26 de julio del 2022
El mundo
Como explica el doctor Steven A. Dowshen en una publicación para la red hospitalaria infantil Nemours, se trata de un estimulante que puede causar alucinaciones. El principal objetivo se basa en proporcionar colocones y subidones a quienes lo toman. Por eso, desde su irrupción, adquirió gran popularidad entre la población más joven, sobre todo para acudir a discotecas, pubs, conciertos y otros eventos relacionados con la música.
Los efectos del éxtasis, prosigue este endocrinólogo pediátrico, llegan a alargarse hasta unas 6 horas. A pesar de que las mencionadas sensaciones suelen relacionarse con un bienestar transitorio, la capacidad de esta droga para magnificar las experiencias la convierte en un arma de doble filo. Porque no solo intensifica las percepciones positivas, sino también las negativas. Esto llega a generar ansiedad, confusión y paranoia.
A nivel corporal, aumenta la frecuencia cardíaca y puede provocar sequedad de boca, necesidad inconsciente de apretar los dientes, visión borrosa, escalofríos, sudores y náuseas. Cuando se ingiere mientras se baila o se realiza cualquier otra actividad física, se produce un calentamiento del cuerpo. Esta reacción a veces deriva en descomposición muscular, daño renal, hepático y cardíaco.
A raíz de la comentada redada, que tuvo lugar en la provincia de Alicante y en la que también se encontraron armas y otras drogas, ha comenzado a resonar con fuerza la hipótesis de que el consumo de éxtasis en adolescentes esté alcanzando cotas desconocidas. Un planteamiento apoyado por el testimonio de algunos profesionales en la atención de adictos, que aseguran haber notado un aumento de estos casos desde la relajación de las restricciones sanitarias.
Con una ansiedad por socializar que comenzó a acumularse desde las primeras cuarentenas, parece que algunos jóvenes, sobre todo en aglomeraciones masivas y botellones han dado rienda suelta a un desenfreno que les ha llevado a probar estos estupefacientes de una manera más o menos frecuente. ¿Pero es realmente una tendencia mayoritaria entre este sector de la población o se trata de conductas aisladas?
Si atendemos a los resultados de la Encuesta sobre el uso de drogas en enseñanzas secundarias en España, elaborada desde hace casi tres décadas por el Ministerio de Sanidad, los estudiantes con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años que han consumido éxtasis en alguna ocasión lo hacen por primera vez con una media de 15,4 años.
Link: https://saposyprincesas.elmundo.es/consejos/salud-infantil/extasis/