14 de agosto del 2019
Anónimo
Las salas de urgencias de los hospitales y los centros de traumatología ven de cerca la violencia provocada por la droga. Las salas de maternidad están llenas de bebés enfermos por culpa de la drogadicción. Los almacenes de los hospitales se utilizan para “almacenar” bebés abandonados en lugar de materiales.
En los centros de desintoxicación y rehabilitación se administra tratamiento a niños que ni siquiera han llegado a la adolescencia. Los organismos dedicados a prestar servicios sociales piden fondos para luchar contra esta epidemia. Algunos drogadictos dicen que no pueden vencer su adicción y otros, que no quieren hacerlo. A estos últimos les espera sufrimiento, frustración, violencia y tal vez la muerte, pero para los primeros hay esperanza.
“Tan solo hace un año —informó The New York Times del 24 de agosto de 1989— muchos consideraban el crack como una droga relativamente nueva, de la que todavía se sabía poco, pero que poseía unas características especiales que producían una adicción casi imposible de superar.” Sin embargo, ese mismo periódico dijo que ahora los investigadores están descubriendo que la adicción al crack, bajo las condiciones propicias, puede ser tratada con éxito. “La adicción al crack puede tratarse”, dijo el doctor Herbert Kleber, auxiliar de William J. Bennett, director de la lucha contra la droga en Estados Unidos. Él comentó que la clave del éxito radica en que a los adictos se les dé cabida en las estructuras familiares y sociales donde posiblemente nunca la han tenido, y subrayó: “Es más cuestión de habilitación que de rehabilitación”.
Los investigadores se han dado cuenta de que el programa más eficaz para curar a los adictos al crack consta de tres etapas: desintoxicación, consejo y educación personal durante un período prolongado, y, lo más importante, apoyo en el ambiente apropiado. La desintoxicación, es decir, sacar de la droga al adicto, no es lo más difícil. Muchas veces ellos mismos lo logran por sí solos debido a las circunstancias. Por ejemplo, no disponer de dinero para comprar la droga puede ser, y con frecuencia es, una circunstancia que contribuye a la desintoxicación. Otra pudiera ser la de verse encarcelados en una institución penitenciaria donde no pueden acceder a la droga, o encontrarse internados en un hospital. Sin embargo, el verdadero problema radica en impedir que el adicto vuelva a consumir droga cuando la tiene disponible.
Aunque algunos adictos han conseguido desengancharse del crack mientras seguían algún programa especial de tratamiento, los especialistas en estos tipos de terapia recalcaron que la mayoría de los adictos no consiguen aguantar las primeras semanas. Por ejemplo, el doctor Charles P. O’Brien, psiquiatra de la universidad de Pensilvania, dijo que dos terceras partes de los adictos que se inscriben en su programa de tratamiento lo abandonan durante el primer mes. Otros programas incluso han tenido menos éxito.
Fuente: https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/101990523#h=2