicción presenta 3 problemas importantes: Uno pierde la capacidad de sentirse bien, se estresa más y se le hace difícil tomar decisiones correctas”, cuenta el Dr. George Koob, director del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, dependiente del NIH. ”Esa es una receta para el desastre”.
Entre los signos de advertencia de un problema con el alcohol se incluyen el beber más o por más tiempo del pretendido, o los intentos fallidos por reducir la cantidad de consumo o dejar de beber. Al mismo tiempo, también es posible que la persona experimente problemas de desempeño en el trabajo, el hogar o la escuela.
“Un buen indicador es que hay algo que no encaja. ¿Su vida personal se está deteriorando por la manera en que bebe? ¿La gente lo evita? Si por lo general se siente miserable, esa también es una señal de advertencia”, cuenta Koob. “No necesita tocar fondo. Se ahorrar mucho daño a nivel social, profesional y, seguramente, también a su cuerpo, cuanto antes atienda su problema con el alcohol”.
“No hay que esperar a que surja un problema físico, como una enfermedad hepática”, dice el Dr. Lorenzo Leggio, un investigador del NIH que estudia nuevos tratamientos para el alcoholismo. “Las personas desarrollan un trastorno por el consumo de alcohol antes de que surjan los problemas hepáticos. La meta es identificar el trastorno alcohólico lo antes posible. La rapidez con que se actúe puede ayudar a prevenir consecuencias médicas”.
Los estudios demuestran que la mayoría de las personas con un trastorno por consumo de alcohol pueden beneficiarse con alguna forma de tratamiento. Si usted o algún ser querido tienen problemas con el consumo de alcohol, hay ayuda disponible. El primer paso es hablar con un médico de atención primaria de la salud. En algunos casos, lo único que la persona necesita es una breve intervención o una conversación honesta sobre los hábitos y los riesgos del consumo de alcohol.
Si el problema es más grave, el médico puede ayudar a crear un plan de tratamiento, recetar medicamentos o enviar a la persona a un especialista. En los casos más graves, es posible que el médico recomiende un tratamiento clínico o una clínica de adicciones.
“El alcoholismo es un trastorno complejo y variado. No existe un solo tratamiento que funcione para todos”, explica el Dr. Raye Litten, experto del NIH en el tratamiento y la recuperación del alcoholismo. “Si un tratamiento no funciona, se puede intentar con otro. A veces funciona una combinación de estos”.
Los medicamentos pueden ayudar a las personas a detener o reducir el consumo de alcohol. Existen tres medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. para tratar los trastornos por el consumo de alcohol. Uno de ellos, el disulfiram, provoca efectos secundarios desagradables, comonáuseas, vómitos y aumento de la frecuencia cardíaca si se consume alcohol mientras se toma el medicamento. Es comprensible que haya personas que no deseen tomar el medicamento por estos motivos. Los otros dos medicamentos, la naltrexona y el acamprosato, también han demostrado ser efectivos en la reducción del deseo de consumir alcohol en personas que beben en exceso.
Existen otros medicamentos bajo estudio como tratamientos posibles para los trastornos por el consumo de alcohol. Entre ellos se incluyen muchas medicinas que ya han sido aprobadas para tratar otras afecciones médicas. Por ejemplo, el fármaco gabapentina actualmente se usa para tratar el dolor y otras afecciones médicas, pero algunos ensayos clínicos han demostrado que tiene propiedades prometedoras para reducir el exceso de consumo de alcohol. La gabapentina puede disminuir los deseos de beber alcohol, además de la ansiedad, los problemas para dormir y otros síntomas asociados con trastornos por consumo de alcohol.
Los investigadores del NIH están trabajando para desarrollar otros enfoques. Por ejemplo, algunos están investigando una posible conexión entre el apetito y el deseo por consumir alcohol. Leggio está estudiando una hormona del estómago denominada grelina. Su investigación sugiere que cuando los niveles de grelina son elevados, las personas sienten hambre y también desean consumir más alcohol. Su laboratorio está probando un fármaco experimental diseñado para bloquear esta hormona y ayudar a reducir el deseo de consumir alcohol. Actualmente, el fármaco se están realizando los primeros ensayos para su evaluación en el Centro Clínico del NIH en Maryland.
“No habrá un medicamento que cure el alcoholismo”, dice Koob. “Creo que los medicamentos pueden ayudar a que uno lo supere, para que los cambios químicos en el cerebro puedan volver a la normalidad. Hay que fortalecer esto con terapia conductual para lograr que la recuperación sea lo más permanente posible”.
La terapia conductual, como los grupos de apoyo o la consejería, pueden ayudar a las personas a desarrollar habilidades para evitar o superar el estrés y factores de motivación que podrían conducir a la bebida. El enfoque puede ayudar a las personas a proponerse objetivos realistas, a identificar los sentimientos y las situaciones que pueden conducirlos al alcoholismo, y ofrecer consejos para lidiar con el estrés. También ayuda a crear una sólida red de apoyo social.
Si el plan de tratamiento creado por su equipo de atención de la salud funciona, es importante seguir ese plan. Muchas personas intentan repetidamente reducir el consumo o dejar de beber, sufren un revés y luego intentan dejarlo de nuevo. Piense en la recaída como un contratiempo temporal y siga insistiendo con la recuperación total.
“Siempre hay que ser conscientes de que existe la posibilidad de la recaída y la tentación”, dice Koob. “Cualquier alcohólico en recuperación le dirá que es una batalla diaria y prolongada”.