08 de agosto del 2022
National Institute on Drug Abuse
Su estructura química es similar a la de la anfetamina, un fármaco que se usa para tratar el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la narcolepsia, un trastorno del sueño.
La metanfetamina se puede:
Dado que el colocón o "high" de la droga empieza y termina rápidamente, las personas a menudo toman dosis repetidas en una modalidad de "exceso y derrumbe". En algunos casos, el consumo se hace en una modalidad de exceso conocida como "corrida", en la que la persona no come ni duerme pero consume la droga cada pocas horas durante varios días.
La metanfetamina aumenta la cantidad de dopamina en el cerebro, una sustancia química natural que participa en el movimiento corporal, la motivación y el refuerzo de las conductas que producen satisfacción. La capacidad de la droga de elevar con rapidez el nivel de dopamina en las áreas de recompensa del cerebro refuerza grandemente el comportamiento de consumir la droga y hace que la persona quiera repetir la experiencia.
El consumo de incluso pequeñas cantidades de metanfetamina puede producir muchos de los efectos de salud que producen otros estimulantes, tales como la cocaína o las anfetaminas. Entre ellos se cuentan:
Las personas que se inyectan metanfetamina tienen un riesgo mayor de contraer enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis B y C. Estas enfermedades se transmiten por el contacto con la sangre o con otros líquidos corporales que pueden permanecer en los accesorios que se usan para el consumo. La metanfetamina también puede alterar el juicio y la toma de decisiones, lo que genera conductas de riesgo como la actividad sexual sin protección, por ejemplo, que también aumenta el riesgo de infección.
El consumo de metanfetamina también puede agravar la evolución del VIH y el sida, al igual que sus consecuencias. Hay estudios que indican que el VIH causa más daño a las células nerviosas y más problemas cognitivos en las personas que consumen metanfetamina que en aquellas que están infectadas con el VIH pero no consumen la droga. Los problemas cognitivos incluyen problemas de pensamiento, comprensión, aprendizaje y memoria.
El consumo a largo plazo de la metanfetamina tiene muchas otras consecuencias negativas, entre ellas:
Además, el consumo continuado de metanfetamina causa cambios en el sistema de dopamina del cerebro; estos cambios están asociados con una menor coordinación y con la disminución del aprendizaje verbal. En estudios de personas que consumieron metanfetamina durante mucho tiempo se observó que los cambios profundos también afectaron las áreas del cerebro que están relacionadas con la emoción y la memoria. Esto puede explicar muchos de los problemas emocionales y cognitivos que se ven en quienes consumen metanfetamina.
Si bien puede suceder que algunos de estos cambios cerebrales se reviertan después de dejar la droga durante más de un año, es posible que otros cambios no puedan revertirse aun después de un largo tiempo. Un estudio reciente incluso sugiere que quienes han consumido alguna vez metanfetamina tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson, un trastorno nervioso que afecta el movimiento.
Los investigadores no saben aún si las personas que respiran humo de metanfetamina de segunda mano pueden doparse o sufrir otros efectos en la salud. Lo que sí saben es que una prueba de detección de metanfetamina puede arrojar un resultado positivo después de que una persona ha estado expuesta al humo de segunda mano. Es necesario realizar más investigaciones en esta área.
Sí, es posible sufrir una sobredosis de metanfetamina. La sobredosis ocurre cuando la persona consume demasiada cantidad de una droga y sufre una reacción tóxica que causa síntomas nocivos graves o la muerte.
En el 2017, alrededor del 15% de todas las muertes por sobredosis estuvieron relacionadas con la metanfetamina; el 50% de esas muertes incluyeron también un opioide, y la mitad de esos casos estuvo relacionada con el opioide sintético fentanilo. (CDC Wonder Multiple Causes of Death—ver #42 sobre Meth RR.) Es importante destacar que a veces se agregan opioides sintéticos baratos y peligrosos a la metanfetamina de la calle sin que el consumidor lo sepa.
Puesto que una sobredosis de anfetamina a menudo desencadena una embolia cerebral, un infarto cardíaco o problemas con otros órganos, el personal de auxilio inicial y los médicos de las salas de emergencias tratan las sobredosis con el tratamiento de esos trastornos, con la intención de:
Sí, la metanfetamina es sumamente adictiva. Cuando una persona deja de consumirla, los síntomas de abstinencia pueden incluir:
Si bien se están realizando investigaciones, actualmente no hay medicamentos aprobados por el gobierno para el tratamiento de la adicción a la metanfetamina. La buena noticia es que el consumo indebido de metanfetamina se puede prevenir y la adicción a la droga se puede tratar con terapias conductuales. Los tratamientos más eficaces para la adicción a la metanfetamina hasta el momento son las terapias conductuales:
También continúan las investigaciones para la creación de medicamentos y otros tratamientos nuevos para el consumo de metanfetamina (incluso vacunas) y la estimulación no invasiva del cerebro por medio de campos magnéticos. Las personas pueden recuperarse de la adicción a la metanfetamina —y en efecto lo hacen— si tienen acceso simple y directo a tratamientos eficaces que abarquen los múltiples problemas médicos y personales que causa el consumo prolongado de la droga.
Si bien se están realizando investigaciones, actualmente no hay medicamentos aprobados por el gobierno para el tratamiento de la adicción a la metanfetamina. La buena noticia es que el consumo indebido de metanfetamina se puede prevenir y la adicción a la droga se puede tratar con terapias conductuales. Los tratamientos más eficaces para la adicción a la metanfetamina hasta el momento son las terapias conductuales: