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22 de February del 2010

CRACK

La cocaína es un fuerte estimulante del sistema nervioso central, que obstaculiza el proceso de reabsorción de dopamina, un neurotransmisor que está relacionado con el placer y el movimiento. La dopamina se libera como parte del sistema de recompensa del cerebro y tiene que ver con el estímulo que caracteriza el consumo de cocaína.

Los efectos físicos del uso de cocaína incluyen constricción de los vasos sanguíneos periféricos, dilatación de las pupilas y aumento de la temperatura, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial. La duración de los efectos eufóricos inmediatos de la cocaína, que incluyen hiperestímulo, reducción de la fatiga y claridad mental, depende de la forma de administración. Algunos usuarios de cocaína dicen que sienten desasosiego, irritabilidad y ansiedad.

Cuanto más rápida sea la absorción, más intenso será el estímulo, pero también será más breve la acción. El estímulo de la inhalación puede durar de 15 a 30 minutos y el de fumar, de 5 a 10 minutos.

Al aumentar progresivamente las dosis de cocaína se reduce el período de estímulo, creando un círculo progresivo y muy peligroso. Se puede desarrollar una tolerancia notable del estímulo y muchos adictos dicen que tratan, en vano, de que la droga les produzca tanto placer como durante la primera exposición. Las pruebas científicas indican que la potente propiedad de refuerzo neuropsicológico de la cocaína lleva a la persona al uso continuo, a pesar de las consecuencias físicas y sociales nocivas.

Los riesgos del uso de cocaína pueden llegar, aunque en casos raros, a la muerte repentina la primera vez que se la usa, o inesperada de ahí en adelante. Sin embargo, no hay forma de determinar quién tendría predisposición a la muerte repentina.

Las dosis elevadas o el uso prolongado de cocaína, o ambas cosas, pueden desencadenar paranoia. El fumar cocaína crack puede producir una conducta paranoide particularmente agresiva en los usuarios.

Cuando los adictos dejan de usar cocaína, a menudo se deprimen. Eso también puede llevar a un mayor uso de cocaína para aliviar la depresión. La inhalación prolongada de cocaína puede resultar en ulceración de la membrana mucosa de la nariz y puede lesionar tanto el tabique nasal como para provocar su colapso. Las muertes relacionadas con el uso de cocaína se producen a menudo como consecuencia de paro cardíaco o ataques, seguidos de paro respiratorio.

Es muy frecuente mezclar el consumo de cocaína con el de alcohol, lo cual agrava el peligro que representa cada droga. Se ha descubierto que el hígado combina la cocaína con el alcohol y fabrica una tercera sustancia, el etileno de cocaína, que intensifica los efectos eufóricos de la cocaína y, al mismo tiempo, tal vez aumenta el riesgo de muerte repentina.

La recuperación de personas adictas al uso de la cocaína en sus diversas formas es una tarea difícil, pero no imposible. Existen terapias de recuperación que presentan un nivel interesante de éxito.