22 de February del 2010
ÉXTASIS
Decíamos antes que el éxtasis, al igual que las otras anfetaminas sintéticas, actúa a nivel de los receptores del sistema nervioso. Esto puede ser realmente peligroso, ya que cierta dosis de éxtasis logra alterar los límites sensoriales, por ejemplo, del dolor, llevando a las personas a situaciones riesgosas para su integridad física. Siempre en el plano orgánico, su uso aumenta la tensión de los músculos, altera el ritmo cardiaco y aumenta la presión arterial con serio peligro para personas con predisposición a las enfermedades cardiovasculares. Puede causar otras alteraciones sensoriales como visión borrosa.
Esto se ve agravado por la alteración que puede producir en la conciencia: confusión, ansiedad y hasta episodios psicóticos. Provoca agresividad por la alteración en el manejo de la serotonina, implicada en la regulación del estado de ánimo.
Las personas que sostienen el uso de éxtasis a mediano plazo pueden tener también alteraciones en la libido y en el ritmo normal del sueño y el descanso. Su abuso es causante de una paulatina muerte de células nerviosas.
La recuperación para las personas que abusan de ésta y otras drogas similares no es fácil, no sólo por los efectos físicos que provoca la abstinencia, sino porque existen causas subyacentes mucho más complicadas y profundas. Un programa de recuperación que no ofrezca la oportunidad de conocer y enfrentar esas causas difícilmente tendrá éxito.