18 de July del 2016
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El juego al azar es una diversión, pero para algunas personas se convierte en toda una adicción.
“Muchos individuos disfrutan de los juegos de azar, ya sea, apostándole a un caballo o jugando al póquer por internet. La mayoría no tienen ningún problema, pero algunos tienen dificultad para resistirse o controlar el impulso de jugar”, detalla el psiquiatra Luis Sandoval, vinculado a Kaiser Permanente de Santa Ana (California).
“Al igual que el alcoholismo o la drogadicción, la ludopatía es un trastorno crónico que tiende a empeorar de no ser tratada”, agrega el galeno. “E incluso, con tratamiento, es frecuente tener recaídas. Sin embargo, los ludópatas tienen un muy buen pronóstico con el tratamiento adecuado”.
Cuando la adicción al juego no se puede controlar o anular no solo destruirá la vida del jugador sino también la de su familia.
“Los cónyuges y los hijos del apostador son los que, por lo general, pagan el precio [del juego al azar que es vicioso], ya que, las características asociados con un adicto son dañinas para quienes lo rodean”, explica el psiquiatra.
Y el fracaso matrimonial o el derrumbe familiar se da porque, como dice el Dr. Sandoval, el adicto al juego al azar —o a cualquier otro vicio— miente, su estado de ánimo puede convertirse errático o impredecible, no cumple con sus responsabilidades, abusa de la confianza de sus seres queridos, llegando hasta a robar o tomar dinero que no le pertenece.
Y esto lo conoce muy bien Martha (quien prefirió dejar su apellido y nacionalidad en el anonimato). “Cuando nos casamos, sabía que a mi esposo le gustaba jugar a las cartas. Y, a veces, hasta yo también jugaba, pero lo de él se transformó en un vicio que nos llevó al divorcio a pesar de tener dos hijos, por las grandes pérdidas económicas que causaron sus apuestas”, cuenta la residente de Woodland Hills.
Muchos expertos consideran que la adicción al juego se produce por la “emoción” que las personas sienten cuando ganan y cuando pierden dinero.
“El juego ocasional lleva al juego habitual”, detalla el psiquiatra. “Las situaciones estresantes y la personalidad de las personas también pueden empeorar los problemas del juego”.
“También se sabe que el juego compulsivo a menudo involucra comportamientos repetitivos”, prosigue el experto en comportamiento humano. “Las personas con este problema tienen dificultad para resistirse o controlar el impulso a jugar. Aunque comparte características del trastorno obsesivo compulsivo, la adicción al juego es una afección diferente”.
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