19 de marzo del 2024
Mtro. Alor Ruiz
Cuando se fuma, los pulmones absorben muchas de las sustancias toxicas, en todo el mundo, fumar causa aproximadamente el 80% de las muertes por cáncer de pulmón. Los fumadores de cigarros hoy tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar cáncer pulmonar que fumadores de 1960s, a pesar de fumar menos cigarros. Fumar cambia la química de la sangre y puede provocar coágulos mortales que causan ataques cardíacos y bloquean el flujo de sangre al corazón o cerebro. La muerte por enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, las dos principales causas de muerte en el mundo, están relacionadas con fumar. Cuando se fuma disminuye la eficacia de los medicamentos y tratamientos médicos, interfiere con la cicatrización de lesiones o cirugías y disminuye las defensas del cuerpo que lo hace más susceptible a contraer infecciones. Algunas cirugías se retrasan hasta que el paciente deje de consumir. Consumir cigarros aumenta la probabilidad de sufrir diabetes tipo 2, y las personas con diabetes que fuman, necesitan más insulina que las que no fuman. También el nivel de triglicéridos aumenta y el nivel de "buen colesterol" disminuye, y evita que el cuerpo repare los daños causados en el recubrimiento de las arterias. Las mujeres embarazadas que fuman cigarros tienen un mayor riesgo de: abortos espontáneos, nacimientos de bebés sin vida, bebes prematuros o con poco peso. Fumar durante el embarazo también podría estar asociado con problemas de conducta y aprendizaje en los niños. Los bebés de madres que fuman durante el embarazo temprano tienen el riesgo de sufrir fracturas durante el primer año de vida. Los niños expuestos al humo ajeno de tabaco corren el riesgo de padecer asma, neumonía, bronquitis e infecciones frecuentes de las vías respiratorias inferiores. Además con mayor frecuencia padecen TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) tendrán más infecciones respiratorias y mayor probabilidad de fumar en su vida adulta. Consumir cigarros puede aumentar el riesgo de contraer gripe. Publicaciones recientes indican que los fumadores tienen mayor riesgo de complicaciones por COVID19, y las tasas de mortalidad más altas entre los hombres podrían estar relacionadas con el tabaquismo. La nicotina afecta al cerebro, sobretodo en consumidores jóvenes, y ocasiona problemas de atención y aprendizaje. También es considerada una droga de inicio que favorece el consumo de otras drogas ilegales. Fumar favorece la recaída en el consumo de otras drogas; hasta el 80% de las personas con alcoholismo fuman regularmente, la mayoría de ellos morirán de enfermedades relacionadas con el tabaquismo y no de enfermedades relacionadas con el alcohol. Los fumadores perderán entre 15 y 20 años de vida y vivirán sus últimos años con poca calidad. La muerte precoz de madre o padre tiene efectos en la educación y nivel de vida de los hijos. El tabaquismo causa pobreza. En los hombres fumar afecta el sistema vascular y puede causar disfunción eréctil e impotencia sexual; en mujeres fumar adelanta la menopausia, disminuye la fertilidad y favorece menstruación dolorosa. El humo de tabaco también enferma y mata a los No fumadores; la mezcla del humo que exhala el fumador y el humo que emana del cigarro encendido, puede ser inhalado por No fumadores que están expuestos y no existe un nivel seguro de exposición. Otros costos asociados al tabaquismo. Las personas que consumen tabaco, enfrentan diversos costos, algunos son obvios y otros no tanto. Para comprender el costo de la adicción es necesario considerar, en primer lugar, que el tabaquismo indudablemente perjudica la salud física y mental del consumidor, pero a esto añadir los efectos negativos sobre su familia, la comunidad y sociedad. Los costos tangibles por el consumo de tabaco se aprecian fácilmente en lo que el consumidor y su familia gastan en atención médica y hospitalaria por enfermedades y daños asociados al consumo; por ejemplo se sabe que en México los costos totales de atención por padecimientos asociados a fumar en la población, ascienden a 70 mil millones de pesos (aprox. 3,500 millones de dólares) al año, principalmente por la atención del infarto al corazón, la enfermedad vascular cerebral, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el cáncer de pulmón; y en los fumadores pasivos (nunca fumaron, pero estuvieron cerca del humo de un fumador) los costos son de 9 mil 521 millones de pesos (aprox. 475 millones de dólares). A esto se debe sumar el tiempo de cuidado a los enfermos por sus familiares, que requiere en promedio hasta 6 horas darías, acumulando cientos de horas, situación que también genera la pérdida de ingresos económicos. Además hay que agregar lo que los fumadores han gastado en cigarros; estimaciones de centros de tratamiento indican que en promedio la edad de inicio del consumo de tabaco es a los 17 años y que a los 39 años se busca ayuda para dejar de fumar, involucrando a las personas en el consumo de tabaco por 22 años. Considerando el precio de una cajetilla (aprox. 60 pesos), la duración del consumo (22 años) y que algunas personas fuman dos cajetillas a la semana, se puede estimar que gastarán 126 mil 720 pesos (más de 6 mil dólares) durante los años de consumo.