07 de marzo del 2022
EDITORIAL MEDIOTIEMPO
Así como el Perro Bermúdez alzó la voz, prácticamente todos los periodistas y comunicadores deportivos más reconocidos de este país condenaron los actos violentos de un grupo de seguidores de los Gallos Blancos, algunos calificando de "asesinos" a los agresores, como fue el caso de José Ramón Fernández.
Enrique Garay, a quien conocemos en su faceta de narrador de la NFL y NBA, pero es ferviente seguidor de los Zorros, calificó de "pinche vergüenza" que a más de 24 horas de los incidentes no exista un solo detenido; en la misma línea se expresó otro atlista de los medios, Paco González, exigiendo que se impida el ingreso de la barras a los estadios.
Christian Martinoli, Zague, André Marín, Raoul Ortiz y Andrés Vaca son otros de los comunicadores que exigieron un alto a la violencia, que se castigue como los criminales que son a los golpeadores y que la Liga MX actúe conforme a la gravedad y, de ser el caso, que proceda la desafiliación de los Gallos Blancos.
Violentos enfrentamientos entre aficionados obligaron a detener el partido de la liga mexicana de fútbol que se realizaba el sábado entre el Querétaro y el Atlas. El encuentro de la novena fecha del torneo Clausura estaba 1-0 a favor del Atlas, campeón vigente de México, a los 62 minutos, cuando estalló al menos un par de riñas en distintas zonas del graderío.
Los encargados de seguridad del inmueble abrieron las rampas de acceso de la tribuna hacia la cancha, para dejar que descendieran los aficionados que no peleaban, incluyendo varias mujeres y niños. Las imágenes de televisión mostraron a algunos menores que buscaban refugiarse, algunos entre lágrimas.
Los jugadores del equipo visitante huyeron de inmediato a los vestuarios junto con algunos más del Querétaro. Pero algunos otros integrantes del conjunto queretano, como el portero uruguayo Washington Aguerre, permanecieron en el banquillo y trataban de pedirle calma a los rijosos.
Luego de unos minutos, varios aficionados que reñían en la tribuna invadieron la cancha, donde continuaron agrediéndose a puñetazos y patadas. Algunos utilizaron sillas y barras metálicas para golpearse. Fue posible ver por la TV que un aficionado recortaba las redes de uno de los arcos. Otros destrozaban uno de los banquillos y algunos más peleaban en los túneles.