08 de marzo del 2022
Centro de psicología y salud mental
Las personas tienden a escoger sus acciones y actividades basados en las emociones del momento, ya que forma parte de la naturaleza de las emociones incitar a realizar una determinada acción.
El tema de las emociones básicas es más complejo de lo que podría pensarse, por lo que han sido muchos los investigadores que se han encargado de realizar sus propias definiciones del concepto de emoción.
Sin embargo, a nivel general las emociones pueden describirse como un estado psicológico conformado por tres características: una respuesta expresiva o conductual, una respuesta fisiológica y una experiencia subjetiva. En palabras más simples, se trata de sensaciones que se nutren de las experiencias de cada persona y generan efectos en la conducta y organismo del individuo afectado.
Uno de los investigadores más conocidos por sus trabajos relacionados con las emociones es Paul Ekman. Para desarrollar sus teorías, Ekman se encargó de viajar a Papúa Nueva Guinea para estudiar las expresiones faciales de los miembros de la tribu Fore, un grupo étnico caracterizado por estar aislado de la sociedad.
La motivación detrás de esta investigación de Ekman se encontraba en la creencia de que las emociones faciales de las personas no eran una característica innata, sino que variaban de una cultura a otra.
Tras su investigación, Ekman descubrió que los miembros de la tribu Fore no tenían problemas para identificar las emociones detrás de las expresiones faciales de algunas fotografías, pese a que no habían tenido contacto con otras culturas.
Gracias a este descubrimiento, Ekman determinó que las expresiones faciales no están determinadas por las culturas, sino que son universales, por lo que pueden percibirse las mismas en culturas tan opuestas como las orientales y occidentales. A raíz de esto, Ekman se encargó de establecer seis emociones básicas:
Goleman se hizo conocido por sus investigaciones relacionadas con la inteligencia emocional. Este investigador determinó que existen dos tipos de emociones: primeras, las cuales están integradas en nuestro ADN y las secundarias, las cuales varían de acuerdo a las experiencias aprendidas de cada persona.
Goleman, al igual que Ekman, propuso que existían seis emociones básicas: aversión, sorpresa, felicidad, tristeza, ira y miedo. En el caso de las secundarias, mencionó que no son compartidas por todas las personas, puesto que son aprendidas y que suelen estar compuestas por la unión de dos o más emociones básicas.
Por ejemplo, los celos son considerados como una emoción secundaria, ya que se producen ante la mezcla de miedo y amor. Si no hubiera amor, no se tendría el miedo a perderlo, lo que no generaría celos. De igual forma, si no existiera el miedo a perder el amor, tampoco surgirían los celos.
Goleman también sugirió que las emociones secundarias se caracterizan por ser sociales, ya que se aprenden al interactuar con la sociedad. De acuerdo a su teoría, algunas emociones como la envidia no pueden ser encontradas en algunas culturas del Amazonas, ya que carecen del sentido de pertenencia, por lo que al ser todo de todos, no hay cabida para la envidia.
Gracias a este descubrimiento, Ekman determinó que las expresiones faciales no están determinadas por las culturas, sino que son universales, por lo que pueden percibirse las mismas en culturas tan opuestas como las orientales y occidentales. A raíz de esto, Ekman se encargó de establecer seis emociones básicas:
Goleman se hizo conocido por sus investigaciones relacionadas con la inteligencia emocional. Este investigador determinó que existen dos tipos de emociones: primeras, las cuales están integradas en nuestro ADN y las secundarias, las cuales varían de acuerdo a las experiencias aprendidas de cada persona.
Goleman, al igual que Ekman, propuso que existían seis emociones básicas: aversión, sorpresa, felicidad, tristeza, ira y miedo. En el caso de las secundarias, mencionó que no son compartidas por todas las personas, puesto que son aprendidas y que suelen estar compuestas por la unión de dos o más emociones básicas.
Por ejemplo, los celos son considerados como una emoción secundaria, ya que se producen ante la mezcla de miedo y amor. Si no hubiera amor, no se tendría el miedo a perderlo, lo que no generaría celos. De igual forma, si no existiera el miedo a perder el amor, tampoco surgirían los celos.
