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Te hablamos de las adicciones
  • Adicción a la Cocaína

10 de diciembre del 2021

fundación hay salida

La cocaína suele consumirse en dos formas distintas. La sal de clorhidrato o cocaína en polvo se consume inhalada o inyectada en vía intravenosa. Y los cristales de cocaína o “base” que han sido procesados con bicarbonato sódico o amoniaco para poder fumarse posteriormente. Cuando se fuma o se inyecta, su poder reforzante es muy superior, aunque se acorta considerablemente la duración de su efecto.

A corto plazo, los consumidores de cocaína se sienten eufóricos, conversadores, con mucha energía y mentalmente alerta. También, disminuye el apetito y la necesidad de dormir. A largo plazo, conduce a estados de irritabilidad, inquietud y paranoia pudiendo producir episodios de psicosis. También impacta notablemente sobre el sistema cardiovascular llegando a producir hasta la muerte.

La cocaína actúa en el sistema dopaminérgico asociado a la recompensa, la motivación y la memoria. Es un sistema básico en todos los mamíferos y en los seres humanos. Según, los neurocientíficos este sistema es la base de la mayoría de las emociones y podría explicar las fuertes alteraciones emocionales que experimentan la mayoría de los adictos.

Las neuronas de este importante sistema se comunican entre si con el neurotransmisor dopamina. Una vez realiza dicha comunicación, los excesos de dopamina se recaptan y vuelven al interior de la neurona para volver a utilizarse.

La cocaína inhibe esta recaptación consiguiendo niveles mucho más altos de este neurotransmisor en la sinapsis y explicando la euforia inicial que se siente al consumirla. En modelos animales se han encontrado incrementos de dopamina que triplican el nivel normal que confirman la gran capacidad de adictiva de esta sustancia, sobre todo, se interactúa con cerebros vulnerables a la adicción y adolescentes.

Además, recientes estudios han señalado que esta droga es la que desarrolla asociaciones más furtes con los diferentes estímulos que rodean al consumo (personas, lugares, circunstancias, etc.) y por lo tanto la que más recaídas puede producir una vez en tratamiento.

También, a menudo, se consume con alcohol provocando la formación del metabolito cocaetileno que tiene una vida más larga que la cocaína y posee potentes efectos estimulantes y tóxicos sobre el organismo en general y sobre el sistema cardiovascular en particular. Actualmente, el 61% de los pacientes en tratamiento en la Fundación son adictos a esta combinación de sustancias.