22 de diciembre del 2022
AZAHARA NIETO
Ninguna persona debería estar dispuesta a morir por la perfección o desvivirse hasta olvidar la vida. Existen casi cuatro millones de publicaciones en las redes sociales con estas etiquetas, según un informe de la Agencia de Calidad de Internet. Muchos TCA (trastornos del comportamiento alimentario) tienen su origen en las experiencias, trucos e información relacionados con el alimento y compartidos en la Red.
La Navidad es una fecha difícil para las personas con TCA de cualquier tipo (anorexia, bulimia, trastorno por atracón y otros), puesto que las comidas suponen un aumento de la ansiedad en esta enfermedad. En este sentido, existe un mayor riesgo de recaída en la época navideña. Por eso, hay que tener en cuenta una serie de consejos para poder sobrellevar estas celebraciones.
Las fiestas navideñas están repletas de eventos que giran alrededor de la comida. Por eso, estas fechas tan señaladas pueden ser especialmente complicadas para las personas con algún Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). “En nuestra cultura, cualquier celebración está asociada a reunirse en una mesa para comer. En este sentido, existiría un mayor riesgo de recaída en la época navideña, ya que se concentran muchas comidas importantes en poco tiempo.
“la Navidad es una época en la que existe una constante exposición a la comida, un despliegue de alimentos vistosos, apetecibles y poco habituales, por lo que puede suponer un todo un reto tanto para aquellas personas con TCA que se exigen mantener un férreo control sobre su alimentación y se prohíben a sí mismas flexibilizarlo, como para aquellas que mantienen una relación de descontrol con su alimentación”.
se trata de una época en la que solemos estar en mayor contacto con la familia, incluso la más lejana, por lo que, de nuevo, puede ser un momento de vulnerabilidad en el que se potencien ciertas dinámicas de difícil gestión para esta población, como comentarios sobre lo que se come o no, en relación al peso o el aspecto físico, así como actitudes críticas hacia algún ámbito de la vida de la persona. Martínez alude también a la frecuente falta de control durante estas reuniones que sufren las personas con TCA, que pueden vivir como una obligación estos eventos familiares, algo que les supone un aumento en su ansiedad por la poca flexibilidad que suelen tener esta población en cuanto a los horarios de comida, lo que representa un problema en momentos como la Navidad, cuando la estructura diaria se rompe. “Además, los largos períodos de sobremesa pueden dar lugar a una sensación de ‘no dejar de comer’ que, habitualmente, genera más ansiedad”.
Este colectivo puede tener la percepción de que pierde el control sobre lo que come ya que, normalmente, las comidas navideñas no implican un primer y un segundo plato como normalmente, sino que puede haber aperitivos y varias comidas sucesivas.
Igualmente, cuando llegan estas celebraciones, se asiste a un bombardeo de anuncios y de publicidad sobre ‘cómo no ganar kilos durante la Navidad’ y esto tampoco ayuda al curso de la enfermedad”.
se pone el foco en ideas con las que las personas con TCA luchan constantemente y que les provocan sufrimiento: “Son mensajes que insisten con mayor intensidad de lo habitual, si cabe, en el placer, el amor y la felicidad que se expresan y se experimentan a través de comidas abundantes y dulces. Sin embargo, al mismo tiempo fomentan la culpa por dejarse llevar y disfrutar sin control”.
Antes de las comidas
Durante las comidas:
Después de las comidas:
El entorno cercano es un apoyo fundamental en la recuperación y el tratamiento de una persona con TCA. “Que haya una buena comunicación permite hablar sobre los conflictos que puedan surgir, expresar sentimientos, emociones y pensamientos, además de que mejorar la comprensión mutua y necesaria para perder la vergüenza a la hora de solicitar ayuda”, declara Martínez.
La comunicación familiar como uno de los pilares esenciales en cualquier intervención con una persona que sufre TCA es una premisa que también comparte González: “Desde el enfoque de la psicología sistémica, un TCA es la expresión de una problemática familiar subyacente y que sale a la luz a través del síntoma de uno de los miembros de la familia”.
De esta manera, prosigue la experta, el trastorno alimentario generalmente está relacionado con conflictos emocionales, dificultad en la identificación y expresión emocional o invalidación de las emociones por parte de algún familiar.
“Es imprescindible que la gente de su entorno sepa en qué punto se encuentra el paciente, cómo son sus síntomas y que conozcan las herramientas que tienen a su alcance para poder ayudar”, explica Matía. La experta añade que es importante que se eviten determinados temas de conversación para no discutir con la persona y para facilitar, sobre todo, los momentos destinados a comer.
Por último, la creación de espacios de diálogo durante los momentos más complicados del día, como son las comidas, puede hacer que disminuya la ansiedad de estas personas. “Durante estos momentos se puede hablar de cómo ha ido el día, de problemas que hayan podido surgir o de las buenas noticias que hayan ocurrido durante la jornada”, concluye.