20 de May del 2025

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La adicción a los videojuegos se ha convertido en una preocupación creciente dentro del campo de la salud mental, especialmente entre adolescentes. Este trastorno se caracteriza por la pérdida de control en el tiempo y la frecuencia de uso de los videojuegos, lo que lleva a descuidar actividades esenciales como dormir, comer, estudiar o relacionarse socialmente. Esta situación puede generar importantes consecuencias negativas en la vida cotidiana de quienes la padecen.

Este tipo de adicción no suele presentarse de forma aislada, sino que con frecuencia coexiste con otros problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo, ansiedad, déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y consumo de sustancias como el alcohol. Además, afecta el bienestar físico, ya que se asocia con trastornos del sueño, sobrepeso y obesidad debido a la falta de descanso adecuado y actividad física.

El diagnóstico y tratamiento de esta condición debe ser realizado por profesionales de la salud mental, como psicólogos clínicos y psiquiatras. El abordaje terapéutico depende de la severidad de los síntomas, el grado de disfuncionalidad en la vida diaria y la presencia de otros trastornos asociados. En muchos casos, se recomienda un tratamiento multimodal que incluya tanto intervención psicológica como farmacológica.

La terapia psicológica más utilizada en estos casos es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), que busca reducir la sintomatología y ayudar al paciente a recuperar el control sobre el uso de los videojuegos. Esta intervención se desarrolla en tres fases: la primera consiste en la psicoeducación y la motivación para el cambio; la segunda, en el análisis de los patrones de conducta relacionados con el juego y el desarrollo de habilidades para el manejo del estrés y la resolución de problemas; y la tercera, en la prevención de recaídas.

Un elemento clave en el tratamiento es el fortalecimiento de las redes de apoyo, como la familia y los amigos, así como la activación conductual y la promoción de hábitos saludables. Estos componentes son fundamentales para lograr una recuperación efectiva y sostenible.

En resumen, la adicción a los videojuegos es un trastorno complejo que requiere atención especializada. Con un abordaje integral y el acompañamiento adecuado, es posible recuperar el equilibrio en la vida personal, social y emocional del paciente.