30 de octubre del 2023
https://www.bbvaopenmind.com/articulos/el-impacto-de-internet-en-la-vida-diaria/
Internet ha evolucionado muchísimo desde su creación, que es, sin embargo, muy reciente desde la perspectiva de la historia, y poco ha quedado de esa primera red estática concebida para transportar unos cuantos bytes o para enviar un pequeño mensaje entre dos terminales. Hoy cantidades infinitas de información son cargadas y descargadas en este gigante electrónico. Hasta hace no mucho tiempo internet era un simple repositorio de información donde solo aquellas personas capaces de entender y manipular código eran las encargadas de publicar y mantener contenidos; ahora todos somos partícipes fundamentales, teniendo la posibilidad de generar contenidos y comentar contenidos existentes. Durante los últimos años de la década de 1980 y la década de 1990, internet creció hasta incluir el potencial informático de las universidades y centros de investigación, lo que, unido a la posterior incorporación de empresas privadas, organismos públicos y asociaciones de todo el mundo, supuso un fuerte impulso para internet, que dejó de ser un proyecto con protección estatal para convertirse en la mayor red de ordenadores del mundo, formada por más de 50.000 redes, cuatro millones de sistemas y más de setenta millones de usuarios. La aparición de la llamada Web 2.0 en la primera década del sigo XXI supuso una importante revolución a su vez en esta joven historia de internet, posibilitando el desarrollo de una nueva era en internet que permitía el nacimiento e implantación de redes sociales y otras herramientas de comunicación interactivas, participativas y sociales. Ya no era solo una red de intercambio de información, se llegó a convertir en una herramienta de trabajo multidisciplinar, una sofisticada herramienta de escape de la realidad y, sobre todo, una importante herramienta de generación de contenidos y de comunicación entre individuos. Hoy tenemos la posibilidad de enviar información de un lugar del mundo a otro en segundos, realizar presentaciones online, compartir nuestras vidas a través de fotos, vídeos, sonidos y textos, vivir en un mundo paralelo como nos proponen algunos juegos, pero, sobre todo, compartir nuestra vida real, nuestra identidad auténtica. De esta manera, historias personales se convirtieron en públicas y temas locales se convierten en globales. El desarrollo de internet ha puesto en marcha un debate sobre el modo en el que la comunicación a través de internet afecta las relaciones sociales. Internet libera al individuo de las restricciones geográficas y une a las personas en torno a nuevas comunidades de interés que no están atadas a un lugar concreto. Vivimos en una nueva sociedad en red y globalizada, unida a través de las nuevas tecnologías. Internet es nuestra herramienta de interacción relacional y plantea también nuevos retos para la privacidad y la seguridad. Así pues, las tecnologías de la información han forjado cambios fundamentales en toda la sociedad posibilitando el paso de la era industrial a la era de redes. Vivimos en una sociedad en la que las redes de información global resultan infraestructuras esenciales, pero ¿cómo han afectado estos cambios a las relaciones humanas? Internet ha cambiado el comercio, la educación, el gobierno, la salud e incluso la forma de relacionarnos afectivamente; podría decirse que está siendo uno de los instrumentos principales de cambio social en la actualidad. Es especialmente importante cómo ha afectado a la propia comunicación social. No hay duda de que cada día las nuevas tecnologías siguen ganando terreno y transformando nuestros hábitos y posibilidades de comunicación, y lo han hecho especialmente entre el público joven, aunque a día de hoy todavía haya lugar para las herramientas analógicas en determinados sectores. Con internet no existen ya fronteras para la comunicación. A través de internet las barreras tradicionales de tiempo y espacio desaparecen, como he comentado antes, y las posibilidades comunicativas se amplían. Se ha llegado incluso a hablar de «la nueva democracia de la comunicación» gracias al impacto de las herramientas sociales. Hoy en día la instantaneidad y la movilidad se vuelven predominantes en la evolución de internet. El internet móvil vuelve a revolucionar, una vez más, esta joven historia. No hay duda de que nos enfrentamos a una realidad que es cada vez más móvil, con conectividad total a internet a través de smartphones y tabletas en todos los ámbitos posibles. Una realidad en la que todo está en la nube sin depender de