14 de febrero del 2023
Jonathan GarcĂa
Krokodil es cada vez más utilizado por los drogadictos en algunas partes de Europa como sustituto de la heroína, especialmente en las regiones más pobres de Rusia y Siberia.
La adicción a esta droga no es muy duradera, ya que los consumidores habituales no suelen vivir más de dos años desde que empiezan a tomar esta combinación de medicamentos para el dolor y productos químicos muy tóxicos.
La desomorfina se fabrica en casa a partir de una combinación de tabletas a base de codeína, disolvente de pintura, líquido para encendedores, gasolina, ácido clorhídrico, fósforo rojo (raspado de cajas de fósforos) y yodo. El resultado de la cocción de los analgésicos y los productos químicos es un fármaco tóxico y altamente adictivo.
Los adictos están continuamente cocinando la droga para asegurarse de que podrán obtener la siguiente dosis. El líquido, de color caramelo, se inyecta en zonas dañadas y gangrenosas dando a los usuarios un “colocón” que va a durar unos treinta minutos como máximo.
La naturaleza tóxica de estas sustancias químicas causa que la piel cambie de color y se vuelva escamosa. En los consumidores, la piel alrededor de los sitios donde se efectúa la inyección se cubre de úlceras y los vasos sanguíneos se rompen y provocan la muerte del tejido. La piel es devorada por los productos químicos de la droga, que pudre la carne hasta el hueso. Los dientes se caen, el daño cerebral es común y el tétanos y la intoxicación de la sangre está casi asegurada.