27 de April del 2018
New York Times
Para la mayoría, jugar videojuegos en línea es mayormente un pasatiempo inocuo. Pero una nueva revisión encuentra que algunos se convierten en víctimas de lo que los expertos denominan "trastorno por juego en internet".
El concepto de que jugar podría convertirse en una adicción ganó terreno por primera vez en 2013, cuando el trastorno se incluyó en el "Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales" (DSM). En ese momento, el trastorno solo se incluyó como una "afección a estudiar más".
Esto es justo lo que ha hecho ahora una amplia revisión de las investigaciones anteriores.
La nueva revisión observó más de 40 investigaciones realizadas en todo el mundo entre 1991 y 2016. Concluye que, como otros tipos de adicción, el trastorno por juego en internet es una afección completa que surge cuando la diversión se transforma en una pérdida de control y se convierte en una obsesión.
"Jugar en exceso podría conducir a la evitación de los estados de ánimos negativos y a un descuido de las relaciones ’normales’, los deberes escolares o laborales, e incluso las necesidades físicas básicas", advirtió en una declaración el autor de la revisión, Frank Paulus.
Paulus es el psicólogo principal en el departamento de psiquiatría infantil y adolescente del Hospital de la Universidad de Saarland, en Homburg, Alemania.
Pero los investigadores enfatizaron que la adicción a los juegos por internet sigue siendo la excepción entre los jugadores, en vez de la norma. Anotan que "en la mayoría de individuos, los juegos por computadora son una actividad agradable y estimulante".
Los revisores también apuntan que la forma en que el trastorno se define varía ampliamente entre los estudios y las distintas culturas, dificultando que se saquen conclusiones amplias.
Por su parte, el DSM declara que una "característica esencial" del trastorno es tener una "participación persistente y recurrente en los juegos por computadora, durante típicamente de 8 a 10 o más horas por día, y al menos 30 horas por semana". Normalmente se trata de juegos de grupo con muchos jugadores remotos.
Según el equipo de Paulus, esa definición "es un buen punto inicial". Pero los investigadores plantearon que no va lo suficientemente lejos.
Por ejemplo, concluyeron que el manual no toma en cuenta lo suficiente el círculo vicioso que probablemente atrape a los adictos a los juegos. En ese escenario, las malas habilidades sociales y la baja autoestima de un individuo podrían conducir a una obsesión con los juegos, lo que a su vez socaba esas habilidades sociales, reforzando así la adicción.
Y los investigadores advirtieron que la definición tampoco toma en cuenta el rango completo de otros problemas de salud mental (como depresión, ansiedad, aislamiento y trastorno por déficit de atención e hiperactividad [TDAH]) que probablemente fomenten el riesgo del trastorno.
El equipo considera que el trastorno por juego en internet es un fenómeno real que puede poner en peligro el futuro social y académico de un adicto, y dañar su salud física y mental en general.
La revisión aparece en una edición reciente de la revista Developmental Medicine & Child Neurology.
El Dr. Arshya Vahabzadeh, director médico de Brain Power Innovation en el Hospital General de Massachusetts General Hospital, en Boston, cree que los videojuegos y las aplicaciones pueden ser una experiencia positiva para muchos.
Pero Vahabzadeh concurrió en que "con el tiempo, de forma similar a una sustancia adictiva, quizá los individuos encuentren que esta ’droga digital’ dañe sus vidas laborales y personales, conduciendo a que deseen más, y que provoca síntomas de abstinencia ante su ausencia".
"De hecho, si pregunta a cualquier padre sobre sus hijos y los videojuegos, consideran la práctica más patológica incluso que los científicos", señaló Mark Griffiths, profesor de adicción conductual en la Universidad de Nottingham Trent, en Inglaterra.
"Estos hallazgos básicamente confirman lo que ya sabemos", dijo.
Pero Griffiths se mostró de acuerdo en que los niños que son jugadores no sufren de una adicción.
"Sin duda creo que esto sí es una afección. Pero la preocupación o el uso excesivo no necesariamente sean problemáticos", afirmó. "Excesivo no significa malo. La cantidad de personas que son adictas a los videojuegos de la forma en que se puede ser adicto a las sustancias o al alcohol es bajísima".
"No se trata de la cantidad de tiempo que un niño pasa frente a un videojuego", explicó Griffiths. "Se trata del contenido y el contexto en que ese tiempo que pasa frente a la pantalla implica para su vida".
"Si la educación de su hijo no se ve afectada, tiene una gran red de amigos, hace sus deberes y realiza actividades físicas, entonces lo que está haciendo con su tiempo libre no está teniendo un impacto negativo en su vida y no puede llamarse una adicción, aunque los padres piensen que es excesivo", añadió.
Fuente
https://www.debate.com.mx/salud/juegos-en-linea-adiccion-videojuegos-internet-cuidados-20180423-0258.html