14 de diciembre del 2021

ANDRÉS PIEDRAFITA

No hay porqué considerar este tipo de parafilia como una tendencia dañina o desviada, ya que no implica ningún trastorno para la persona que lo siente y mucho menos para quien es objeto de tal deseo.

¿Por qué los piercings y tatuajes pueden ser el blanco del deseo? Pues, algunos especialistas parten de una explicación antropológica, ya que ambas son prácticas ancestrales. En algunas civilizaciones centenarias, las pinturas tribales y perforaciones estaban vinculadas con el concepto de belleza, mientras que en los hombres eran un símbolo de virilidad y coraje.

Situándonos en nuestros tiempos, hay que decir que tanto los tatuajes como las perforaciones no sólo decoran el cuerpo, sino que además dicen mucho de las personas que lo poseen.

No significa que sientan un impulso de tocar todo lo que tiene tinta o quieran besar orejas perforadas, sino simplemente que se sienten atraídos por las personas que los portan. Hay también algunos casos en los que estas personas sienten predilección o por los tatuajes o por los piercings, no por ambos. De esta forma, hacia aquellas personas que no están tatuadas, perforadas o sin señales en la piel, les pasa lo contrario: sienten indiferencia y ningún indicio de excitación sexual.