10 de noviembre del 2021
María Sánchez-Monge
VIGOREXIA
En la actualidad, y cada vez más, se está produciendo un aumento en la concienciación de la población acerca de la importancia, no sólo de seguir una dieta equilibrada, sino de la práctica regular de ejercicio físico. Sin embargo, cuando dicha práctica va más allá de los límites recomendados, y va acompañada de una preocupación excesiva por el cuerpo, se puede desencadenar lo que comúnmente se define como VIGOREXIA , enfermedad también conocida como dismorfia muscular.
Síntomas
- Las personas con dismorfia muscular llevan a cabo un programa de entrenamiento que se caracteriza por una intensidad constante y una gran dureza y se centra en ejercicios que aumentan el tono muscular, por lo que la práctica más común es el levantamiento de pesas.
- Este estilo de vida, que termina convirtiéndose en obsesión, implica un distanciamiento de las labores cotidianas, incluyendo, muchas veces, el abandono del trabajo o de las relaciones sociales. Los afectados pueden acabar invirtiendo todo su tiempo en realizar ejercicio físico.
- Tal y como sucede con patologías como la anorexia y la bulimia, los pacientes reflejan una gran preocupación por su dieta, ya que buscan la rapidez en el proceso de conseguir un cuerpo escultural y eliminar toda la grasa.
Consecuencias para la salud
La vigorexia puede acarrear graves consecuencias físicas y psicológicas.
- En el aspecto mental, la persona puede sufrir una distorsión sobre su imagen corporal, por lo que nunca se verá lo suficientemente musculada, con el consecuente riesgo de sufrir lesiones musculares.
- A nivel social las relaciones se van a ver mermadas, debido a que el sujeto pasa la mayor parte del tiempo en el gimnasio.
- Por otro lado, los enfermos de dismorfia muscular suelen realizar cambios drásticos en su dieta e ingerir grandes cantidades de anabolizantes y esteroides, cuyo objetivo es conseguir un cuerpo musculado lo más rápido posible. Los alimentos hiperproteicos también pueden ser perjudiciales para la salud.
¿Cómo puedo ayudar a una persona con dismorfia muscular?
La vigorexia debe ser tratada con sumo cuidado y con el asesoramiento de los especialistas correspondientes. En el caso de que se sospeche que un familiar o amigo esté sufriendo vigorexia, es conveniente que exprese su preocupación e intente convencer al enfermo de que consulte con un experto.
Es necesario que ya desde pequeños las familias intenten favorecer los hábitos de vida saludables, inculcando la importancia de realizar ejercicio físico, aunque siempre con límites, así como de seguir una dieta equilibrada.
Otro punto clave para la prevención es evitar el inicio de ciertos comportamientos, como hacer ejercicio físico ante síntomas de cansancio excesivo o dolores musculares, así como el sobreesfuerzo o realizar ejercicios que no se adecúan a las capacidades individuales.