13 de agosto del 2024
https://nida.nih.gov/es/publicaciones/drugfacts/el-canabis-marihuana
¿Cómo se consume la marihuana? La marihuana se fuma en cigarrillos enrollados (llamados porros o joints), en pipa o en pipas de agua (bongs). También se fuma en blunts, que son cigarros vaciados y vueltos a rellenar parcial o totalmente con marihuana. Para no inhalar el humo, algunas personas usan vaporizadores. Estos aparatos extraen los ingredientes activos de la marihuana (incluido el THC) y recolectan el vapor en una unidad de almacenamiento. La persona entonces inhala el vapor, no el humo. Algunos vaporizadores usan un concentrado líquido de marihuana. La marihuana también se puede mezclar con alimentos (comestibles de marihuana) —como por ejemplo bizcochos de chocolate, galletas o golosinas— o beberse en forma de infusión como si fuera un té. Un nuevo método popular de consumo es fumar o comer distintas formas de resinas con alto contenido de THC ¿Qué efecto tiene la marihuana en el cerebro? La marihuana afecta el cerebro a corto y largo plazo Efectos a corto plazo Cuando una persona fuma marihuana, el TCH pasa rápidamente de los pulmones a la corriente sanguínea. La sangre transporta entonces la sustancia química al cerebro y a otros órganos del cuerpo. Si la persona ingiere o bebe el THC, el organismo lo absorbe más lentamente. En ese caso, los efectos se sienten por lo general entre 30 y 60 minutos después de consumir la droga. El THC actúa sobre ciertas células receptoras específicas en el cerebro, las células que normalmente reaccionan a sustancias químicas naturales similares al THC. Estas sustancias químicas naturales desempeñan un papel en el desarrollo y el funcionamiento normal del cerebro. La marihuana sobrestimula las áreas del cerebro que contienen la mayor cantidad de estos receptores. Eso genera la euforia o “high” que experimenta la persona. Otros efectos incluyen: alteración de los sentidos (por ejemplo, los colores se ven más brillantes) alteración de la percepción del tiempo cambios en el estado de ánimo limitación de la movilidad corporal dificultad para pensar y resolver problemas debilitamiento de la memoria alucinaciones (cuando se consume en grandes dosis) delirio (cuando se consume en grandes dosis) psicosis (el riesgo es mayor con el consumo regular de marihuana de gran potencia) Efectos a largo plazo La marihuana también afecta el desarrollo del cerebro. Cuando una persona comienza a consumir marihuana en la adolescencia, la droga puede reducir la capacidad de pensar, la memoria y las funciones cognitivas (funciones de aprendizaje), y puede afectar la manera en que el cerebro establece conexiones entre las áreas que son necesarias para realizar estas funciones. Los investigadores todavía continúan estudiando cuánto tiempo duran los efectos de la marihuana y si algunos de los cambios que causa podrían ser permanentes. Por ejemplo, un estudio de Nueva Zelanda realizado en parte por investigadores de Duke University demostró que las personas que comenzaron a fumar mucha marihuana en la adolescencia y continuaron consumiéndola perdieron, en promedio, 8 puntos de coeficiente intelectual entre los 13 y los 38 años de edad. Las personas que abandonaron la marihuana siendo adultos no recuperaron totalmente la capacidad mental que habían perdido. Quienes comenzaron a fumar marihuana en la edad adulta no mostraron una disminución notable del coeficiente intelectual. ¿Qué otros efectos tiene la marihuana sobre la salud? El consumo de marihuana puede tener una amplia variedad de efectos físicos y mentales. Efectos físicos Problemas respiratorios. El humo de la marihuana irrita los pulmones, y quienes fuman marihuana con frecuencia pueden tener los mismos problemas respiratorios que quienes fuman tabaco. Estos problemas incluyen flema y tos crónica, enfermedades pulmonares más frecuentes y un mayor riesgo de sufrir infecciones pulmonares. Hasta ahora los investigadores no han hallado evidencia de que las personas que fuman marihuana tengan un mayor riesgo de cáncer de pulmón. Ritmo cardíaco acelerado. La marihuana aumenta la frecuencia cardíaca por hasta tres horas luego de fumarla. Este efecto puede aumentar la posibilidad de un infarto. El riesgo puede ser más alto para las personas mayores y quienes sufren de problemas cardíacos.