14 de diciembre del 2022
Ccadicciones
Pastillas para dormir
La adicción a las pastillas parece estar fuertemente vinculada a un mecanismo evitador de los efectos adversos. Es decir, a diferencia de otras drogas, la persona en tratamiento con benzodiacepinas suele mostrarse resistente al abandono o reducción de las dosis con tal de evitar los efectos desagradables que producen su retirada (síndrome de abstinencia). El insomnio de rebote o el malestar general que produce la retirada de los tranquilizantes son aspectos que impiden a un adicto o adicta a las pastillas abandonar o reducir su consumo. Una persona adicta a las pastillas, puede fácilmente quedar "atrapada" en la dosis terapéutica indicada por el facultativo.
Cuando a alguien se le recetan estas pastillas es porque padece insomnio o tiene cualquier otro problema para conciliar el sueño. Si lo ha recetado un médico, hay un profesional de la salud detrás del paciente haciendo un seguimiento y siendo responsable del consumo, de las dosis, de la reacción del paciente, etc. En cambio, si alguien se lo toma a la ligera y decide consumir por su cuenta, esto puede repercutir después. Puede ocasionar dependencia y propiciar una situación que, sin un médico detrás, se puede descontrolar con mayor facilidad.
Algo común entre las personas adictas a estas pastillas es que las consumen sin prescripción médica y sin seguir ningún tipo de pauta de consumo. Las personas que suelen tomarlas sin receta harán lo que haga falta para conseguirlas. Comprar pastillas a personas que tienen acceso a ellas, comprarlas en el mercado negro, conseguirlas a través de médicos que no te hacen un seguimiento… cualquier modo ilegal para conseguirlas será de por sí peligroso. Falsificar recetas también es una práctica habitual de las personas que toman pastillas para dormir sin prescripción médica.
Efectos
Este tipo de pastillas son relajantes musculares y eso provoca que permitan descansar con más facilidad a quiénes las consumen, ya que también hacen que la actividad del cerebro disminuya. De todas maneras, alguien que consuma de manera descontrolada y sea adicta puede sufrir otras consecuencias tales como:
Las benzodiacepinas (diazepam, lorazepam, alprazolam, bromazepam, zolpidem, …) tienen una acción rápida en los trastornos de ansiedad e insomnio y son eficaces en tratamientos a corto plazo, las primeras semanas.
Sin embargo, cuando se toman durante demasiado tiempo, pierden su efecto beneficioso. Además, pueden producir efectos adversos como pérdida de memoria y de reflejos, confusión y mayor riesgo de caídas y fracturas, especialmente en los pacientes mayores. Por este motivo es conveniente tomar estos medicamentos solamente si son necesarios, durante periodos cortos de tiempo y suspenderlos cuando han cumplido su función.
Cuando se toman durante demasiado tiempo no resulta fácil dejarlos. Son fármacos adictivos que, cuando se retiran de forma brusca, pueden producir síntomas de dependencia como ansiedad, temblor, insomnio, irritabilidad, malestar, etc.
Nunca debe dejar de tomarlos de forma brusca. Siga las instrucciones de su profesional de Medicina, Enfermería o Farmacia, que le indicarán cómo reducir la dosis poco a poco para que su organismo se vaya desacostumbrando al medicamento sin padecer problemas durante su retirada.