22 de febrero del 2022
ABC BIENESTAR
No lo vamos a negar: es gracioso cuando pillamos a alguien hablando solo frente al espejo o en la cocina, creando una conversación totalmente ficticia que podría darse en un futuro, y ver cómo la persona en cuestión tiene creado un diálogo completo para ella misma y la otra parte del coloquio.
Las conversaciones en voz alta con uno mismo o una misma se llaman soliloquios y son una manera que tenemos los seres humanos de ordenar nuestros pensamientos y emociones, y aunque no sea una práctica que todos llevamos a cabo, sí que se emplea cuando queremos motivarnos, calmarnos o preparar un discurso que tendrá lugar en un tiempo a corto plazo.
Patricia Rosillo, psicóloga en El Prado Psciólogos, dice que, en sí mismo, no se considera negativo, «salvo que forme parte de algún trastorno psicológico como delirios, trastorno psicótico, etc.», y cuenta que esta conducta más bien «nos ayuda a poner orden a nuestras ideas», nuestros pensamientos y emociones, a recordar cosas, a autoanimarnos y motivarnos, a calmarnos, a regularnos emocionalmente… «Es como si en determinadas situaciones pudiésemos conversar desde un lugar "más elevado" con nosotros mismos, como si pudiésemos hacer un "auto-juego de roles interior" en el que conversamos con diferentes partes de nosotros o nosotras del mismo modo que si estuviésemos conversando y compartiendo lo que nos ocurre con un buen amigo o amiga, o alguien de confianza que nos ayuda a calmarnos, recordar algo, tomar decisiones, animarnos...», aclara la psicóloga.
Qué equivocados están aquellos que tildan estas conversaciones de «locas». En realidad, todas las personas lo hacemos en determinados momentos de nuestra vida y formaría parte de nuestro propio desarrollo emocional y cognitivo como seres humanos. En cambio, para aquellos que lo practican casi diariamente podría ser un signo de mayor inteligencia emocional «ya que ayuda a autogestionar y ordenar nuestro mundo interno». Lo que sí es importante es que, tal como dice Patricia Rosillo, este autodiálogo «sea lo más respetuoso y amable posible» para que nos ayude: «Cuidado con insultarnos, faltarnos el respeto y reprocharnos o castigarnos».
De hecho, los expertos en psicología sí que recomiendan esta destreza: «En nuestra práctica profesional, nuestro objetivo es desarrollar la capacidad reflexiva o "mentalización" de las personas», dice la experta en psicología, por lo mantener «conversaciones», ya sean internas o en voz alta con uno o una misma, a priori, no es nada malo. «Nos puede ayudar a encontrar un mejor sentido a una situación, a aclarar ideas en voz alta, a aprender algo que estemos estudiando, a mantener la calma en ciertos momentos, a organizar nuestra mente y emociones…»
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