31 de enero del 2022
Esther Blanco
Para poder hablar de la depresión por amor, antes debemos entender el concepto amor. Entendemos por amor una fuerte inclinación emocional hacia una persona o bien, en un sentido más amplio, hacia un grupo de personas u objetos. El amor da lugar a respuestas emocionales que aumentan la motivación de la persona a buscar una pareja con la finalidad de perpetuar la especie. El amor puede ser entendido como un triángulo con tres vértices:
- Intimidad
- Pasión
- Compromiso
Es posible que una relación se rompa puesto que falla alguno (o varios) de los vértices mencionados
Sin embargo, la depresión por amor, esto es, aquellas sensaciones asociadas a una ruptura pueden llegar a ser verdaderamente dramáticas para algunas personas.
Superar una depresión por amor se torna una tarea complicada para muchas personas que solicitan ayuda psicológica. La sensación de vacío, bajo estado de ánimo, rumiación constante sobre la pérdida e incluso ideación suicida son en ocasiones síntomas asociados a una pérdida afectiva.
El cerebro es el órgano donde se dan las reacciones químicas asociadas al amor. La respuesta de amor está asociada tanto a ciertos neurotransmisores como a sistemas de recompensa en el sistema nervioso central:
- Núcleo accumbens: el valor recompensante de la pareja está determinado por la liberación de dopamina en este núcleo del sistema nervioso central.
- Corteza piriforme e ínsula: se encargan de registrar el estado fisiológico de la persona y la hace dirigir su comportamiento selectivo hacia una pareja.
- Área tegmental ventral: grupo de neuronas dopaminérgicas que envían proyecciones hacia el núcleo accumbens. Facilita conductas orientadas a la supervivencia y la reproducción.
- Sistema límbico: conjunto de estructuras cerebrales que median en respuestas emocionales (tálamo, hipotálamo, amígdala, cuerpo calloso, septum, hipocampo). En estas estructuras cerebrales es donde se procesan aspectos como la memoria, la atención, los instintos sexuales y las emociones intensas como el placer, el miedo o la agresividad. También se procesan aspectos relacionados con la personalidad y la conducta.
Un autor que ha planteado una teoría general sobre el amor es Sternberg. Este autor señalaba tres componentes fundamentales en el amor: Intimidad, Pasión y Compromiso. Y plantea que las relaciones amorosas se definen por la intensidad y el equilibrio de estos elementos:
- Intimidad: sentimiento de cercanía y conexión entre dos personas.
- Pasión: excitación o energía de la relación.
- Compromiso: decisión de seguir en la relación a pesar de los altibajos.
Según la combinación de estos tres elementos Sternberg hablaba de diferentes tipos de amor:
- Cariño: sólo existe intimidad pero no hay pasión ni compromiso.
- Encaprichamiento: sólo hay pasión en ausencia de intimidad y de compromiso.
- Amor vacío: hay un alto compromiso pero falta la pasión y la intimidad.
- Amor romántico: se caracteriza por la presencia de pasión e intimidad pero ausencia de compromiso.
- Amor sociable: hay intimidad y compromiso en ausencia de pasión.
- Amor fatuo: se da un predominio de la pasión y el compromiso pero sin intimidad.
- Amor consumado: es el prototipo de amor ideal o el amor maduro en el que está presente tanto la pasión como la intimidad y el compromiso.
Cuando pensamos en las fases del enamoramiento se suelen indicar tres fases diferentes:
- Fase de deseo: la función de esta fase es motivar a la persona a buscar la unión sexual.
En la etapa de deseo destaca sobre todo la acción de los andrógenos y estrógenos.
- Fase de amor romántico: en esta fase aumenta la concentración de dopamina que produce euforia, aumento de energía. También aumenta la norepinefrina que genera gran hiperactividad, insomnio, pérdida de apetito, temblor, taquicardia, ansiedad y miedo. Una característica a destacar de la fase de amor romántico es el pensamiento obsesivo en torno a la persona amada. Por su parte la serotonina da lugar a un estado de expectación y de intensa ansiedad, se dice de ella que está relacionada con los celos y además la reducción de serotonina se asocia con la depresión.
- Fase de apego: es un tipo de amor más apacible, con la seguridad y unión que se siente generalmente cuando la pareja es duradera. Esta etapa está mediada por la
concentración de oxitocina y vasopresina.
