20 de mayo del 2024

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Cuando hablamos de ansiedad, nos referimos a un complejo sistema de respuestas emocionales, cognitivas, conductuales, y fisiológicas. La persona que padece este trastorno percibe la realidad como amenazante e interpreta que algo es o puede ser peligroso. La ansiedad y el calor crean una sensación de falta de control y a partir de ahí se desencadenan una serie de respuestas involuntarias como tensión muscular, sudoración, respiración acelerada, aumento de la tasa cardiaca, sensación de ahogo que finalmente llevan a la persona que lo padece a evitar o escapar de la situación que lo provoca. Este comportamiento muy negativamente en su estado de ánimo al no poder realizar ciertas actividades o manejarse adecuadamente en situaciones cotidianas, pues desencadenan para muchas personas en estas desagradables sensaciones. ¿Cómo se relaciona la ansiedad y el calor? Con el calor excesivo el cerebro necesita realizar un sobreesfuerzo por mantener la temperatura corporal dentro de los márgenes normales de funcionamiento de nuestro organismo, consumiendo mucha energía, ya que se producen cambios en el metabolismo cerebral, hiperactivándolo, lo que desencadena en irritabilidad. Esto lleva a su vez a experimentar nerviosismo y cansancio, unido a los típicos problemas de sueño que provoca el calor, y puede en definitiva influir en un aumento de la ansiedad. Esta influencia del calor en la ansiedad, se produce sobre todo en los primeros días de verano, cuando el cerebro tiene que adaptarse y regular con más intensidad esta nueva situación de aumento de temperatura. Es por lo tanto al comienzo de verano cuando el calor puede contribuir a que produzca un incremento de los casos de ansiedad al actuar más como un desencadenante de los mismos. Según avanza la estación veraniega, el organismo se adapta de alguna manera al calor disminuyendo en la mayoría de las ocasiones esta sensación de irritabilidad. Por otro lado las vacaciones pueden actuar como protector y tener una influencia positiva, al encontrarnos normalmente en situaciones de mayor relajación, por lo que los síntomas descritos se diluyen en gran medida y pasan más desapercibidos, aunque esto no quiere decir que hayan desaparecido. Por otro lado, hay que tener en cuenta también que los síntomas que produce el intenso calor en el organismo, se parecen en gran medida a lo que ocurre cuando se tiene ansiedad como son la sudoración, aumento de la tasa cardiaca, sensación de ahogo, mareos, etc. Esto hace que el calor y la ansiedad se camuflen uno con el otro. ¿Qué hacer cuando tienes ansiedad por culpa del calor? Es muy importante prevenir en lo posible situaciones que puedan incrementar todos los síntomas del calor y la ansiedad. Una correcta hidratación de nuestro cuerpo, refrescarse cuando se note un excesivo calor, evitar el ejercicio en horas de calor más intenso, llevar ropa ligera, mantenerse en lo posible en lugares con menos intensidad de calor, todos ellos consejos y hábitos que son necesarios para todos en estos días de calor y especialmente para las personas con problemas de ansiedad. Lo importante para quienes padecen este trastorno, es intervenir para que no lleguen a interpretar todas estas sensaciones como amenazantes y faltas de control, y de esta forma conseguir disminuir su preocupación excesiva, lo que a su vez rebajará la intensidad de las sensaciones fisiológicas, permitirá recuperar actividades que se estaban evitando y sobre todo mejorará su estado emocional. ¿Cómo prevenir la ansiedad y el calor que la provoca? Existen algunos métodos para poder dejar atrás la relación que se produce de ansiedad y calor. A través de estos pequeños ajustes podrás evitar el malestar y la fobia al calor. •Usar ropa más holgada •Caminar •Se activo •Deja los pensamientos negativos