12 de agosto del 2022
Red de salud UC
La adicción sexual se define como una conducta indefectiblemente compulsiva; tendencia involuntaria, irrefrenable, reiterativa e irreflexiva, dirigida a establecer un tipo de relación sexual estereotipada de la que queda una abrumadora sensación de insatisfacción.
La "adicción" al sexo invade todas las esferas de la vida de la persona y empieza a ser fuente de displacer en el momento en que el afectado pierde el control de la situación tal como plantea su fantasía, permitiendo que lo aventurado, explorador y divertido de toda relación, se torne reforzador del malestar. Esta manifestación representa una conducta repetitiva que pretende calmar la ansiedad por vía inadecuada, mediante la cual, ipso facto produce más malestar y ansiedad de la que se tenía. Momento en el que produce el rechazo a uno mismo, al constatar que tal conducta no sólo no calma la ansiedad, sino crea una fuente inagotable de problemas.
Normalmente se presentan más casos de hombres que de mujeres. Algunas hipótesis se inclinan hacia una explicación cultural, social y educacional. Mayor facilidad en el acceso a la práctica sexual, más necesidad de cuantificar la sexualidad y creencia en mayor medida que esto es, precisamente, lo que se espera de un hombre.
No existen hasta la fecha datos nacionales disponibles. Sin embargo, algunos de los problemas asociados han sido estimados por el National Council of Sexual Addiction (NCSA) de EEUU: un 40% pierde a su pareja, otro 40% sufre embarazos no deseados, un 72% tiene ideas obsesivas sobre el suicidio, un 17% ha intentado quitarse la vida, un 36% aborta, un 27% tiene problemas laborales y un 68% tiene riesgo de contraer el sida u otras enfermedades de transmisión sexual.
Las personas con este trastorno tienen problemas laborales, familiares, económicos y sociales por su adicción ya que a su comportamiento sexual les obliga a acudir frecuentemente a prostíbulos, comprar artículos pornográficos, llamadas frecuentes a líneas eróticas o a mantener relaciones sexuales con desconocidos incluso sin protección, haciendo que su vida gire en torno al sexo, sin sentir en la mayoría de las veces ningún tipo de placer sino sentimientos de culpa y sufrimiento.
El mejor factor pronóstico es acudir a una consulta. Independientemente de cuál sea la causa, tratar la adicción al sexo es posible. Los especialistas buscan con la psicoterapia los posibles desencadenantes de la dependencia y con las técnicas cognitivas-conductuales, controlar la conducta sexual del paciente.
El enfoque de tratamiento actual, prioriza la atención psicológica y farmacológica, en función de la duración, intensidad y grado de distorsión de la realidad que propinan los síntomas. El manejo de este trastorno es complejo y requiere manutención a largo plazo, como otras adicciones. Para ello, se reúnen las estrategias psicoterapéuticas, especialmente la terapia individual y otras intervenciones multiprofesionales.
La meta terapéutica incluye abstinencia de conductas compulsivas; evitación de recaídas y desarrollo de conductas adaptativas dirigidas a la salud individual y familiar. La compulsión sexual como la adicción a psicotrópicos, no es curable en términos de la erradicación de la causa y recuperación ad integrum, y las recaídas se consideran parte de la historia natural del trastorno. Su prevención, requiere de pronto aprendizaje en identificar la circunstancialidad que la desencadena para desarrollar la estrategia evitativa o eliminatoria.
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