un dispositivo concreto. Internet está totalmente integrado en nuestra vida diaria, en todos los ámbitos, y esto ha tenido una repercusión en la forma en la que interactuamos con los demás. Un claro ejemplo de este impacto lo vi cuando empecé en el mundo de las redes sociales. Primero monté una red social política en el año 2005, cuando estaba terminando mis estudios en Estados Unidos. Por aquel entonces yo ya sabía que las redes sociales iban a cambiar cómo comunicarnos y, además, facilitar la forma de compartir información creando un nuevo canal transversalmente opuesto a los tradicionales. Aunque aquel proyecto no triunfó, para mí fue una lección de aprendizaje. Tengo la sensación de que en muchos países está demasiado penalizado el hecho de fracasar, cuando solo el que no hace nada es el único que seguro no fracasa. Creo firmemente que los errores ayudan a mejorar, y todos sabemos que de ellos se aprende. Con creatividad, trabajo e ilusión es posible llegar a cualquier meta. Luego creé Tuenti en 2006, cuando ya estaba aquí en España. Tuenti (que viene de «tu entidad» y no del número 20 en inglés, como muchos piensan) es una plataforma social de comunicación social entre amigos de verdad, que apostó desde el primer momento por la sencillez, la relevancia y la privacidad. De ahí la clave de su éxito. En este sentido, creo que el valor de la comunicación social se encuentra fundamentalmente en poder estar en contacto con la gente que realmente importa en cada momento. Las herramientas sociales de comunicación permiten compartir experiencias e información, poner en contacto personas e ideas, de manera inmediata y sin fronteras, y el compañerismo, la amistad y la solidaridad concurren entre los individuos, como lo han hecho siempre, ahora con grandes facilidades, frente a limitaciones tradicionales de espacio o tiempo. En cuanto a las infinitas oportunidades de comunicación que ha traído internet consigo, yo destacaría especialmente la aparición y asentamiento de las redes sociales en nuestra vida cotidiana. También ha afectado a la esfera personal del individuo en tanto que ha modificado los usos y costumbres en las relaciones afectivas o incluso sexuales, también en tareas de la vida cotidiana tan básicas como estudiar, los hábitos de compra, la economía (debido al sector emergente de startups y nuevos emprendedores), el comercio electrónico o incluso la movilización social. Internet y la educación Es evidente que internet ha tenido un notable impacto en todos los niveles de la educación, proporcionando un aprendizaje sin fronteras, sin límites. Creo que el futuro de la educación está conectado en red. En internet las personas pueden colaborar para crear y compartir conocimientos, y desarrollar nuevas maneras de enseñar y aprender que capten la atención y estimulen la imaginación de los estudiantes en cualquier momento y lugar, mediante cualquier dispositivo. Además, al conectar y habilitar a los estudiantes y los educadores, podemos acelerar el crecimiento económico y mejorar el bienestar social en todo el mundo. Debemos trabajar juntos, en red, para construir la sociedad del aprendizaje global. La red de redes es una fuente inagotable de información y ha hecho que el consumidor de la información pase de tener el papel de receptor pasivo de un mensaje con los medios de comunicación tradicionales, a tener un papel activo, donde él selecciona qué información desea recibir, cómo y cuándo. Incluso el propio receptor decide si quiere mantenerse informado o no. Además, internet permite a los estudiantes trabajar en colaboración y de manera interactiva con otros estudiantes, eliminando las barreras espacio-temporales y los impedimentos materiales. Considero que algunas de las ventajas que nos brinda internet en el ámbito de la educación a día de hoy son la posibilidad de utilizar internet como fuente y archivo de conocimiento intercambiable, pues tenemos acceso a bibliotecas, enciclopedias, pinacotecas, hemerotecas y demás bases de datos desde cualquier parte. La red es un recurso formidable para enriquecer el proceso de construcción de conocimientos. Creo también que internet es una gran herramienta para mejorar el conocimiento y práctica de otros idiomas, una eterna tarea pendiente en muchos países como el nuestro y que se hace imperioso mejorar en un mundo globalizado. Ligado a la comunicación, internet se ha convertido en una herramienta esencial para intercambiar información y ampliar formación: utilizamos internet no solo como fuente de información o como espacio para la publicación de resultados, sino también