¿Qué ocurre cuando el amor se termina? Cómo aparece una depresión
Cuando una relación de pareja llega a su final genera consecuencias a nivel emocional puesto que se pierde la perspectiva de una vida en común con lo que todo ello implica (compartir amistades, intereses, familia, etc.). No es de extrañar que en muchos de los casos se llegue a producir un cuadro de depresión tras una ruptura sentimental en el que a la persona le cuesta retomar rutinas de la vida sin pareja, le abordan sentimientos de tristeza, la falta de energía y los pensamientos negativos.
Saber encajar la ruptura es un paso fundamental para superar la situación afectiva que dicha ruptura provoca, pero no siempre es tarea fácil.
Ya hemos visto como las relaciones amorosas alteran nuestra bioquímica cerebral pero además en las relaciones de pareja se suelen generar fuertes vínculos de apego que hacen muy difícil continuar cuando dicha figura de apego se ha perdido. Se pierde una fuente importante de seguridad a la cual regresar cuando necesitamos sentirnos comprendidos y que nos aporta además de seguridad, protección y fortaleza.
Esta pérdida puede ser muy relevante en los casos en los que se da una alta dependencia emocional como pueden ser algunos trastornos de personalidad (Trastorno Límite de Personalidad, Trastorno de Personalidad por Dependencia)
Causas de una ruptura de pareja
Entre las situaciones que generalmente pueden poner fin a una relación de pareja están:
- Falta de comunicación o de amor.
- Infidelidad.
- Situaciones de maltrato.
- Pérdida de intimidad.
- Problemas económicos.
- Diferencias insalvables en aspectos relevantes (costumbres, ideales, valores).
- Monotonía.
- Expectativas incumplidas.
- Celos, desconfianza.
Además un factor a tener en cuenta es si la ruptura la han decidido los dos miembros de la pareja o si ha sido uno de ellos de forma unilateral el que decide romper la relación.
Síntomas de una depresión por amor
Es frecuente que el fin de una relación amorosa lleve asociados sentimientos de dolor, fracaso, desesperación, enfado; así como baja autoestima y dudas relativas a la capacidad de volver a amar y ser correspondido. Y estas reacciones pueden ser consideradas como normales dentro del proceso de duelo.
Cuando hablamos del duelo nos referimos a una reacción de un extremo dolor (aunque considerado normal) que se produce de forma reactiva a la ruptura de una relación.
El duelo tiene como finalidad que la persona doliente se adapte a la pérdida y esta reacción de duelo va a incluir componentes de tipo psicológico, físico y social. En el caso del duelo por ruptura existe una diferencia importante en comparación con el duelo por un fallecimiento; y es que en el duelo tras una ruptura la persona puede mantener la esperanza de retomar la relación; mientras que en un duelo por fallecimiento entendemos la muerte como algo irreversible.
Duelo y depresión
Como decíamos, saber encajar la ruptura de pareja es un paso fundamental. La pérdida de la relación no necesariamente tiene que terminar generando una depresión por amor, siempre y cuando se sepa elaborar la pérdida y para ello es fundamental entender ésta como un proceso de duelo en el que la persona debe pasar por las diferentes fases para asegurar una adecuada resolución de la ruptura.
Cómo superar una depresión por amor
- Expresarse: es fundamental que la persona pueda exteriorizar sus emociones, ponerlas en palabras. Poder hablar tanto de la ruptura como de los sentimientos que dicha ruptura ha generado. Encontrar momentos que propicien la expresión de las emociones de una forma controlada y personas que estén dispuestas a escuchar la situación que está atravesando. En el proceso de favorecer la expresión emocional puede resultar útil recurrir a ayuda profesional ya que en muchas ocasiones el entorno más cercano, pese a tener buenas intenciones, no ayuda con este objetivo.
- Evitar el aislamiento social: en un momento en el que se ha producido una pérdida como es la de la relación de pareja, no resulta adecuado aislarse del resto de personas del entorno. Por eso se trata de que la persona se mantenga activa socialmente buscando relación con familia y amigos que sirvan como fuente de apoyo.
- Retomar o encontrar nuevas actividades: la relación de pareja ha podido consumir mucho tiempo y también ha podido dar lugar al abandono de ciertas actividades que hace tiempo la persona disfrutaba. Retomar esas actividades o encontrar otras que estén alineadas con sus valores ayudarán a encajar mejor la ruptura.
- Aprender a lidiar con pensamientos negativos: es frecuente que a la mente lleguen pensamientos de carácter negativo asociados a la ruptura (ej. no era suficiente para él/ella, seguro que ha encontrado a otra persona) y aprender a gestionarlos es un proceso difícil puesto que nuestros pensamientos nos acompañan día a día.
- Técnicas como el mindfulness que nos enseña a tomar distancia de dichos pensamientos pueden ser de utilidad para ayudar en el proceso.