24 de julio del 2023
National Institute on Drug Abuse
La heroína es una droga opiácea (derivada del opio) elaborada a partir de la morfina, una sustancia natural que se extrae de la vaina de semillas de varias plantas de amapola (adormidera) que se cultivan en el sudeste y sudoeste de Asia, en México y en Colombia. La heroína puede presentarse en forma de polvo blanco o marrón, o como una sustancia negra pegajosa que se conoce como "alquitrán negro".
La heroína se puede inyectar, inhalar, aspirar o fumar. Algunas personas mezclan la heroína con cocaína crack, una práctica que se conoce como "bola rápida" o speedballing.
La heroína ingresa con rapidez al cerebro y se adhiere a los receptores opioides de células ubicadas en distintas zonas, especialmente en las que están asociadas con las sensaciones de dolor y placer y las que controlan el ritmo cardíaco, el sueño y la respiración.
Las personas que consumen heroína reportan sentir una euforia o "rush", una oleada de sensaciones placenteras. Sin embargo, la droga tiene otros efectos comunes, entre ellos:
Las personas que consumen heroína durante mucho tiempo pueden experimentar:
La heroína a menudo contiene aditivos como azúcar, almidón o leche en polvo que pueden obstruir los vasos sanguíneos que llegan a los pulmones, al hígado, a los riñones o al cerebro, y causar daños permanentes. Además, compartir los elementos que se utilizan en la inyección de la droga y no pensar con claridad cuando se consume la droga pueden aumentar el riesgo de contraer enfermedades infecciosas como el VIH o la hepatitis (ver "El consumo de drogas inyectables, el VIH y la hepatitis").
Sí, una persona puede sufrir una sobredosis de heroína. La sobredosis de heroína ocurre cuando la persona consume una cantidad de droga suficiente para generar una reacción que pone en peligro su vida o le causa la muerte. En los últimos años ha habido un aumento de los casos de sobredosis de heroína.5
Cuando una persona sufre una sobredosis de heroína, su respiración se enlentece o se detiene completamente. Esto puede reducir la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, lo que se conoce como hipoxia. La hipoxia puede tener efectos cerebrales de corta o larga duración y efectos sobre el sistema nervioso, entre los que se incluyen el estado de coma y daño cerebral permanente.
La naloxona es un medicamento que puede servir para contrarrestar una sobredosis de opioides si se administra inmediatamente. Se adhiere con rapidez a los receptores opioides y bloquea los efectos de la heroína y otras drogas opioides. A veces es necesario administrar más de una dosis para ayudar a que la persona comience a respirar nuevamente, por lo que es importante llevar al individuo a la sala de emergencias o a un consultorio médico para que reciba la ayuda adicional que necesite. Infórmese más en el artículo Prevención de la sobredosis de opioides - Manual de instrucción de la Administración de Servicios para el Abuso de Sustancias y la Salud Mental.
La naloxona está disponible como solución inyectable y como rociador nasal (NARCAN® Nasal Spray y KLOXXADO®). Los rociadores nasales de naloxona pueden ser usados por amigos, familiares u otras personas para salvar a alguien que ha sufrido una sobredosis.
La cantidad creciente de muertes por sobredosis de opioides ha llevado a un aumento de las gestiones de salud pública para que la naloxona esté disponible para las personas en riesgo y sus familiares, y también para el personal de auxilio inicial y otros miembros de la comunidad. En algunos estados se han aprobado leyes que permiten que los farmacéuticos vendan naloxona sin receta médica.
Infórmese más en nuestra Naloxona DrugFacts en español.
La heroína es sumamente adictiva. Con frecuencia, las personas que consumen heroína en forma regular desarrollan tolerancia, lo cual hace que necesiten dosis cada vez mayores o más frecuentes de la droga para obtener los efectos que buscan. Cuando el consumo continuo de una droga genera problemas de salud o problemas en el desempeño de las responsabilidades en la escuela, el trabajo o el hogar, se produce lo que se conoce como trastorno por consumo de drogas. Estos trastornos pueden ser leves o graves. La adicción es el trastorno más grave.
Quienes son adictos a la heroína y dejan de consumir la droga abruptamente pueden experimentar fuertes síntomas de abstinencia. Estos síntomas, que pueden comenzar apenas unas horas después de haber consumido la droga por última vez, incluyen:
Los investigadores están estudiando los efectos que la adicción a los opipiooides tiene a largo plazo en el cerebro. Los estudios han demostrado que hay cierta pérdida de la materia blanca del cerebro que está asociada con el consumo de heroína, lo que puede afectar la toma de decisiones, el control del comportamiento y las respuestas a situaciones de estrés.6–8
Hay varios tratamientos eficaces para ayudar a que una persona deje de consumir heroína. Estos tratamientos incluyen medicamentos y terapias conductuales, es decir, terapias que modifican la conducta. Es importante identificar la mejor estrategia de tratamiento para las necesidades particulares de cada paciente.
Actualmente se están creando medicamentos para ayudar en el proceso de abstinencia. La FDA aprobó la lofexidina, un medicamento no opiáceo formulado para reducir los síntomas de la abstinencia de opioides.
Los medicamentos para los trastornos por consumo de opioides -incluido el trastorno por consumo de heroína- son seguros, eficaces y salvan vidas. Estos medicamentos interactúan con los mismos receptores de los opioides en el cerebro en los que actúa la heroína, pero no producen los mismos efectos.
Más información sobre los medicamentos para la sobredosis, la abstinencia y la adicción a los opioides.
Las terapias conductuales para la adicción a la heroína incluyen métodos como la terapia cognitivo conductual y el control de contingencias. La terapia cognitivo conductual ayuda a modificar las expectativas y el comportamiento del paciente con relación al consumo de la droga y a manejar en forma efectiva los factores desencadenantes y el estrés. El control de contingencias provee incentivos motivacionales, como cupones o recompensas pequeñas de dinero en efectivo, que premian las conductas positivas como, por ejemplo, el hecho de no consumir la droga. Estas estrategias de terapia conductual son especialmente eficaces cuando se las combina con medicamentos.