Goleman también sugirió que las emociones secundarias se caracterizan por ser sociales, ya que se aprenden al interactuar con la sociedad. De acuerdo a su teoría, algunas emociones como la envidia no pueden ser encontradas en algunas culturas del Amazonas, ya que carecen del sentido de pertenencia, por lo que al ser todo de todos, no hay cabida para la envidia.
Gracias a este descubrimiento, Ekman determinó que las expresiones faciales no están determinadas por las culturas, sino que son universales, por lo que pueden percibirse las mismas en culturas tan opuestas como las orientales y occidentales. A raíz de esto, Ekman se encargó de establecer seis emociones básicas:
Goleman se hizo conocido por sus investigaciones relacionadas con la inteligencia emocional. Este investigador determinó que existen dos tipos de emociones: primeras, las cuales están integradas en nuestro ADN y las secundarias, las cuales varían de acuerdo a las experiencias aprendidas de cada persona.
Goleman, al igual que Ekman, propuso que existían seis emociones básicas: aversión, sorpresa, felicidad, tristeza, ira y miedo. En el caso de las secundarias, mencionó que no son compartidas por todas las personas, puesto que son aprendidas y que suelen estar compuestas por la unión de dos o más emociones básicas.
Por ejemplo, los celos son considerados como una emoción secundaria, ya que se producen ante la mezcla de miedo y amor. Si no hubiera amor, no se tendría el miedo a perderlo, lo que no generaría celos. De igual forma, si no existiera el miedo a perder el amor, tampoco surgirían los celos.
Goleman también sugirió que las emociones secundarias se caracterizan por ser sociales, ya que se aprenden al interactuar con la sociedad. De acuerdo a su teoría, algunas emociones como la envidia no pueden ser encontradas en algunas culturas del Amazonas, ya que carecen del sentido de pertenencia, por lo que al ser todo de todos, no hay cabida para la envidia.
Gracias a este descubrimiento, Ekman determinó que las expresiones faciales no están determinadas por las culturas, sino que son universales, por lo que pueden percibirse las mismas en culturas tan opuestas como las orientales y occidentales. A raíz de esto, Ekman se encargó de establecer seis emociones básicas:
Goleman se hizo conocido por sus investigaciones relacionadas con la inteligencia emocional. Este investigador determinó que existen dos tipos de emociones: primeras, las cuales están integradas en nuestro ADN y las secundarias, las cuales varían de acuerdo a las experiencias aprendidas de cada persona.
Goleman, al igual que Ekman, propuso que existían seis emociones básicas: aversión, sorpresa, felicidad, tristeza, ira y miedo. En el caso de las secundarias, mencionó que no son compartidas por todas las personas, puesto que son aprendidas y que suelen estar compuestas por la unión de dos o más emociones básicas.
Por ejemplo, los celos son considerados como una emoción secundaria, ya que se producen ante la mezcla de miedo y amor. Si no hubiera amor, no se tendría el miedo a perderlo, lo que no generaría celos. De igual forma, si no existiera el miedo a perder el amor, tampoco surgirían los celos.
Goleman también sugirió que las emociones secundarias se caracterizan por ser sociales, ya que se aprenden al interactuar con la sociedad. De acuerdo a su teoría, algunas emociones como la envidia no pueden ser encontradas en algunas culturas del Amazonas, ya que carecen del sentido de pertenencia, por lo que al ser todo de todos, no hay cabida para la envidia.
Gracias a este descubrimiento, Ekman determinó que las expresiones faciales no están determinadas por las culturas, sino que son universales, por lo que pueden percibirse las mismas en culturas tan opuestas como las orientales y occidentales. A raíz de esto, Ekman se encargó de establecer seis emociones básicas:
Goleman se hizo conocido por sus investigaciones relacionadas con la inteligencia emocional. Este investigador determinó que existen dos tipos de emociones: primeras, las cuales están integradas en nuestro ADN y las secundarias, las cuales varían de acuerdo a las experiencias aprendidas de cada persona.