como canal de comunicación y cooperación con otras personas y grupos que trabajan en proyectos o ámbitos de formación similares. Internet y la privacidad y seguridad Siguiendo el hilo de la educación, lo siguiente que viene a mi cabeza cuando pienso en internet es el ámbito de privacidad. Creo que la privacidad en la red es un factor realmente importante a tener en cuenta. Es una parte fundamental de nuestras vidas y la mayoría de los usuarios de internet cada día son más conscientes de ello. La privacidad ha venido ganando importancia a medida que se ha extendido la toma de conciencia sobre las implicaciones de la participación en redes sociales. Sin embargo, su uso se ha extendido muy habitualmente antes que el conocimiento de su uso adecuado y, en no pocas ocasiones, el aprendizaje ha llegado a través del método ensayo-error, de traspiés, accidentes y fracasos. Ejemplos del uso desafortunado de las redes sociales han sido noticia diaria en los últimos tiempos. Famosos con comentarios inadecuados en sus perfiles o fotos o vídeos no deseados difundidos masivamente, actitudes arrogantes de perfiles corporativos frente a los usuarios o incluso, desgraciadamente, casos de delitos cometidos comercializando datos personales o usando las redes sociales como instrumento. En este contexto, se ha evidenciado la importancia, a menudo descuidada por desconocimiento, de la seguridad y la privacidad online, que, en mi opinión, aún ganará más importancia en el futuro. Cuidar de la privacidad es algo común a los intereses de cualquier usuario, pero especialmente importante y sensible cuando hablamos de menores edad, que, a pesar de la labor de concienciación y sensibilización desarrollada, aún tienen conductas despreocupadamente inconscientes de las consecuencias que puede tener su actividad digital. Yo he sido siempre muy consciente de ello, y en Tuenti todos los usuarios tienen activado por defecto el máximo nivel de privacidad y protección de sus datos e información personales. Solo aquellas personas que el usuario haya aceptado como amigo pueden acceder a su información personal, así como ver sus números de teléfono o descargar sus fotos. Es decir, por defecto no se permite el acceso a la información de los usuarios por parte de terceros usuarios. Además hay mecanismos de reporte y denuncia a disposición de todos los usuarios. Cualquiera puede reportar perfiles y fotos inadecuadas, abusivas o que incumplen las condiciones de uso y se actúa de inmediato. Las consultas de seguridad y privacidad se resuelven en un plazo máximo de 24 horas. Sin embargo, el cuidado por la privacidad es muy diferente entre unas y otras herramientas en internet. Algunas son totalmente abiertas y públicas y no tienen medidas para garantizar la protección de la información personal e indexan todos los perfiles en buscadores en internet. Por otro lado, considero que el debate de la edad de entrada en redes sociales no tiene del todo sentido cuando la mayoría de herramientas a nivel global no tiene ningún tipo de limitación al respecto. El marco normativo europeo difiere enormemente del americano o el asiático. Las empresas europeas deben cumplir con una estricta política al respecto de la privacidad o la participación de menores en redes sociales, lo que puede convertirse en una desventaja competitiva si las reglas del juego no son las mismas para todos, compitiendo con herramientas americanas o japonesas que no tienen limitaciones, por ejemplo, a la edad de acceso. Más allá de la industria o los reguladores, es elemental que los propios usuarios cuiden y se preocupen por la privacidad de sus datos. Creo que la información es propiedad del usuario y, por tanto, es el usuario el único con derecho a controlar la recogida, uso y revelación de cualquier información sobre sí mismo. Algunas redes sociales parecen haberlo olvidado cuando comercializan datos, hacen imposible borrar un perfil o limitan el acceso a la información privada con métodos complejos de gestión. Todo debería ser mucho más sencillo y transparente. Las redes sociales pueden seguir trabajando intensamente en el desarrollo de sistemas de autorregulación y directrices en este nuevo entorno de convivencia digital que garanticen la seguridad de los usuarios para hacer de internet un espacio de libertad pero también de confianza. La educación es la principal baza para generar la adecuada participación en este entorno; aunque la educación no servirá de nada, si no se exige al mismo tiempo el respeto más absoluto a la privacidad del individuo como un valor universal. Internet y la cultura