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  • Trastornos de ansiedad

25 de julio del 2024

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/anxiety-disorders

Las personas con un trastorno de ansiedad pueden experimentar un miedo o una preocupación excesivos ante una situación específica (como por ejemplo una crisis de angustia o una situación social) o, en el caso del trastorno de ansiedad generalizada, ante una amplia gama de situaciones cotidianas. Por lo general, padecen estos síntomas durante un período prolongado, al menos varios meses, y tienden a evitar las situaciones que les generan ansiedad. Otros síntomas de los trastornos de ansiedad son: - dificultad para concentrarse o tomar decisiones - irritabilidad, tensión o inquietud - náuseas o malestar abdominal - palpitaciones - sudoración, tiritones o temblores - trastornos del sueño - sensación de peligro inminente, de pánico o de fatalidad. Causas concomitantes y prevención Los trastornos de ansiedad, al igual que otras afecciones de salud mental, son el resultado de una compleja interacción de factores sociales, psicológicos y biológicos. Cualquier persona puede tener un trastorno de ansiedad, pero las personas que han sufrido abusos, pérdidas importantes u otras experiencias adversas tienen más probabilidades de presentarlo. Los trastornos de ansiedad están estrechamente relacionados con la salud física y, por consiguiente, esta influye en ellos. Muchos de los efectos de la ansiedad (como la tensión física, la hiperactividad del sistema nervioso o el consumo nocivo de bebidas alcohólicas) son también factores de riesgo conocidos en determinadas enfermedades, como las cardiovasculares. A su vez, las personas con estas enfermedades también pueden sufrir trastornos de ansiedad por las dificultades asociadas con el manejo de su afección. Entre las estrategias comunitarias eficaces para prevenir la ansiedad se encuentran la formación para los progenitores y los programas escolares para promover un aprendizaje social y emocional y para crear mecanismos de afrontamiento positivo en los niños y adolescentes. Los programas basados en el ejercicio físico también pueden ser eficaces para prevenir trastornos de ansiedad en los adultos. Diagnóstico y tratamiento Existen diversos tratamientos eficaces para este tipo de trastornos. Las personas con síntomas de ansiedad deberían buscar atención médica. Las intervenciones psicológicas son tratamientos esenciales de los trastornos de ansiedad y consisten principalmente en terapias conversacionales con profesionales o con terapeutas no especializados pero supervisados. Estas intervenciones pueden ayudar a aprender nuevas formas de concebir la ansiedad, hacerle frente y relacionarse tanto con la ansiedad como con las demás personas y con el mundo. De ese modo, pueden enseñar cómo enfrentarse a situaciones, eventos, personas o lugares que provocan ansiedad. Las intervenciones psicológicas pueden ofrecerse a individuos o grupos, presencialmente o en línea. También puede accederse a ellas a través de manuales de autoayuda, sitios web y aplicaciones. Las intervenciones psicológicas más avaladas por las pruebas para el tratamiento de diversos trastornos de ansiedad son las que se basan en los principios de la terapia cognitivo-conductual. Entre ellas figura la terapia de exposición, en la que la persona aprende a enfrentarse a sus miedos. Además, aprender habilidades para gestionar el estrés, como las relacionadas con la relajación y la atención plena (mindfulness), puede ayudar a reducir los síntomas. Los medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), también pueden ser útiles en el tratamiento de adultos con trastornos de ansiedad. Los proveedores de atención de salud deberían tener presentes los posibles efectos adversos de los antidepresivos, las posibilidades de llevar a cabo uno u otro tipo de intervención (por disponibilidad de conocimientos técnicos o del tratamiento en cuestión) y las preferencias individuales. Las benzodiazepinas, que históricamente se han recetado para los trastornos de ansiedad, han dejado de recomendarse por su alto potencial de dependencia así como su limitada eficacia a largo plazo.