10 de November del 2021
María Sánchez-Monge
En la actualidad, y cada vez más, se está produciendo un aumento en la concienciación de la población acerca de la importancia, no sólo de seguir una dieta equilibrada, sino de la práctica regular de ejercicio físico. Sin embargo, cuando dicha práctica va más allá de los límites recomendados, y va acompañada de una preocupación excesiva por el cuerpo, se puede desencadenar lo que comúnmente se define como VIGOREXIA , enfermedad también conocida como dismorfia muscular.
La vigorexia puede acarrear graves consecuencias físicas y psicológicas.
La vigorexia debe ser tratada con sumo cuidado y con el asesoramiento de los especialistas correspondientes. En el caso de que se sospeche que un familiar o amigo esté sufriendo vigorexia, es conveniente que exprese su preocupación e intente convencer al enfermo de que consulte con un experto.
Es necesario que ya desde pequeños las familias intenten favorecer los hábitos de vida saludables, inculcando la importancia de realizar ejercicio físico, aunque siempre con límites, así como de seguir una dieta equilibrada.
Otro punto clave para la prevención es evitar el inicio de ciertos comportamientos, como hacer ejercicio físico ante síntomas de cansancio excesivo o dolores musculares, así como el sobreesfuerzo o realizar ejercicios que no se adecúan a las capacidades individuales.