Al igual que ocurre en el ámbito de la educación, es un hecho que el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, así como el alcance de la globalización, están cambiando nuestra propia naturaleza y también el significado de la identidad cultural. Vivimos en un mundo complejo, donde la comunicación y los flujos culturales traspasan cada vez más las fronteras. Conceptos como el espacio, el tiempo y la distancia pierden su significado tradicional. Así nace la globalización cultural y se desarrolla una difusión global de acciones e iniciativas en este ámbito. De nuevo encontramos enormes oportunidades para la cultura gracias a las herramientas digitales. Las posibilidades de dar a conocer una propuesta, una obra de arte o un conocimiento se multiplican. Frente a los que son pesimistas sobre el impacto negativo que internet puede tener en la cultura, yo soy radicalmente optimista. Internet posibilita que la cultura esté al alcance de más personas, de forma más sencilla y rápida, y a la vez posibilita el desarrollo de nuevos canales de expresión para el arte y de divulgación del conocimiento. Incluso se ha llegado a considerar que internet no es solamente una tecnología, sino que es una producción cultural en sí misma. Además de este efecto en sentido más estricto sobre la cultura, tiene efectos muy importantes sobre la innovación, que es lo que permite el avance en todos los órdenes, y, por tanto, sobre el avance del conocimiento, de la sociedad, de la creación de bienes y servicios, de ideas o de bienestar. Internet y las relaciones afectivas Internet también ha cambiado la manera de relacionarnos en el plano afectivo. En este sentido, ahora todos estamos comunicados con todos de una manera más accesible, inmediata y sencilla, acercando nuestras relaciones personales y sentimentales a la pantalla del ordenador, el teléfono móvil o la tableta. Las ventajas de tener acceso a esta disponibilidad inmediata y estar siempre conectado son muy importantes. Por ejemplo, hoy en día no podría concebir una relación a distancia con mi pareja o mi familia sin las herramientas de comunicación que nos proporciona la red de redes. Puedo estar viviendo en Madrid y mantener una relación cercana con mi hermano en California. Para mí, esa es la principal ventaja de internet: estar conectado con la gente que realmente me importa. Impensable hace un siglo. De hecho, cada vez son más las parejas que se crean, mantienen o rompen con la ayuda, o como consecuencia también, del uso de las herramientas de comunicación social. Incluso determinadas aplicaciones y redes sociales están especialmente centradas en el ámbito específicamente sexual. Es verdad que frente a la comunicación en persona, existen limitaciones para la comunicación digital, al contar con menos recursos sensoriales (se estima que entre el 60% y 70% de lo que comunicamos los humanos lo hacemos por medios no verbales), lo que a veces ha dado lugar a malentendidos o situaciones embarazosas, y no son pocas las relaciones que han terminado como consecuencia de ello. Creo que la clave es ser auténtico, honesto, real en todo momento, utilizando cualquiera de las herramientas y aprovechando sus ventajas. El que es mentiroso o infiel lo es independientemente de internet. Internet y el activismo social y político Ya antes de la existencia de las redes sociales, hubo experiencias pioneras en este ámbito como Essembly, proyecto en el que estuve involucrado. Empezamos a crear algo para facilitar la comunicación, con un enfoque político, para canalizar causas sociales y políticas, pero aún no existían las plataformas sociales que han permitido después impulsar, de un modo nuevo, el activismo. Varios estudios señalan que los jóvenes que hablan sobre sus opiniones políticas en internet son más propensos a participar en los asuntos públicos. Cuanto más informado está un ciudadano, más probabilidades hay de que participe en las elecciones y lo hará de forma más libre. Internet ha sido una herramienta de comunicación decisiva en las últimas contiendas electorales y, gracias a internet, causas sociales, solidarias, ideológicas o políticas han conseguido lograr el apoyo de otros ciudadanos que compartían la misma visión y hacer de altavoz de las mismas, no en pocos casos con resultados reales sobre la toma de decisiones de los gobiernos. Internet y los hábitos de consumo Las nuevas tecnologías aumentan la velocidad de transferencia de información, lo que hace posible el consumo a la carta. Las ventajas que ofrece internet son infinitas tanto en el consumo de contenidos, de ocio, de