Goleman, al igual que Ekman, propuso que existían seis emociones básicas: aversión, sorpresa, felicidad, tristeza, ira y miedo. En el caso de las secundarias, mencionó que no son compartidas por todas las personas, puesto que son aprendidas y que suelen estar compuestas por la unión de dos o más emociones básicas.
Por ejemplo, los celos son considerados como una emoción secundaria, ya que se producen ante la mezcla de miedo y amor. Si no hubiera amor, no se tendría el miedo a perderlo, lo que no generaría celos. De igual forma, si no existiera el miedo a perder el amor, tampoco surgirían los celos.
Goleman también sugirió que las emociones secundarias se caracterizan por ser sociales, ya que se aprenden al interactuar con la sociedad. De acuerdo a su teoría, algunas emociones como la envidia no pueden ser encontradas en algunas culturas del Amazonas, ya que carecen del sentido de pertenencia, por lo que al ser todo de todos, no hay cabida para la envidia.
Gracias a este descubrimiento, Ekman determinó que las expresiones faciales no están determinadas por las culturas, sino que son universales, por lo que pueden percibirse las mismas en culturas tan opuestas como las orientales y occidentales. A raíz de esto, Ekman se encargó de establecer seis emociones básicas:
Goleman se hizo conocido por sus investigaciones relacionadas con la inteligencia emocional. Este investigador determinó que existen dos tipos de emociones: primeras, las cuales están integradas en nuestro ADN y las secundarias, las cuales varían de acuerdo a las experiencias aprendidas de cada persona.
Goleman, al igual que Ekman, propuso que existían seis emociones básicas: aversión, sorpresa, felicidad, tristeza, ira y miedo. En el caso de las secundarias, mencionó que no son compartidas por todas las personas, puesto que son aprendidas y que suelen estar compuestas por la unión de dos o más emociones básicas.
Por ejemplo, los celos son considerados como una emoción secundaria, ya que se producen ante la mezcla de miedo y amor. Si no hubiera amor, no se tendría el miedo a perderlo, lo que no generaría celos. De igual forma, si no existiera el miedo a perder el amor, tampoco surgirían los celos.
Goleman también sugirió que las emociones secundarias se caracterizan por ser sociales, ya que se aprenden al interactuar con la sociedad. De acuerdo a su teoría, algunas emociones como la envidia no pueden ser encontradas en algunas culturas del Amazonas, ya que carecen del sentido de pertenencia, por lo que al ser todo de todos, no hay cabida para la envidia.
Gracias a este descubrimiento, Ekman determinó que las expresiones faciales no están determinadas por las culturas, sino que son universales, por lo que pueden percibirse las mismas en culturas tan opuestas como las orientales y occidentales. A raíz de esto, Ekman se encargó de establecer seis emociones básicas:
Goleman se hizo conocido por sus investigaciones relacionadas con la inteligencia emocional. Este investigador determinó que existen dos tipos de emociones: primeras, las cuales están integradas en nuestro ADN y las secundarias, las cuales varían de acuerdo a las experiencias aprendidas de cada persona.
Goleman, al igual que Ekman, propuso que existían seis emociones básicas: aversión, sorpresa, felicidad, tristeza, ira y miedo. En el caso de las secundarias, mencionó que no son compartidas por todas las personas, puesto que son aprendidas y que suelen estar compuestas por la unión de dos o más emociones básicas.
Por ejemplo, los celos son considerados como una emoción secundaria, ya que se producen ante la mezcla de miedo y amor. Si no hubiera amor, no se tendría el miedo a perderlo, lo que no generaría celos. De igual forma, si no existiera el miedo a perder el amor, tampoco surgirían los celos.
Goleman también sugirió que las emociones secundarias se caracterizan por ser sociales, ya que se aprenden al interactuar con la sociedad. De acuerdo a su teoría, algunas emociones como la envidia no pueden ser encontradas en algunas culturas del Amazonas, ya que carecen del sentido de pertenencia, por lo que al ser todo de todos, no hay cabida para la envidia.
https://www.awenpsicologia.com/emociones-basicas-cuales-son-emociones-primarias-secundarias/