22 de February del 2010
JUEGO
Existe una serie de constantes en la personalidad de las personas adictas al juego. El jugador tratará, de cualquier forma, de recuperar las pérdidas hasta que se quede sin dinero. Jugará casi todos los días de la semana y gastará todo su dinero en el juego.
Ocultará a su familia y a sus amigos que juega mientras le sea posible, y generalmente se considerará un jugador muy hábil. Eludirá todo contacto con personas como consecuencia de las deudas acumuladas y no hará otra cosa que pensar en el juego. Pedirá dinero prestado, hasta llegar a robar o tal vez vender sus bienes personales y familiares para mantener su hábito. Todo esto le puede acarrear graves consecuencias en su vida profesional y familiar.
Muchos jugadores se vuelven irritables y malhumorados a medida que sus deudas se van acumulando, incluso pueden aparecer episodios de violencia familiar. Son personas ansiosas y depresivas. En ocasiones, la gran cantidad de deudas acumuladas pueden llevar a un jugador al suicidio.
Generalmente al verdadero jugador adicto no le entusiasma ganar, sino el juego en si mismo. Necesita de la "emoción" de mostrar la carta, tirar los dados u oír la voz del llamador del bingo, igual que un adicto a las drogas necesita de su dosis habitual.