información, etcétera, como en las innumerables ventajas derivadas del comercio online, que hoy en día se ha convertido en un canal de enorme relevancia para la distribución de productos y servicios. Podemos ir al supermercado de manera virtual, adquirir un billete de avión o comprar una camiseta en Australia. Las nuevas aplicaciones permiten realizar transacciones económicas de forma segura y proporcionan nuevas oportunidades para el comercio. El usuario, el consumidor, gana poder en este escenario y se quiebran las reglas y metodologías clásicas de la distribución y el marketing. El acceso a la información por parte de los consumidores se multiplica y las opiniones de los mismos sobre sus experiencias cobran un nuevo protagonismo. El acceso a todo tipo de comparativas y listas de productos, opiniones y valoraciones de usuarios, recomendaciones de bloggers reconocidos, etcétera, configuran un nuevo escenario para el consumo, el comercio y la economía. Internet y la economía Internet es uno de los factores clave de dinamización de la economía en la actualidad. Nadie se puede permitir el lujo de quedarse rezagado. Además, en un entorno macroeconómico difícil, internet puede actuar como impulsor del crecimiento de la economía y este crecimiento viene acompañado de mejoras también en la productividad y la competitividad. Internet ofrece oportunidades y ventajas para fortalecer la economía, la cuestión es cómo sacar el máximo provecho de ello. Creo que en Europa y España se están haciendo esfuerzos para aprovecharlo al máximo y potenciar su impacto, pero hay cosas que se pueden mejorar enormemente. Europa tiene un importante reto al respecto y el riesgo que se asume es muy grande si se pierde el tren frente a Estados Unidos. La Comisión Europea ha lanzado Startup Manifesto, una propuesta que busca que el viejo continente sea más amigable con los emprendedores y que está respaldada por empresas como Spotify o Tuenti. Europa no tiene los conocimientos adecuados, debe mejorar en ámbitos como la financiación y la protección de datos, superando la normativa vigente (ya anticuada), apostando por un continente mejor conectado con un único mercado para las conexiones móviles 4G o facilitando la contratación de talentos fuera del país. Es necesario fomentar el uso del comercio electrónico entre las pequeñas y medianas empresas para explotar más intensamente las oportunidades de crecimiento, así como la internalización del negocio online de las empresas, siguiendo con la línea global de internet. Y, por supuesto, daría mucha más importancia a la formación sobre nuevas tecnologías en el ámbito académico y empresarial. España como país está compitiendo con todos los países del mundo porque ahora vivimos en un mundo globalizado. No creo ni en el victimismo ni en el derrotismo. Por supuesto, optimismo no significa tampoco inconsciencia, pero creo sinceramente que con creatividad, haciendo las cosas de modo diferente, innovando con ilusión y sin miedo a que algo salga mal, las cosas pueden cambiar. España necesita aprovechar este momento para reinventarse y valerse de las oportunidades del mundo digital para ello. Hay que actuar, tomar decisiones, evitar la parálisis por el análisis. A veces, tengo la impresión de que nos miramos demasiado el ombligo, de que España se encierra en sí misma con sus contradicciones y cuestiones locales y pierde la perspectiva. España debe abrirse más, aprovechar la crisis para hacer las cosas de un modo nuevo, diferente, aportando valor, subrayando sus fortalezas, aspirando a más. En Estados Unidos, por ejemplo, zambullirse en un proyecto personal en internet es algo de lo más habitual, y me alegra ver que aquí se está expandiendo cada vez más esta dinámica emprendedora. Yo creo en trabajar duro, en ser constante, en perseguir tus propósitos, en rodearse de talento y en arriesgar. Sin riesgo no hay posibilidad de éxito. Cada vez vivimos en un mundo más globalizado y se puede emprender en internet en España, claro que sí. No hay fronteras. Hay que asumir riesgos y adelantarse al futuro. Son precisamente las innovaciones disruptivas que requieren cambios radicales en enfoque y producto (para los que aún puede no haber ni siquiera un mercado preparado), las que suponen una auténtica oportunidad para seguir siendo relevante, para avanzar y ganar el futuro, aportar alto valor y mantener el liderazgo. Son esos cambios los que permiten que una empresa, producto o servicio revolucione el mercado, cambios radicales que, sin duda, se convierten en necesidad imperiosa, especialmente en el sector tecnológico.