22 de May del 2025

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Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) representan un serio problema de salud mental, especialmente en adolescentes y mujeres jóvenes. Se trata de enfermedades psiquiátricas complejas y de origen multifactorial, que involucran aspectos biológicos, psicológicos y sociales. En la adolescencia, el diagnóstico más común es el de TCA no especificado, seguido por anorexia nervosa y bulimia nervosa. Estos trastornos comparten síntomas característicos, como la preocupación excesiva por la comida, el peso corporal y la figura, así como el uso de conductas no saludables para controlar el peso.

Además de su impacto psicológico, los TCA pueden ocasionar complicaciones médicas graves e incluso secuelas irreversibles si no se detectan y tratan a tiempo. Por ello, es fundamental un abordaje precoz que incluya diagnóstico temprano y derivación oportuna a un equipo especializado.

El tratamiento de los TCA debe ser llevado a cabo por un equipo interdisciplinario con experiencia tanto en el manejo de estos trastornos como en el trabajo con adolescentes. Esta visión integral permite abordar no solo las manifestaciones clínicas, sino también los desafíos propios del desarrollo adolescente, favoreciendo una mejor recuperación y reduciendo el riesgo de cronicidad.