Te hablamos de las adicciones
  • Mi adicción a la Coca-Cola es una cosa seria

03 de June del 2019

Anónimo


El primer día que pasé sin beber Coca-Cola pensaba que no sería tan grave si bebía un poco, pero me resistí. En el segundo día, soñé que habían inventado una nueva lata de 530 ml, pequeña, gorda y hermosa. ¿Porqué soñé una cantidad tan específica de Coca-Cola? Al tercer día la falta de cafeína me estaba volviendo loco, tartamudeaba al hablar, no me concentré en el trabajo y olvidé las llaves del coche. Entonces me di cuenta cuán grave era mi adicción. Esto no iba a ser fácil.
Luego fui a comer a Nando's. Comer en este palacio de pollo, en caso de que no lo sepas, significa tener refill ilimitado de distintos tipos de sodas. Esto, por lo general, es una excusa maravillosa para mí para consumir una cantidad de azúcar y cafeína capaz de provocarle un coma diabético a un oso adulto. En esta visita a Nando's, por primera vez en mi vida, rechacé la Coca-Cola y eso me causo un dolor de cabeza inexplicable.
Ese mismo dolor apareció cuando tuve que sustituir la Coca-Cola por limonada o agua con Tang para acompañar un plato de curry. La humanidad no ha inventado una comida que ame más que la india y no hay absolutamente ninguna bebida que la acompañe mejor que una Coca-Cola fría. Durante mi mes de dolor me comí 6 platos de curry y todas las veces sufrí dolor de cabeza —aunque sospecho que era más bien un dolor emocional—.
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En mi refrigerador (compartido con mi roomie), había una lata de Coca-Cola ahí. tentándome, burlándose de mí, esperando mi regreso al lado obscuro. Pero resistí. Contrario a lo que pasa con un alcohólico en recuperación, yo no miraba al resto de las personas bebedoras de Coca-Cola con aire de superioridad moral. No me sentía mejor persona, de hecho extrañaba muchísimo los efectos de mi bebida favorita: ese putazo de energía que me da a la mitad del día, esa patada en el culo. Mientras escribo esto me doy cuenta de que sueno como un drogadicto justificándose; y la verdad es que mi necesidad de cafeína es muy parecida a la de cualquier adicto (incluso hablando de drogas más siniestras). Por ejemplo: escribir es algo mucho más fácil y atractivo luego de una inyección de cafeína. El no tener Coca-Cola conmigo significó que escribir esto se convirtiera en una agonía lenta y dolorosa. Ok, exagero, pero sí fue una tarea nada atractiva.


Fuente: https://www.vice.com/es/article/bmp7kv/mi-adiccion-a-la-coca-cola-es-una-cosa-seria