Te hablamos de las adicciones
  • POR QUE PEDIR AYUDA?

22 de August del 2011

ANONIMO

 

“Justo hace un año, celebré mi cumpleaños en el hospital, entubada, frágil y bajando vertiginosamente los pocos peldaños que me separaban de la muerte. Ese día mis familiares, en concreto mis 3 hermanas, también bajaban esos peldaños por el sufrimiento y la impotencia al no poderme ayudar, desoladas, por no agarrarme a ninguno de los múltiples cables que me lanzaban, y por el dolor consciente de que me estaba yendo por no saber como pisar el freno.
Mi aterrizaje en el hospital fue un SOS, no tenía ni la menor idea de cómo pedir ayuda, me sentía incapaz de hacerlo con palabras, ¿cómo podía jurar otra vez mas que no volvería a beber? Quién me creería, si la primera que no creía ni quería creer era yo. Qué terrible y agresiva forma de pedir ayuda, pero mi cabeza perturbada por el alcohol me decía que así lo harían los demás por mí, como había sucedido siempre hasta aquel día, pero esta enfermedad es muy complicada, no habían pasado ni 4 horas de mi salida del hospital, recogida por mis hermanas, con todo el amor, calor y comprensión, cuando escape de nuevo a beber, qué contradicción, pero el peso de mi familia, el querer que me viesen bien, la presión que yo sentía me llevaba a beber, ¡qué dolor! ahora sí que me encontraba en el fondo del pozo, deseando con toda mi alma quitarme de en medio. Sin embargo, no sabes cómo me alegro hoy de haber tocado aquel fondo, ya que a partir de ahí empecé mi camino hacia la superficie, mi camino hacia otra vida.
Una mano hermana y amiga llamó por mí a pedir ayuda. Creo que aún no es consciente del regalo que me hizo, ya que en aquel momento de extrema debilidad física y mental, quizás hubiera dejado pasar la oportunidad. El siguiente paso fue “subir las escaleras” –como decimos aquí- asiéndome de cada brazo unas muletas. Subí con mucho miedo, pero entregada, yo también estaba harta de vivir en el infierno. No sé si llamarlas las escaleras de la vida, pero afirmo con rotundidad que son las escaleras de la libertad, y esa libertad tan sumamente gratificante, tan codiciada y que tan bien suena, no es un camino de rosas, tiene su gran parte de renuncias, de incomprensión, de falta de conocimiento y de dudas, al fin y al cabo, cuando llegamos aquí, todos sabemos que tenemos problemas con el alcohol pero cuesta mucho, insisto mucho, aceptar que uno es un enfermo alcohólico,así como a los familiares les cuesta mucho comprender su codependencia y darse cuenta de que es hora de pedir ayuda. Hoy hace un año que me separé del alcohol, creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero la ayuda para mí ha sido de vital importancia, algo que durante toda mi vida he rechazado y al aceptarla, las cosas han cambiado y por ello quiero dar gracias por enseñarme a escuchar, descubriendo así que escuchar construye puentes, el puente de la comunicación, y que trabajarse un camino interno es de primordial importancia, pues curarse del alcoholismo no consiste sólo en dejar de beber…”
 
No dejes que el alcohol destruya tu vida o la de tus seres queridos. Nunca es demasiado tarde para pedir ayuda, si en tu familia o grupo de amigos existen problemas relacionados con el alcohol, la mejor forma en que puedes ayudarlo es informándole que padece una enfermedad, la cual tiene tratamiento. Que existen especialistas dispuestos a ayudarle a salir adelante. Demuéstrale que no está solo, que sí hay una solución.
 
* Testimonio Real de una alcohólica en recuperación. Recopilado de la página oficial de la asociación de Ex – Alcohólicos españoles.
 
 
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