06 de junio del 2024
https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastorno-obsesivo-compulsi
¿Cuáles son los signos y los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo? Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo pueden tener obsesiones, compulsiones o ambas cosas. Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten y que son intrusivos, no deseados y provocan ansiedad en la mayoría de las personas. Las obsesiones frecuentes incluyen: ·Temor a los germénes o a la contaminación: ·Miedo a olvidar, perder o extraviar algo ·Temor de perder el control sobre su propio comportamiento ·Pensamientos agresivos hacia los demás o hacia uno mismo ·Pensamientos no deseados, prohibidos o tabúes relacionados con el sexo, la religión o algún daño ·Deseo de tener las cosas en un orden simétrico o perfecto. Las compulsiones son conductas repetitivas que una persona siente la necesidad de realizar, a menudo como respuesta a una obsesión. Las compulsiones frecuentes incluyen: •limpiarse o lavarse las manos de forma excesiva •ordenar u organizar artículos de una manera particular y precisa •comprobar repetidamente las cosas, como asegurarse de que la puerta esté cerrada con llave o que el horno esté apagado •contar compulsivamente •orar o repetir palabras en silencio Aunque los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo pueden comenzar en cualquier momento, por lo general empiezan entre la niñez tardía y la edad adulta temprana. A la mayoría de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo se les diagnostica la enfermedad cuando son jóvenes adultos. Los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo pueden comenzar lentamente y desaparecer en ciertos momentos o empeorar con el paso del tiempo. Por lo general, los síntomas empeoran en situaciones estresantes. Las obsesiones y las compulsiones de una persona también pueden cambiar con el tiempo. Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo pueden evitar situaciones que desencadenan sus síntomas o tal vez consuman drogas o alcohol para afrontarlas. Muchos adultos con este trastorno reconocen que sus conductas compulsivas no tienen sentido. Sin embargo, es posible que los niños no se den cuenta de que su comportamiento es fuera de lo común y muchas veces temen que algo terrible suceda si no realizan ciertos rituales compulsivos. Por lo general, son los padres o los profesores que reconocen los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo en los niños. ¿Cómo sé si mis síntomas son debidos al trastorno obsesivo-compulsivo? Hay momentos en que todos nos replanteamos o volvemos a comprobar las cosas. No todo pensamiento repetido es una obsesión ni no todo ritual o hábito es una compulsión. Sin embargo, por lo general, las personas con trastorno obsesivo-compulsivo: •No pueden controlar sus obsesiones o compulsiones, incluso cuando saben que son excesivas. •Dedican más de una hora al día a sus obsesiones o compulsiones. •No obtienen placer con sus compulsiones, pero estas les pueden dar un alivio temporal de su ansiedad. •Tienen problemas importantes en la vida diaria debido a estos pensamientos o comportamientos. Algunas personas con trastorno obsesivo-compulsivo también tienen un trastorno de tics que implica movimientos o sonidos repetitivos. Los tics motores son movimientos repentinos, breves y repetitivos, como parpadeo y otros movimientos de los ojos, muecas faciales, encogimiento de hombros y espasmos en la cabeza o en los hombros. Los tics vocales incluyen cosas como carraspeos repetitivos, olfateos o gruñidos. Es frecuente que a las personas con trastorno obsesivo-compulsivo también se les diagnostique un trastorno del estado de ánimo o de ansiedad. Si cree que usted o su hijo pueden tener este trastorno, hable con un proveedor de atención médica sobre los posibles síntomas. Si no se trata, el trastorno obsesivo-compulsivo puede interferir en todos los aspectos de la vida. ¿Cuáles son los factores de riesgo para el trastorno obsesivo-compulsivo? Aunque no se conocen las causas exactas del trastorno obsesivo-compulsivo, hay varios factores de riesgo que aumentan la posibilidad de tenerlo. Genética: Hay estudios que han demostrado que tener un familiar de primer grado (padre, madre o hermanos) con trastorno obsesivo-compulsivo se asocia con una mayor probabilidad de llegar a tenerlo. Los científicos no han identificado ningún gen o conjunto de genes que definitivamente den origen al trastorno obsesivo-compulsivo, pero se están llevando a cabo estudios que exploran la relación entre la genética y este trastorno. Biología: Los estudios de imágenes cerebrales han demostrado que las personas con trastorno obsesivo-compulsivo a menudo tienen diferencias en la corteza frontal y las estructuras subcorticales del cerebro. Estas áreas cerebrales que afectan la capacidad de controlar el comportamiento y las respuestas emocionales. Los investigadores también han descubierto que varias áreas del cerebro, redes cerebrales y procesos biológicos desempeñan una función esencial en los pensamientos obsesivos, el comportamiento compulsivo y el temor y la ansiedad asociados. Se están llevando a cabo investigaciones para comprender mejor la conexión entre los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo y ciertas partes del cerebro. Este conocimiento puede ayudar a los investigadores a desarrollar y a adaptar tratamientos dirigidos a lugares específicos del cerebro. Temperamento: Algunas investigaciones han encontrado que las personas que exhiben comportamientos más reservados, tienen emociones negativas y muestran síntomas de ansiedad y depresión cuando son niños tienen más probabilidad de llegar a tener trastorno obsesivo-compulsivo. Trauma infantil: Algunos estudios han informado que existe un vínculo entre el trauma infantil y los síntomas obsesivo-compulsivos. Es necesario investigar más al respecto para comprender esta relación. Los niños que desarrollan repentinamente los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo o cuyos síntomas empeoran después de una infección estreptocócica pueden recibir el diagnóstico de PANDAS, que son las siglas en inglés para un grupo de trastornos pediátricos neuropsiquiátricos autoinmunitarios asociados con infecciones estreptocócicas. Obtenga más información sobre los PANDAS. ¿Cómo se diagnostica el trastorno obsesivo-compulsivo? Puede ser difícil diagnosticar el trastorno obsesivo-compulsivo porque los síntomas que por lo general son los más alarmantes para las personas, como la preocupación, la ansiedad y la falta de ánimo, pueden ser similares a los de otras enfermedades mentales. Además, es posible que las personas con trastorno obsesivo-compulsivo no le cuenten a su proveedor de atención médica sobre sus obsesiones y compulsiones por miedo a ser juzgadas. Si tiene síntomas, lo primero que debe hacer es hablar con un proveedor de atención médica. Le hará un examen físico y le preguntará sobre su historial médico para asegurarse de que otras enfermedades o afecciones no estén causando sus síntomas. Un proveedor de atención médica puede referirlo a un profesional de salud mental para que realice una evaluación o para que reciba tratamiento adicional. ¿Cómo se trata el trastorno obsesivo-compulsivo? El tratamiento ayuda a muchas personas, incluso a aquellas con las formas más graves del trastorno obsesivo-compulsivo. Los profesionales de la salud mental tratan este trastorno con medicamentos, psicoterapia o una combinación de ambos. Uno de estos profesionales de la salud mental puede ayudarle a decidir qué opción de tratamiento es la mejor para usted y explicarle los beneficios y los riesgos de cada una. Es importante seguir su plan de tratamiento porque tanto la psicoterapia como los medicamentos pueden tardar cierto tiempo para comenzar a funcionar. Aunque no existe una cura para el trastorno obsesivo-compulsivo, los tratamientos ayudan a las personas a controlar sus síntomas, realizar actividades diarias y llevar una vida plena y activa.